Melissa El instante exacto en el que Nick cayó al suelo no fue un momento, fue un golpe directo a mi alma. Lo vi caer al piso luego de ese golpe, como si el tiempo se hubiera detenido y el mundo entero contuviera la respiración. El impacto fue brutal, seco, desleal, su cuerpo se desplomó sobre el césped sin moverse, y supe, en ese segundo, que algo andaba terriblemente mal. —¡No… no, por favor…! —susurré, ya poniéndome de pie entre la multitud que gritaba eufórica sin entender lo que acababa de pasar. Me lancé escaleras abajo entre los asientos del estadio, empujando a quienes se interponían, no sentía mis piernas, solo escuchaba mi corazón golpeando con fuerza contra el pecho, mi nombre gritado por Olivia desde atrás, y las sirenas médicas que ya se acercaban a Nick. —¡Déjenme pasa

