—Entiendo, iré a avisar a la ama de llaves. Espérame ya vuelvo. Amalia vio salir a Angie. Hasta entonces se asomó a la ventana descubriendo el hermoso jardín de inmensa amplitud, los diferentes tipos de flores y la basta arboleda tras el jardín. Sonrió al recordar la primera vez que recibió flores. Un joven apuesto y dulce que al volver del ejército le prometió casarse con ella, pero en unas pruebas de unas minas en campo él falleció, sin embargo, ella ya esperaba a su primer hijo. Lamentablemente un día cuando la pequeña y ella; ya que había sido niña, habían salido para ir de paseo, mientras esperaban en la parada del autobús un automóvil con un conductor ebrio las arrolló. Estuvo gravemente herida, pero su hija de tres años quedó en coma. No volvió en sí nunca más, tres meses después

