Daniel se había recuperado satisfactoriamente del percance en el gimnasio, ahora se encontraba en su oficina trabajando en unas cotizaciones para material textil.
Ya era media tarde y la concentración ya había hecho presa de él, se sobresaltó al escuchar el llamado de su secretaria.
— ¿Dime Maia? —preguntó.
—Señor Sanders, aquí se encuentra un caballero que desea hablar con usted urgentemente.
—Dile que ahora no puedo.
—Pero...dice ser George Peterson —eso dejo a Daniel en shock, ¿qué hacía el papá de su novio ahí?
—Déjalo pasar Maia y que nadie nos interrumpa.
Respiró hondo y se acomodó la chaqueta, la puerta se abrió dando paso a la soberbia presencia del empresario George Peterson.
—Bienvenido George, ¿a qué debo su agradable presencia? —saludó Daniel con suficiencia.
—No trates de impresionarme Sanders, he venido a hablar contigo acerca de un negocio que nos conviene a los dos.
—Perdóname George pero tu compañía y la mía no tienen nexos y por ahora no necesito establecer relaciones con ninguna empresa —explicó el moreno.
— ¡Oh no!, esto no tiene nada que ver con nuestras empresas, vengo a hablar sobre Benjamin.
Esto no le daba buena espina al de ojos felinos pero se dedicó a escuchar a su por ahora suegro.
— ¿No sé de qué me está hablando? —respondió Daniel, hasta donde sabía ni Emily ni George tenían idea de que era él quien salía con Ben.
—No trates de negarlo, sé que tú eres el novio de mi hijo —La verdad es que Daniel no se sorprendió ante esa respuesta así que permaneció serio ante la situación.
—Pues ya que lo sabe, hablemos.
—Escúchame Sanders, no sé qué clase de cosas le has estado metiendo en la cabeza a Ben, pero ten por seguro que no funcionará, Benjamin es joven, sigue siendo un niño y está confundido, no sabe que es lo que quiere y pues tú no lo ayudas, lo has enfermado, así que... ¿Cuánto quieres para dejar a mi hijo en paz? —Daniel casi se atraganta ante las palabras del hombre, ¿el padre de su novio lo estaba sobornando para que lo dejara?
—George...disculpe, pero yo no necesito dinero, no es cuestión de intereses financieros, es cuestión de sentimientos, no puedo cambiar los gustos de Ben y aunque pudiera no lo haría, soy feliz con él, no cambiaría lo que siento por él ni aunque usted me ofrezca todo el oro del mundo —sentenció Daniel mirando seriamente a George.
— ¿Entonces qué es lo quieres Sanders? ¿Socios? ¿Más empresas? Yo puedo conseguir eso y mucho más, sólo dilo, lo que sea y lo tendrás —George se levantó y ahora su voz sonaba elevada.
—Quiero a su hijo, con todas sus letras, no deseo nada más de usted, entiéndalo, él y yo nos queremos.
— ¡Me importa un rábano si se quieren o no!
—Pues debería hacerlo, no intente alejarme de Benjamin porque no podrá lograrlo, más cuando lo ha lastimado demasiado —Cuando el moreno terminó de hablar se dio cuenta que había hablado de más, le prometió a Ben que no diría nada de su pasado.
— ¿A qué te refieres? —preguntó iracundo George.
—Que ustedes lo han lastimado, lo fuerzan demasiado a cumplir su voluntad, no lo dejan seguir sus sueños, han estado ausentes en su infancia, déjenlo ser feliz al menos está vez en su vida —Daniel luchaba por su novio, por su amor y su bienestar.
—Eso no lo permitiré, Benjamin es un niño, le falta vivir y no quiero que tú lo corrompas, he soportado todo este teatrito sólo porque pensé que era un capricho, veo que no es así, estoy consciente que no lo cuidé como debía, pero eso no quiere decir que acepto todo esto, me vengaré Daniel, me vengaré, es antinatural que dos hombres sean pareja, Benjamin debe casarse con una señorita de sociedad y seguir con el linaje Peterson, haré que eso se haga realidad te lo garantizo.
—George, deja tu homofobia, acepta a tu hijo como es y no lo juzgues, apóyalo, no es tan difícil, yo te ayudo si quieres pero lo que siento por él no es sólo un capricho, es algo más fuerte y puro, solo acéptalo —El ojiverde trataba por todos los medios de convencer a George de que dejará en paz a Ben.
George frunció el ceño y se dirigió a la puerta, volteó a ver a Daniel y le habló con voz seca y amenazante.
—Pronto sabrás de mí y créeme que te arrepentirás de no haber aceptado mi oferta —dicho eso salió dando un portazo que casi hace caer el edificio. Daniel por su parte se dejó caer pesadamente en su sillón, dio un respiro profundo y mando llamar a Blake.
Minutos después la peliblanca entró un poco preocupada pues no eran comunes las veces en las que el moreno lo llamaba con urgencia y menos si se trataba de asuntos personales, más específicamente románticos.
—Daniel, ¿qué pasa?
—George Peterson estuvo aquí —respondió el ojiverde y observó de reojo como el rostro de su amiga se puso en blanco tratando de asimilar la situación, sabía que los padres de Benjamin eran muy conservadores y la noticia de que su hijo era gay agravaba las cosas, era algo lógico que George tratara por todos los medios lograr separar a su hijo de las viles garras del "Libertino".
— ¿Qué te dijo?
— ¿Puedes crecer que me ofreció dinero para dejar a Benjamin en paz? —preguntó Daniel aún conmocionado ante la ridícula idea del antes mencionado.
—Pues no, la verdad eso sobrepasó límites, es obvio que pretende alejarte de él, Daniel debes tener cuidado, comprendo que quieras al chico Peterson pero no por eso debes arriesgarte, esa familia tiene muchos contactos, tanto buenos cómo malos, podrían destruirte si así lo quisieran —Blake hablaba de forma alarmada, temía por Daniel, y algo muy en el fondo le decía que algo malo pasaría si no dejaba al pequeño chico.
—Eso lo sé Blake, pero, ¿cómo me puedes pedir que abandone al amor de mi vida? Yo siento algo muy fuerte por él, no me digas que reconsidere esta relación, no lo haré y si he de sacrificarme por este amor lo haré y ni tú ni nadie me lo impedirá.
La chica lo observó y notó la vehemencia y el ahínco en la voz y declaración del moreno.
—Está bien, solo......solo tomate muy en serio esa advertencia, estas propenso a salir mal parado de todo esto, y me alegro de que creas firmemente en lo que sientes.
Daniel sonrío ampliamente, su amiga salió de su oficina dejándolo sumido en sus sentimiento acerca de su ángel.