El golpe seco resonó en la habitación, y la mejilla de una rubia de ojos verdes se tornó colorada casi de inmediato. Karina no entendía lo que pasaba, pero los acuosos ojos de la castaña que le había golpeado le invitaron a sentir pena por ella.
—He amado toda mi vida a Einar… lo hice desde que lo conocí, y eso fue mucho antes de que tú lo conocieras a él —decía Milagros ahogada en llanto—… Lo amé desde siempre, y cuando te rompió el corazón estuve para él, para ayudarlo a salir adelante, entonces, justo cuando lo atrapé, vuelves con un pasado que lo ata a ti… ¿por qué no puedo ganarte, Karina?... ¿Por qué Einar tiene que amarte a ti?
—Dijiste que se casarían —recordó Karina—, ¿no significa eso que ganaste?
—Él rompió nuestro compromiso —informó Milagros, completamente destrozada—… dij
