Andras. Miré la reja negra unos segundos mientras pedía a Cristo que Úrsula no hubiera vuelto. Una vez que la reja se abrió me quedé pensando en una que otra cosa, admito que mi casa era bastante hermosa en el sentido de ser un clásico del estilo inglés, también lo mucho que amaba estar allí, con tantos recuerdos y estupideces que llegamos a hacer tanto los hermanos por sangre como mis hermanos por crianza, pero, desde que me casaron con Úrsula apenas y si quería estar allí, por más que intenté siquiera verla solo podía recordar todas esas veces que me amenazó con suicidarse si la dejaba, con divulgar cosas de mi, con enseñar cosas que nadie debería ver, básicamente con destruirme completamente, no tanto a nivel de dinero, porque en ese aspecto ella quedaría sin nada, por diversas razones

