Evan
—Entonces, ¿de qué tienes ganas? —le pregunté a Jay mientras agarraba una botella de cerveza de la nevera que habíamos instalado en la casa de la piscina.
—Honestamente, de ti —Jay se rio.
—Oye, estamos con mis padres, y créeme que no me importaría tenerte también —me reí.
—Está bien, tomaré una cerveza —respondió Jay.
Le di la cerveza y luego agregué:
—Tengo una pregunta rara, pero tanto mi hermano como mi papá dijeron algo hoy que me tiene pensando.
—Ok, ¿qué dijeron? —preguntó Jay.
—¿Eres tú la mujer en nuestra relación?
—Ah, la última vez que revisé tenía una polla, no una v****a —Jay se partió de risa.
—Sé que tienes una polla, la he visto y probado unas cuantas veces, recuerda —le respondí.
—Oh, lo sé, y me gustó eso. ¿Por qué te importa si soy considerado la mujer en
