bc

Los bebés de mi CEO

book_age16+
1.2K
SEGUIR
5.2K
LEER
embarazo
playboy
arrogante
chico malo
poderoso
CEO
multimillonaria
bxg
traición
engaño
like
intro-logo
Descripción

Joelin Wilson ha pasado por muchas cosas en los últimos meses, empezando con la muerte de su abuela, su intento de asesinato y ahora el nacimiento de sus mellizos. Siendo la heredera de la compañía número uno de galletas en todo Estados Unidos tiene muchas responsabilidades y enemigos, sucesos extraños han estado ocurriendo en su vida, descubrirá que los enemigos se están escondiendo a plena luz, no podrá confiar en nadie, excepto en el sensual Andrew Karev, quien sigue esperando que acepte su propuesta de matrimonio.

chap-preview
Vista previa gratis
Capítulo 1. Dos mundos se encuentran
POV Andrew Karev La reunión estaba consumiendo todo mi tiempo, las negociaciones estaban siendo más difíciles de lo que había pensado, la sala de juntas estaba llena de hombres discutiendo los términos de las negociaciones, parecíamos estar en una puja de Wall Street. Mire la hoja con todas las condiciones que pusieron para mí, sin duda están pensando que trataban con un novato, no importaba cuanto me esforzara por hacerles notar mi experiencia o años de trabajo, pase una mano sobre mi cabello despeinándolo, necesitaba solucionar esto antes de que mi Joe llegara y pusiera mis bolas sobre la mesa. Tener una mujer embarazada en casa no es fácil y menos cuando es tu jefa. —Muy bien señores, deben ser flexibles con respecto a los términos de los nuevos contratos, no tenemos el presupuesto para cumplir con las demandas del sindicato—trataba de ser razonable, pero parecía ser el único en la sala en hacerlo — deben entender que aún estamos pagando los préstamos al banco por las ampliaciones hechas. Los hombres hicieron una mueca de desdén, no entendía porque tenían que ser tan desgraciados. Alguien al lado opuesto de la mesa se puso de pie, reconocí de inmediato su figura, se trataba de un trabajador nuevo, estaba convencido de haber visto su hoja de vida hace relativamente poco y ahora estaba representando al sindicato, simplemente increíble. —Pensamos señor Andrew, que es usted quien no entiende el predicamento en que se encuentra— esto era lo que me faltaba, ahora un niño me diría como hacer mi trabajo. Antes que pudiera contestar alguna palabra, la puerta se azoto con fuerza, rebotando contra la pared, seguramente dejaría una abolladura. Jeanne entro de forma imponente en la habitación, todas las miradas estaban en su curvilíneo cuerpo atrapado en un mini vestido n***o, su cabello estaba en todas las direcciones, se veía bastante agitada, pero lo más llamativo eran sus ojos grandes, me miraban como si quisieran tragarme. Pase saliva. Estar en la mira de aquellos ojos, era como una sentencia de muerte, sabias lo que se aproximaba y era inevitable. —¡ANDREW KAREV! — comenzó a avanzar en mi dirección con su pecho subiendo y bajando con ira— ¡¿PORQUE RAYOS NO CONTESTAS TU CELULAR?! — trate de ponerme de pie por sus palabras, pero un gesto de su mano hizo que volviera a sentarme, ¿Habría pasado algo con mi chica? ¿Pasaría algo con los bebes? Su mirada posesiva me decía que estaba buscando una explicación y la necesitaba cuanto antes. Tuve miedo conforme se acercaba a mí, era una respuesta visceral a sus acciones. Sus manos se pusieron a cada lado de los brazos de mi silla. —¡¿QUE PUTAS HAS ESTADO HACIENDO ANDREW?! — me sentía aterrado por la mujer, estaba muy fuera de mi elemento con ella. —¡Estoy en una reunión! — exclame con seguridad—¿Qué pasa contigo? ¿Acaso algo paso con Joelin? ¿Los bebes están bien? ¡¿POR QUE ACTUAS COMO LOCA?! — Mi voz fue subiendo conforme perdía los estribos, no solo había interrumpido la reunión, me hacía ver como idiota frente al sindicato. Me puse de pie liberándome de su captura. Ahora era ella quien parecía estar confundida por mi reacción, como si calibrara mis palabras para saber si estaba mintiéndole o no. —¿Hablas enserio, Idiota? Tu mujer está ahora teniendo a los bebes, mientras estas aquí en una reunión sobre Dios sabe que cosa…— la tome sus hombros y la agite un poco no creyendo lo que acaba de decir. —¿Qué? —Joelin está teniendo a los bebes ahora— repitió más confiada. —¿Qué? nadie me lo dijo — busque con la mirada mi celular en la mesa y no lo vi, debía haberlo dejado en la oficina antes de la reunión, era un idiota, el doctor nos informó que esto podría pasar en cualquier momento y debíamos estar atentos, tome mi chaqueta de la silla para ponérmela —¿Cuándo? ¿Hace cuánto? — mi cabeza comenzaba a ir a mil por hora. —IDIOTA— Me dijo mientras caminamos hacia la puerta— lleva mucho rato tratando de hablar contigo, pero no respondes tu celular, nadie contesta en la empresa y ¡te necesita! — la última parte la dijo viéndome a los ojos. Me sentía como un completo idiota. Cuando tenía una mano en la puerta me gire para ver los hombres sentados en la mesa, había reacciones mezcladas entre ellos, los mayores parecían entender lo que estaba pasando, los más cercanos a mi edad, no me veían con tan buenos ojos, tal vez sabían quién era mi mujer. —Señores, lamento hacer esto, pero tendremos que dejar las negociaciones para después…— quede con las palabras en mi boca porque Jeanne ya estaba sacándome a trancazos del lugar. —Perdemos el tiempo— veía que su estancia en California le sirvió para volverse más decidida. Llegamos rápidamente al elevador, podríamos ir en mi auto, hay ya estaban listas las cosas del bebe, teníamos varias pañaleras en diferentes lugares preparados para la peor de las sorpresas, incluso Joelin me obligo a asistir esos cursos sobre parteras, por si el parto se presentaba en el auto o en la casa, y no alcanzábamos a llegar al hospital. No estaba calificado o listo para semejante responsabilidad, pero me gustaba que ella confiara en mí. Mientras el elevador bajaba una duda invadió mi mente. —¿Con quién esta Joelin? No creo que la hubieras dejado sola para venir conmigo— dudaba que tuviera tal acto de generosidad después que la abandone por su prima. Ella se encogió los hombros viéndose incomoda y pude entender que la respuesta no me gustaría en lo más mínimo. —Bien…pues…esta con Matthew— aprete mis dientes sintiéndome furioso, había reventado fuente al lado del hombre que estaba loco por ella. Tenía varias maldiciones en mi boca, pero mordí mi labio. —¿Qué hacían con él? — mi tono se había vuelto más bajo debido a la ira que sentía, detuve las puertas del elevador con mi mano cuando llegamos y usé mi cuerpo para detener el camino de Jeanne. Ahora se veía pequeña en comparación, parecía querer desaparecer. —Ya sabes cómo anda estos días, quería algo especial y me pidió ir al restaurante de Matthew estábamos hablando en la cocina cuando rompió fuente— sus dedos se deslizaron por mi pecho y me dio un par de palmadas — lo primero que pensó fue en ti, en que estuvieras a su lado, ahora deja de ser un cretino y vamos al hospital a menos que quieras que tu bebe se llame como tu némesis. Eso fue suficiente para que me olvidara de nuestra competencia territorial. Corrimos hacia el auto, nos dispusimos para manejar a toda prisa en dirección al hospital con la guía de mi ex. —¿Tienes todo listo? ¿Debes recoger algo? — me cuestionó, mientras parecía aferrarse por su vida a la manija de la puerta. En otro momento me burlaría del poco valor que tenía, tampoco era un corredor tan imprudente. —No, todo lo necesario está en el auto y si lo peor pasa, hablare con la ginecóloga, ella podrá ayudarnos— mientras lo decía recordé que nuestra doctora había tenido que salir de la ciudad por un congreso y me golpee la cabeza con mi mano, mi chica no estaría nada contenta al ser atendida— la doctora salió para un congreso, Joelin no estará nada feliz— acelere un poco más, quería verla. Mis bebes y mi chica estaban esperando por mí, me arrepentí de dejar mi celular, era demasiado descuidado de mi parte haber hecho eso. El viaje fue relativamente corto, en menos de lo que pensaba estábamos atravesando las puertas, Jeanne estaba pegada al teléfono para saber en qué parte estaban, yo no tenía su paciencia, si estaba en trabajo de parto seguramente le quitaron su celular y estaba recluida en algún lugar para tener el parto, me apresure a la recepción para saber dónde estaba, mientras trataba de explicarles a las enfermeras la situación, ellas parecían no entender de quien hablaba y me sentía más molesto, incluso se activó mi tic en el ojo, si esto continuaba una vena de mi cabeza estallaría. —Chicos— grito una voz…que resulto ser de Matthew, tenía una especie de jugo en la mano y se veía muy relajado, miré atrás de su espalda esperando ver a mi chica, pero no pude, eso me hizo sentir aún más nervioso. —¡¿Dónde está Joelin? ¿Está bien? ¿Los bebes están bien?! — hable muy rápido, me sentía un poco desquiciado por la situación. Llegué rápidamente a él mientras hablaba y puse mis manos sobre su camisa, tenía la intención de sacarle la verdad a golpes si era necesario, él sonrió descaradamente, tuve ganas de borrarle aquel gesto con un buen gancho, no entendía que podía ver Joelin de encantador en este hombre, solamente era de nuestra edad, asquerosamente rico, encantador, tenía un restaurante y era nuestro principal proveedor, seguía sin entender que veía en él. —Tranquilo vaquero, tu chica está bien, se encuentra en el tercer piso— no necesitaba más información de él me dirigí hacia el elevador para ir a verla. Mi chica me asesinaría si no estaba en este momento a su lado, si esos bebes venían al mundo sin que sostuviera su mano me cortaría las pelotas y no me permitiría nunca olvidarlo, mientras esperaba la endemoniada máquina, escuche voces tras de mí. —Lo lamento, no tenía su celular y nadie se lo dijo— parecía estarme justificando Jeanne, no tenía que explicarle nada a ese cabron. —Pobre, parece como si viniera del mismísimo infierno— contesto mi némesis— Joelin está igual, pensando en que el no llegara…— mi desesperación crecía y el elevador no ayudaba nada, me decidí a subir corriendo por las escaleras. ¿Desde cuándo los tramos de las escaleras son tan largos? Tenía que mejorar mi condición física pronto, ahora tendría a dos bebes y una mujer que proteger. Para el momento en que llegué a mi destino, el sudor estaba corriendo por mi espalda haciendo que mi camisa se pegara contra mi piel, mire en todas las direcciones, pero no veía señales de mi chica, me acerque a la recepción para que me dieran información, pero unos gritos llamaron mi atención, la había hecho gritar muchas ves mi nombre para no reconocer su timbre de voz. Me acerque a una de las habitaciones, cuando estaba por pasar una de las enfermeras me detuvo. —Disculpe, no puede ingresar— parecía ser una señora de unos cuarenta o más, se veía muy decidida. —Usted no entiende, debo hacerlo— trate de esquivarla, pero bloqueo mi acceso a la habitación, la mire furioso. —¿Es usted familiar? Porque de lo contrario deberá esperar en las sillas como los demás, muy audazmente me levanto una ceja. —Soy su prometido— anuncie con un tono que no admitía replica. Ella me miro con desdén, cruzando sus brazos. —Buen intento, su prometido esta abajo buscando un jugo para ella— maldije internamente, cada vez odiaba más a Matthew Reymond II, cuando tuviera la oportunidad partiría su cara. Otro grito de mi chica me angustio para pensar en si empujar a la enfermera era una buena opción para entrar, por suerte no tuve que pensármelo mucho, Jeanne llego junto a mi némesis. —Disculpé señor Reymond este hombre trataba de suplantarlo— se apresuró anunciarle, batiendo sus pestañas, encantada y maldije por lo bajo, ¿Qué le veían? Solo era un idiota. —Oh no diga eso— se apresuró a añadir y se giró para ver mi cara de pocos amigos —él es el verdadero padre de los bebes, yo solo soy un amigo, debe haber alguna clase de error— dudaba que fuera así, pero ahora mi prioridad era la mujer detrás de la puerta. La enfermera se veía muy confundida. La tome por sus hombros, para que me viera a los ojos. —Mi nombre es Andrew Karev, soy el prometido de Joelin Wilson, la CEO de las empresas Wilson, si no entro en este momento con esta mujer al parto cosas malas pasaran y nadie quiere eso, ¿Verdad? — ella parecía aturdida por mis palabras, asintió conmigo, pero aun con varias dudas, pero se movió para dejarme pasar. Abrí la puerta y los gritos eran más fuertes, tuve mucho miedo. Jamás había experimentado algo así. El doctor tenía sus manos dentro…ni siquiera podía pensar en lo que estaba pasando, pero Joelin tenía sus ojos cerrados y se aferraba a las barras metálicas de la cama, me apresure a llegar a su lado, sujete su mano como pude y bese su frente, ella abrió sus ojos lo suficiente para verme, dio una larga respiración, sentí como una parte de ella descanso teniéndome a su lado. —Ya estoy contigo cariño, lamento…— ella dio un fuerte grito, estrecho mi mano tan fuerte que pensé que podría romper mis huesos, pero no me atreví a decirle nada, lo merecía. —¡¿Por qué…no atendiste…mi llamada? — su mirada inquisidora corto mi respiración, no podía hablar bien entre los gritos de dolor, pero aun así estaba atenta a mi respuesta. —Yo no tenía mi teléfono conmigo cariño, lo lamento, jamás volveré a …— sus gritos me partían el corazón, ojalá pudiera de alguna manera ayudarla a pasar por esto, pero no era posible. —¡Puje señora Wilson, YA PUEDO VER LA CABEZA! — Grito el médico. Sentí como si el mundo ya no fuera estable a mis pies, las cosas empezaron a dar vueltas, estaba por desmayarme o peor vomitar por el mareo, una mano fuerte me tomo por la camisa y quede frente a mi chica con ojos en llamas por la furia. —¡NO TE ATREVAS A DESMAYARTE, SI YO NO PUEDO, TU TAMPOCO, ¡VAMOS A TENER ESTOS BEBES Y VAS A ESTAR A MI JODIDO LADO! —Mi mareo paso rápidamente. Creo que todos los hombres sintieron la presión en la habitación, porque si, incluso los enfermeros eran hombres, jamás imagine que, en una especialidad como esta, trabajaran tantos hombres. Un grito diferente llego a la sala, me quede estático. Pude ver que el doctor levanto un pequeño bebe lleno de sangre y fluidos, pero con pulmones fuertes para que lo viéramos antes de entregárselo a la enfermera, lágrimas de felicidad rodaron por mis mejillas, jamás imagine que algo así pasara, esto era la verdadera felicidad. —ES UN VARON— Grito el doctor. Pero las cosas no habían terminado, Joelin volvió a gritar con fuerza y me acerque para besar nuevamente su frente, susurre palabras de aliento, me sentía muy feliz del milagro que acabamos de presenciar, ella seguía pujando, pero el otro bebe aun no nacía, estaba preocupándome pero recordé las palabras del doctor, había un lapso amplio de tiempo entre un bebe y otro antes de tener que preocuparnos, mi chica no quería una cesárea, pero si era necesario para el bienestar de nuestro bebe, lo haríamos. Estaba ansioso por saber el sexo del siguiente bebe, nos habíamos negado a saberlo todo el embarazo, queríamos que fuera sorpresa, una parte de mi esperaba una niña, deseaba tener una princesa entre mis brazos para mimarla y cuidarla, pero sería feliz con lo que Dios dispusiera para mí. Joelin se veía agotada, no creo poder pasar por esto de nuevo con ella, es una situación angustiante el saber si algo malo podrá pasarle. Los minutos más largos de mi vida, esperaba que no hubiera problemas, no quería perderla, tenía la mano de la mujer que amaba, ya había escuchado el llanto de nuestro primer bebe y no quería tener que perderlos por ninguna razón, esperaba de corazón que ninguna complicación se presentara. Un grito más agudo rompió con la tensión del ambiente. —ES UNA NIÑA— me quede sin palabras. Eran mellizos.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.7K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
53.7K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.9K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.2K
bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.6K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.7M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook