Jay
—Te ves como una mierda, tus ojos están rojos e hinchados. ¿Quieres que te maquille un poco y te ponga unas gafas de sol? —me preguntó Mitzi.
—Me echaré agua fría en la cara. Estaré bien —le respondí.
Hoy era el día que no quería que llegara. Anoche pasé tanto tiempo como pude con Evan. Después de que se fue a casa, pasé el resto de la noche llorando en silencio.
No quería admitir que lo iba a extrañar. Sé que solo iba a la escuela, pero dolía más de lo que pensaba. Si yo estaba así, entonces Adam debía estar igual de mal. Hoy él también se iba con Evan.
—Bueno, ve a empaparte la cabeza, porque, cariño, realmente te ves como una mierda —comentó Mitzi.
Me levanté y fui a mi baño. Me desnudé y decidí tomar una ducha fría. Cuando salí y volví a ver a Mitzi, me dijo que todavía neces
