Salax asistía todos los días al instituto, estaba entusiasmado por como las cosas se manifestaban a su alrededor. Se acostumbro a las noches, le parecía también misteriosa pero de vez en cuando extrañaba el día eterno de KB16B. Al contar con dos soles no existían las noches. Pero con el correr de los años aprendió a amar la oscuridad también.
Todas las leyes físicas que gobiernan el cosmos son las mismas. En eso pensó, su profesor le había explicado la primera ley de Newton, esta decía que todo cuerpo persevera en su estado de reposo o movimiento uniforme rectilíneo, a no ser que sea obligado por fuerzas impresas a cambiar su estado: esta ley le hizo reflexionar que en su planeta, y en cualquier sistema solar, dicho cuerpo - si estuviese en movimiento constante - seguiría su trayectoria por toda la eternidad , a menos que una fuerza cambiara su estado ¿Lo imaginan? Así funciona en todas partes, y así sería el estado inmutable de los objetos si no existiesen fuerzas externas que lo modifiquen .
Al salir del instituto se encontró con Hugo y Flint, dos de sus mejores amigos, el primero era un poco loco y el segundo un nerd.
Hugo los obligó a entrar a un bar, que quedaba a las afueras de la institución, era todo muy ajetreado y bullicioso. En cada esquina se aparecía alguien intentando venderles droga o artículos robados. De manera tímida los evitaba.
—Entremos, es un sitio más tranquilo que los demás— dijo Hugo.
—Esta bien, pero será solo un momento— dijo Salax, estaba algo inquieto, Flint en cambio se sentía bastante tímido.
Al ingresar pidieron unas cervezas.
Nadie quería, Salax comprendió su composición, algo así alteraría sus neuronas.
Tomaron obligadamente, Flint se emborrachaba hasta con agua.
Salax fue al baño, sentía que la cabeza le daba vueltas. Fue a orinar.
Podía escuchar el sonido de los baños para mujeres, sintió curiosidad.
Pero prometió comportarse como un ser humano ordinario, esa fue la petición de su madre.
Escuchaba los rumores y lo que hacían las chicas del instituto, oía todo, sintió curiosidad por las conversaciones:
Una decía que lo había hecho en el baño, otra en una auto, a otra que su novio le había quitado la virginidad en su propia casa, estando sus padres ¿Lo imaginan? Pero por lo general hablaban de estupidezes, niñerias ,incoherencias o de temas sexuales.
Prefería seguir oyendo las voces femeninas antes que seguir enloqueciendo su cerebro con más botellas de alcohol. Es verdad que el cambio entre las oriundas de KB16B y estas terricolas era muy remarcado, por ejemplo, las hembras de su planeta eran de tres metros de altura, su sistema de gobierno estaba basado en el matriarcado, por lo que le generaba curiosidad que en la Tierra existiera el machismo.
En habilidades de sentimiento, comprensión o compasión, las mujeres encarnan mejor estos atributos, aquí en la Tierra se lo consideraba de escaso valor. Por eso las mujeres tenían menos protagonismo, era un hecho sobresaliente que las civilizaciones dónde las mujeres gobernaban, existían menos posibilidades de llegar a la extinción. La proeza femenina había hecho de KB16B un planeta autosustentable, no estaba basado en la competencia sino en compartir, ese modelo y sistema de pensamiento lo manejaban mejor, haciendo imposible que existiera la miseria extrema que gobierna en la Tierra.
Al salir del baño, notó que la chica de sus sueños estaba en el mismo bar, acababa de salir del baño, pudo reconocer su voz.
Se sintió trastornado. Ella estaba en otra mesa, muy cercana a la suya.
A pesar de sus grandes habilidades y su notable ADN superior sintió ansiedad.
—¿Que te pasa?parece que has visto a un fantasma— dijo Hugo al ver el rostro pálido de Salax.
—¿Fantasma dices?¿Dónde? — dijo Salax sin comprender demasiado el sarcasmo.
—Relájate, estamos aquí, déjate llevar.
—¿Que paso? A quien viste?— dijo Flint.
—Me parece haber reconocido a alguien— dijo Salax ocultando sus sentimientos. En realidad parece que había vislumbrado un ángel. No podía dejar de pensar en ella, la tenía demasiado grabada en su cabeza, debe haberse tratado de su mezcla genética, ya que en si solo sentía atracción por extraterrestrea femeninos de su planeta.
—Hugo pidió cigarrillos y se puso a fumar como una chimenea, Salax de manera amable rehusaba cooperar.
—¿Que te pasa? Solo unos traguitos, vamos, no seas tan aniñado— decía Hugo y no paraba de molestar.
—Es malo para la salud— decía, tenía la misma opinión que Flint, pero también sintió la contradicción: tenía que comportarse como los demás.
—Esta bien— al fumar se atragantó y sintió que iba a vomitar. Se puso a toser como un condenado, cayó al suelo y Hugo intento levantarlo.
—¡No mames! ¿Estás bien? Pero si parece que te mueres, me hubieras dicho antes— dijo Hugo algo preocupado al ver a su amigo que se asfixiaba. Volvió a entrar al baño, se vio al espejo y se sintió muy diferente, sus modales y expresiones faciales no eran tan naturales, advertía que se parecía más a las personas con síndrome de Asperger, con un rostro sin expresiones faciales y novato para entender el lenguaje corporal de las personas.
Su genética le jugaba en su contra, la sutilidad para percibir el universo lo volvía también frágil, el alcohol degenerada su consciencia.
Una vez más volvió a salir, esta vez se encontraba frente a las amigas de su chica idealizada, estaban jugando naipes. Ella era muy risueña y divertida.
El piso estaba resbaloso y por poco se rompe la crisma.
No podía disimular verla, era extraño para los demás, tenía la mano sobre su estómago, dando signos de que se estuviera ahogando.
Una amiga, que estaba cerca de su amada, corrió tras el.
—¿Que te pasa? ¿Estás bien?— le dijo a Salax.
—Si, gracias, no pasa nada— dijo con cara de idiota, se sentía muy tímido.
—Miren amigas, es de UC.
Se acercaron las demás, eran como cinco chicas. Se sonrojó.
—¿Te pasa algo? — le dijo al fin, su amor a primera vista.
— Estoy bien, chao chicas, estoy algo ocupado— lo dijo viéndola a los ojos, una situación así jamás la perdería. Se prometió a si mismo grabarla con tal claridad en su mente, para que le diese la oportunidad de que se quede grabada eternamente en su mente y en su corazón para poder retratarla mejor.
Ella se sintio extraña por sus formas de actuar. Era raro, sobretodo por no entender la sociabilidad humana. Era - literalmente - de otro planeta.
Ella lo reconoció. Dijo:
— A este tipo, lo he visto en alguna parte.
Al acercarse a sus compañeros tenía el rostro rojo como un tomate , respiraba muy rápido, no controlaba situaciones así. Flint le dió agua.
—¿Y ahora? Estás peor ¿ que pasa carnal? es tu primera salida y te me desmayas, así no podemos— dijo Hugo de manera batracia.
Hugo se dió cuenta que Salax, aún asfixiandose por el humo no paraba de ver a las chicas de la otra mesa.
Hugo era un adonis, se levanto de su asiento y se puso a hablar con las demás.
—¿Que crees que pasa?— pregunto Flint.
— Pasa, que está loco, haber déjame ver— dijo Salax, parece que penetraba la materia con su vista.
— Si, son las hormonas— dijo.
— Las hormonas, ¿ Es en serio?— dijo Flint—. Creo que esa sensación desaparecerá al entrar a la adultez.
—Pues mira que no, de donde vengo se desarrollan primero los órganos sexuales, pero tardan más de mil años en alcanzar la madurez psicológica.
En la tierra es igual, si la madurez sexo-genital es tardía en la especie humana, aún más suele serlo la madurez intelectual y, en especial, la madurez emotiva.
Flint lo veía como preguntándose:
" Y éste ¿Que se fumo?"
La retórica de Hugo atrajo a las cinco chicas, se sentaron en la mesa de los tres.
Salax la tenía en frente.
—Hola chicos, están bien.
La escena era muy graciosa, ninguno de los tres eran normales en terminos sociales.
No se presentaron, era un acontecimiento de una sola noche, o eso pensaron.
— Muy bien chicas, ¿que quieren jugar?— dijo Hugo. La mayoría eran tímidas, con excepción de la peliroja. Se sentía atraída por Hugo, las demás lo veían como a un auténtico morboso.
— Chale, no algo muy fuerte, mira que me acompañan crías— dijo la pelirroja, la verdad es que parecía la líder.
— Haber muchachos, piensen— les dijo a los dos. Pero parecía no haber colaboración.
— ¡Ya se, juguemos a las miradas!— dijo Flint, era el más aburrido.
—No así, mis chavas no quieren jugar eso ¿Que dicen muchachas?— dijo la pelirroja. Todas expresaron a través de la mirada disgusto.
Empezaron a beber, mientras lo hacían conversaban.
Flint hablaba con voz monótona y se hizo amigo de las tres, pero solo por poner temas del mismo instituto. Era como seguir estudiando.
— Sabían que, en sus orígenes, la cerveza era harina de cereal fermentada de la misma manera que el pan. La diferencia radicaba en la proporción de agua. Si había más harina que agua, se producía pan. Pero si por el contrario contaban con más agua que harina, elaboraban cerveza. El nombre que usaban para denominar a la cerveza era “pan líquido” y en muchos casos lo que se hacía era elaborar pan y después de hornearlo, sumergirlo en agua para que fermentase.
— Interesante— dijo la chica que le gustaba a Salax.
Empezaron a hablar incoherencias con el abuso del alcohol.
Entonces procedieron a jugar el dichoso "juego de las miradas"
Todas reían como enfermas mentales, era como si salieran después de un siglo de encierro. El instituto UC era muy estricto, por eso obligaban a sus estudiantes a - prácticamente - no tener vida social.
La que mayor tiempo aguantaba en las miradas era la pelirroja, le tocó con Hugo y éste, con su mirada morbosa, parecía devorarla, cosa que no le molestó en absoluto.
Al final Hugo termino rindiéndose frente a su oponente, que tenía un potente contacto visual.
De casualidad le tocó a Salax con su chica.
En el transcurso en el que pasaron bebiendo, no se acercaba mucho a ella, solo la devoraba con la mirada si estaba lejos. De cerca se acobardaba.
Intento no llamar su atención, por eso no se atrevió a hablarle.
El alcohol lo alteraba más que a los demás, por tener hebras de ADN más sutiles.
Al verla sentía que eran dos personas, veía doble.
Su rostro era impresionante, se enamoro de la chica, tenía rostro caribeño, ojos verdes con cutis y cuerpo perfecto.
La mirada de Salax denotaba vacío, como si por dentro fuese un barril hueco, sin identidad, no mostraba consciencia de grupo. Pudo mostrarse (Salax) tal y como era. Más que mirar traspasaba. Tenía aún cara de adolescente. Fue la mirada más relajada y penetrante de todas las que participaron.
Salax la sentía como a una persona muy familiar. Ella lo veía raro, pero era una rareza única, nunca había percibido a alguien mostrarse así, tan abierto y real, verlo era como verse al espejo.