Isabella. . . Se encontraba en su habitación, suspirando de amor por el hombre que le había arrancado la razón. Esa misma tarde anunciarían su compromiso y en dos semanas sería su esposa. ¡Dos semanas! Sí, sabía que era poco tiempo, pero a ella se le harían eternas, tendría que ocuparse de los preparativos de la boda, aunque seguramente Hayffa, le ayudaría con aquello. ¿Cuántas personas asistirían a su boda?, no sabía cómo eran esas cosas allí en Norusakistan, si estuviesen en Inglaterra, seguro asistirían sus amigos y. . . ¡AMIGOS! Se sentó de golpe en la cama. ¿cómo podía olvidar a sus amigos?, la matarían, desde que había llegado a Palacio, no se había comunicado ni una sola vez con ellos. Corrió a su amplio vestidos, y buscó en un rincón aquella mochila con la que había llegado

