Las semanas pasaban rápido, podía notar como mi ropa ajustada ya no me quedaba igual que antes, incluso me molestaba llevar jeans porque el pequeño bulto de mi panza impedía que me pusiera algo bastante apretado.
Lo único positivo es que al menos ya no sentía náuseas, cansancio o mareos de repente, sino que tenía más ganas de hacer cosas porque sino me aburría muy rápido.
Con respecto a Lorde, la veía todos los días en el trabajo, incluso a veces almorzábamos juntas si ella no estaba ocupada. Había escuchado a mi madre y estaba dejando que las cosas fluyan, incluso estaba muy tranquila con su compañía.
Domingo por la mañana, ya no tenía ninguna intención de seguir durmiendo, así que me levanté para desayunar algo e ir a caminar un poco, aunque estaba en duda porque hacía un poco de frío
