El día del encuentro era muy soleado, la infinitud de formas que lograba percibir a través de su consciencia lo regocijo, se sintió bendito vivir en la Tierra. No había sentido tanta gratitud desde que había llegado del planeta KB16B. Al fondo, el horizonte parecía tragarse el cielo junto con la Tierra. Percibió la vida que subyace a los fenómenos, una especie de estructura universal que conectaba el todo con la nada. Es la nada la que sostiene el todo, de la nada surge y se manifiesta el universo. Y está colosal ilusión que surge también es infinita.
Camino con paso lento, veía todo a su alrededor muy rápido, sentía que desde su centro emanaba energía y la energía volvía a él mismo, se sintió un ciudadano humilde, sintió que sentirse único u original era una trampa del ego, al percibir a todos los seres como parte de si mismo sintió que el verdadero camino era el de la humildad.
El parque estaba formado por figuras geométricas con cristales, la radiación solar hacia decantar del blanco la infinitud de colores y parecía un parque de arcoiris. En cualquier lugar de los cristales podía observar su cuerpo completamente. En las esquinas el parque estaba circunscrito por un lago.
Pudo controlarse, la timidez desapareció, además prefería la vida privada. Se sentía más a gusto estar solo con ella, que rodeado de multitudes.