Bailando

1845 Palabras

Hay una sonrisa que se intenta asomar a su pétreo rostro en este momento y no consigue que así sea. Pero planta un beso en mi frente y estoy a punto de llorar —¿Dónde? —murmuro cabizbaja —.Por favor no me dejes —le abrazo. Le quiero y le necesito y mi hijo también le va a extrañar. —Mañana cuando te levantes estaré de regreso —es todo lo que dice —. Ahora tengo trabajo y no vendré a dormir. Estaré en Chicago. Yo sé que él tiene mucho trabajo y que sus negocios a veces escapan de mi control, no suelo meterme en ello pero esta noche me resulta raro. No suele irse de viaje solo por una noche y después de todo lo que me dijo no creo que me dejaría sin él, suelta en la misma ciudad que Fernando. Finalmente se va sin que pueda decir más. Me quedo confundida en medio de la acera hasta que H

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