Boda

587 Palabras
Miro el rostro de la mujer a mi lado. Veo que no es joven, pero tiene una bonita cara, con una piel blanca sonrosa por el sol. Sus labios, que no son carnosos, pero muy apetecibles parecen estar diciendo, “bésame”. Su pecho, generoso, sube y baja en un ritmo que me hace palpitar el corazón. Creo que mi corazón se está acelerando al notar el suyo, que también comienza a acelerarse. Debe estar soñando, y debe ser un buen sueño. No está bien, estamos encerrados a mucha altura, en esta lata voladora y yo, si la siento, no podré resistirme, así que agarro sus hombros y agito su cuerpo para que despierte. - ¿Qué? ¿Qué le pasa? Déjeme dormir. – Parece enfadada. – No puedes soñar. Al menos no lo que estabas soñando. – Noto que se sonroja y lleva su mirada al pasillo, donde la azafata lleva una manta. – Oiga, Pervertido, ¿qué dice? – Está a punto de levantarse, así que la siento de un manotazo. – Pero que hace, déjeme, tengo que ver que las invitadas de mi boda están bien. – Ella se levanta dejándome el peso del mundo sobre mí. “Su boda”. Esto no puede ser posible. Miro inquieto mi reloj. Tengo que saber que está pasando, no puedo consentir una boda, justo ahora que la tengo frente a mí. Vuelvo a mirar el reloj al escuchar a los auxiliares comentar que es la primera vez que ven a alguien que está en primera clase pasar tanto tiempo en otra zona. Son casi cuarenta minutos los que ella a estado con sus “amigas” y cuando vuelve se limita a sentarse en el asiento, ponerse los cascos e ignorarme. Queda poco para aterrizar y no quiero que esta situación se alargue más así que, aviso a Duar y desde lo más adentro lanzo mi voz alfa. – Mujer, mírame. – Parece funcionar. Ella se quita los casos y me mira a los ojos fijamente. Tiene unos preciosos ojos esmeralda que se vuelven amarillos en los filos. Casi es ella la que me hipnotiza, pero Duar reacción rápido y lanza una pregunta con la voz de mando. ¿Con quien te vas a casar? – Me caso con mi mejor amigo. Nos conocemos desde hace diez año cuando comencé a trabajar para la ONU. Es Frances y me trata muy bien. – Mi corazón parece que no va a soportarlo cuando Duar, atento lanza una nueva pregunta. - ¿Lo amas? – No creo que el amor exista. Él es mi mejor opción y ya es hora de formar una familia. – Con esa respuesta tengo sentimientos encontrados. Se casa, pero no esta enamorada. Parece que ni siquiera cree en el amor, pero ¿creerá en las parejas predestinadas? Refuerzo mi mirada a sus ojos para asegurarme su control y ahora soy yo el que lanza la pregunta. - ¿Te enamorarías de mí? – Sus ojos dejan de mirar los míos, pero no importa porque lo que hace es recorrer mi cuerpo con su mirada. Noto como muerde humedece sus labios y muerde, de forma sutil, su labio inferior. No me hace falta su respuesta, me lanzo a sus labios y pruebo, por fin, después de varias horas de tortura, los labios de mi compañera. El fruto más sabroso y salvaje que mis labios han tenido. Sin darme cuenta aflojo mi sometimiento y ella me aleja y trata de darme un manotazo.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR