Sentí un nudo en mi estómago en cuanto Lorde bajó la mirada triste. Me había quedado mirándola sin saber que responder, me mordía el labio nerviosa. —Lo siento —susurré—. Yo... No estoy lista. Me quedé mirando sus expresiones, ella asintió y me miró a los ojos después de unos segundos, sonriéndome. —No te preocupes, soy una tonta. ¿Quieres ir a tu casa? —Lorde, no quise decir... —Hey, no te preocupes, lo entiendo y no voy a enojarme contigo. Volvió a sonreír y fue cuando me di cuenta de que había sido una idiota. Claro que tenía ganas de besarla, pero la imágen de todas las personas a las que había lastimado vinieron a mi mente. Y fue ahí cuando entendí que quizás el problema era yo y que no quería lastimarla, por eso prefería que sea mi amiga antes de que algo salga mal, Lorde era

