Melissa Volver a la rutina después de ese fin de semana con Nick se sintió como despertarse de un sueño que no quería terminar. Y, sin embargo, al poner un pie en la universidad y luego en la oficina entendí que esto también era parte de mí. Que no podía dejar de ser quien era, aunque mi corazón ya se sintiera en otro lugar. Las clases me absorbieron desde la primera hora del día, presentaciones, análisis financieros, equipos que dependían de mí… y mientras caminaba entre planos, reportes de gastos, seguros, cafés apurados y el sonido constante de notificaciones, sentí ese equilibrio extraño entre el caos y la pasión por lo que hago. En la oficina, las cosas no eran tan sencillas. El nuevo proyecto del hotel seguía avanzando, y aunque había progreso, también había tensión, sutilezas

