—¿Verónica? —me llamó al verme perdida en mis pensamientos
—Lorde ...yo...-Jugaba con mis manos, no sabía cómo empezar
—Hey —apoyó su mano en mi hombro—. No tienes que avergonzarte, no te estoy juzgando Verónica.
—Yo... Solo no quería que me rechazaras
—¿Y porque haría eso?
—Porque todos lo hicieron.
«Vamos Verónica, sé fuerte, no puedes llorar adelante de una persona que recién conoces» Pensé
—Yo nunca haría eso. ¿Es por eso que te has mudado?
—Si —miré al suelo, no podía soportar la intensidad de sus ojos ahora mismo—. Mi padre no lo aceptaría
—¿Él donde piensa que estás?
—Haciendo un carrera, mi madre le ha dicho eso.
—No tienes que estar avergonzada de eso, si tú lo decidiste tener es lo único que importa, además no estás sola, me dices que tu mamá lo sabe.
—Si, pero de to
