Capitulo 49

1134 Palabras
Victoire Jussieu No se si mi sorpresa se deba al simple hecho de tener a Leonard en una habitación, o también puede deberse a que el no sabe que soy yo, lo sé porque desde que entró no ha dicho una sola palabra, solo se ha dedicado a mirarme sin expresión alguna, por alguna razón pienso que va arrepentirse de haber entrado sin embargo no lo hace, se acerca a mi a pasos lentos como si temiera asustarme, al estar frente a mi se sienta a mi lado. Sus manos se dirigen a cada lado de mi rostro para besarme, sus labios sobre los míos son una explosión de emociones a la que yo no estaba preparada, segundos después de que correspondo el beso el se aleja de golpe y me mira asustado, sus ojos se entrecierran y seguido de eso quita la máscara sin darme tiempo a reaccionar. Si su expresión era de sorpresa ahora está perplejo, su boca entreabierta parece no poder soltar una sola palabra mientras sus ojos no se apartan de los míos, en este momento es en el que yo me pregunto hasta donde son capaces de llegar las casualidades. Porque esto lejos de ser premeditado es una gran casualidad porque sabía que mi hermano y el saldrían, lo que no sabía era a donde, mucho menos me esperaba que justamente el quisiera contratar a una prostituta y yo le gustara sin siquiera haberme visto la cara, son demasiadas coincidencias que solo me demuestran lo desgraciada que puede llegar a ser la vida. -¿Tory?-pregunta el después de salir de su estupefacción. -No, la reina Isabel. Por primera vez hace una mueca lejana a la sorpresa y rueda los ojos, los míos se mantienen fijos en el mientras pienso en algo coherente que decir. -¿Que rayos haces aquí?-pregunta y alza la mano-Mejor ni quiero saberlo. -Estoy haciendo una investigación, te recomiendo irte si no quieres acabar en la cárcel como la mayoría aquí. Marco en mi teléfono el número de la policía y el me mira sin comprender. -Un día te dije que no permitiría que obligaran a las chicas a trabajar de prostitutas, tardé mucho en acabar con ello pero ahora que puedo lo conseguiré. El entendimiento se extiende por las facciones de Nard y yo escucho que la operadora del novecientos once pregunta cual es mi emergencia. -He encontrado una red de prostitución en el bar Paradise, manden a la policía, yo me encargaré de guiarlos hacia el jefe. -¿Cual su nombre Señorita? Pregunta la mujer luego de unos minutos de silencio. -Victoire Jussieu, los espero por la puerta trasera del Paradise. Cuelgo el teléfono para luego darle una mirada significativa a Leonard, este suspira levantándose para irse pero yo lo detengo, debemos esperar que llegue la policía para salir, después de todo no podemos salir como si nada, tan siquiera debemos fingir que hice mi trabajo. Esperamos unos minutos en un silencio tenso hasta que mi teléfono suena, reconozco el numero del jefe de policía, no me atrevo a tomarlo, solo me levanto y salgo del cuarto en compañía de Nard quien mira a su alrededor extrañado, como si fuera la primera vez que viene a un lugar de estos. -No tienes que fingir que no conoces el lugar-digo y sé que ya hemos captado la atención de los guardias. Quienes se acercan de manera amenazante hacia nosotros impidiendonos seguir nuestro camino a la puerta por la que yo entré, tomo su brazo doblandolo mientras Nard le da un golpe en el estómago que lo deja fuera de base, continúo el camino sin más interrupciones, llego a la puerta donde ya hay muchos policías preparados para entrar. Los dejo pasar y ellos se encargan de los demás guardias quienes intentan que no pasen. Inútilmente claro está, hay muchos policías. Estos nos pasan por el lado y yo recuerdo a la chica a la que le conté lo que haría, miro a Nard con preocupación y sin decirle nada corro por las habitaciones buscándola, abro una por una buscando encontrarla y veo como los policías van sujetando a todos los hombres que vienen en nuestra dirección, sigo abriendo puertas asustada de que le hayan hecho daño y finalmente la encuentro, su cuerpo desnudo tiembla de miedo mientras el otro hombre está a punto de forzarla. El sonido de la puerta siendo abierta lo detiene y puedo ver como se levanta enojado, le doy un golpe que lo deja en el suelo y le paso la ropa a la chica quien se levanta mirandome casi agradecida, el lugar se vuelve un completo caos, puedo escuchar los gritos y disparos incluyendo a los del bar, me pesa un poco la consciencia por Albert pero en el caso de que lo metan en la cárcel lo ayudaré a salir, después de todo he sido yo la que he delatado a toda esta red, de una vez por toda. Las chicas que quedan después de que los policías hacen su trabajo se dirigen a nosotros quienes quedamos en medio del pasillo. -¿Ustedes fueron los que llamaron a la policía y le dijeron por donde entrar? Pregunta la chica que me atendió al llegar, sus ojos le echan una ojeada a Nard quien pasa de ella categóricamente. -Así es, para eso vine-aclaro y yo miro a la chica que salve-eres libre, puedes volver con tus padres, si quieres podemos llevarte. La chica me mira con los ojos llorosos y asiente siguiendonos, al salir busco con la mirada a April quien dijo que está afuera esperándome, una vez enfoco mi auto entro en el, detrás de mi auto está el de Sergio, miro a April quien hace lo mismo orgullosa pero su sonrisa se borra al ver a Nard, ella sabe como está toda la situación entre nosotros. Cuando la chica entra su curiosidad aumenta. -¿Quien es? -Soy Alexandra. Dice ella y le da la dirección a mi asistente quien se encarga de dirigirse al lugar. Minutos después bajó del auto para asegurarme que la chica llegue sana y salva a su casa, una vez tocamos la puerta esta se abre de golpe por una señora de cabello n***o muy parecido al de Alexandra quien la observa con los ojos llorosos. -Hija. Luego de eso puedo apreciar el abrazo maternal que ella le da y ambas luego dirigen sus ojos a mi. -Ella fue la mujer que me salvó madre, se llama Victoire. Ignoro eso ultimo dado que no recuerdo en que momento le dije mi nombre pero tomo la mano de su madre quien me observa agradecida. -Muchas gracias, te estaré eternamente agradecida-dice y Alexandra me pide mi numero de teléfono, se lo doy sin dudarlo y no tardo en regresar al auto.
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