Capítulo 6

5000 Palabras
Después de ver a Thunder decidí que era tiempo de volver a casa, ya había amanecido y yo me sentía demasiado cansada como para dormir en un sofá. Lorde se había ofrecido a traerme a casa, ya que su turno había terminado, pero como había ido en auto, tuve que regresar sola. Las náuseas se habían calmado y ya me sentía mejor, hasta tenía hambre de nuevo. Me recosté en mi cama y cerré los ojos pensando en todo lo que había sucedido en la noche. La angustia que sentí horas atrás había desaparecido cuando ella comenzó una conversación de la que solo me hacía reír, contando anécdotas de sus compañeros de universidad. Tenía que descansar e intentar buscar un empleo. Aunque obviamente omitiría mi embarazo. Cuando desperté cerca del mediodía, comencé a hacer el almuerzo e inevitable miré hacia el patio. Todos los juguetes de Thunder estaban tirados en el césped y su cucha estaba vacía. Era la primera vez que me despertaba y él no me daba los buenos días. Mi celular sonó y lo tomé para ver de qué se trataba, quizás era Lauren con alguna noticia de mi cachorro. Pero no fue así. Era James. JAMES ¿Porque tu padre me dijo que ya no vives aquí,? ¿Eso es cierto? ¿Porque él creía que podía hablarme como si nada hubiera pasado? No le respondí, así que volvió a mandarme. JAMES Verónica, por favor. JAMES NECESITO SABER QUE HAS HECHO VERONICA Ya no quiero que me envies más mensajes, no tienes derecho a nada y no quiero saber más de ti. Me has dejado muy en claro que clase de persona eres. JAMES No es justo, yo no me esperaba que me dijeras tal noticia. Mira Veronica, lo siento ¿Está bien? Puedo ayudarte a solucionar esto, puedo hablar con mis padres y que te vea un especialista. VERONICA No necesito de tu ayuda, ya he ido al doctor con mi madre. JAMES Entonces si ya no estás embarazada ¿porque te has ido? VERONICA ¿Porque piensas que no estoy embarazada? JAMES Porque acabas de decirme que has ido a un espacialista ¿No abortaste aún? JAMES Sé que esto fue difícil, pero era lo mejor. Somos jóvenes aún para tener un bebé. JAMES Perdóname por comportarme como un imbécil, te prometo que de ahora en más todo será diferente. Realmente no podía entender lo que estaba leyendo, James después de todo lo que pasó se tomó el atrevimiento de pedir que abortara. Me sentía como completa estúpida porque aún me sentía mal por aquel chico. Él me había dejado sola en el momento más importante de mi vida y la única persona que me ayudó, fue la menos pensada. Me lavé la cara con frustración, odiándome a mi misma por sentir me de esa manera. Demasiadas personas me habían lastimado en tan pocos años y ya no iba a permitir eso. Iba a proteger a mi hijo con mi vida y nadie me lo impediría. Llevé mi comida a la cama, no tenía humor de estar en la gran sala absolutamente sola. Prendí el televisor y coloqué mi serie favorita, los capítulos de Orphan Black eran adictivos y cada vez que terminaba uno era casi imposible no seguir con el siguiente. Sabía que había decenas de chicas iguales, pero en el instante en el que conocí a Cosima me enamoré de ella. Me quedé dormida en algún momento del comenzó de la cuarta temporada. El timbre de mi casa me despertó, después de haber sonado por segunda vez. Caminé en pasos lentos, aún me sentía cansada por las pocas horas que había dormido. Al abrir la puerta me sorprendí al ver a Lorde del otro lado, sonriendo y vestida de una manera diferente. —Hola —dijo algo nerviosa—. Parece que te olvidaste de nuestro helado Su vista fue desde mis ojos hasta mis pies y luego subió nuevamente, ahí fue cuando me di cuenta que aún vestía mi pijama rosa con detalles navideños en blanco. Sentí como mi cara ardía de vergüenza, además de mi familia, nadie conocía aquel pijama, era algo demasiado íntimo para mí. —Lindo pijama, por cierto —Lorde levantó sus cejas pícaramente y sonrió de lado. —¿Quieres pasar? —dije con dificultad, intentando esconderme detrás de la puerta. —Parece que el día no está de nuestro lado —dijo limpiándose en la alfombra de la entrada Cuando miré hacia afuera noté que no había sol y que estaba lloviendo, pero eran apenas unas gotas. —Iré a cambiarme, ahora vuelvo. —De acuerdo —sonrió amablemente Casi corrí hacia mi habitación, realmente no podía creer que Lorde me haya visto de esa manera, además de que mis pantuflas con forma de Pluto no ayudaban. Me coloqué unos pequeños shorts, junto a una remera grande, que me cubría hasta por arriba de la rodilla. Cuando volví a la sala ella estaba sentada en el sillón, mirando su celular. —Mhm ¿Entonces que haremos? —le pregunté sentándome a su lado —¿Sabes andar a caballo? —Mhm no, nunca lo he hecho —¿Quieres ir? —rascó su nuca—. Mi padre tiene un campo cerca de aquí. ¿Cómo se supone que le explicaba que estaba embarazada y que no podía hacerlo? Seguramente ella se espantaría y no me dirigiría más la palabra. —Lo siento, no me siento muy bien. ¿Quieres mirar una película? Comencé a tocarme el cabello de una manera nerviosa, odiaba el hecho de ser tan aburrida. Los truenos, seguido de una lluvia bastante fuerte, hicieron que de un salto. Lorde me miró divertida, intentando esconder una pequeña sonrisa producto de mi acto. Cualquiera que mirara a Lorde pensaría que es una de esas "chicas rudas" que solo rompen corazones, pero apenas hablas con ella, te das cuenta de que es una dulzura y no se acerca en nada a su look de Rockstar. A sus pantalones negros y rotos los lucía de maravilla, el buzo que traía puesto era una talla más que la suya y de podía ver por lo grande que le quedaba. Un pequeño gorro de lana adornaba su cabeza, y si no fuese porque anoche la había visto trabajando, diría que ella y la veterinaria eran dos personas totalmente diferentes. —¿Qué tipo de películas te gustan? —¿Siendo sincera? —pregunté —Claro —sonrió —Me gustan películas de Disney, pero fuera de eso, también las policiales o suspenso. —¿De verdad?-Levantó sus cejas- Amo las películas policiales, creo que en otra vida fui detective o algo por el estilo. —Sin dudas —reí— ¿Quieres ver alguna de esas películas? —¿Tienes pochoclos? —¿Con caramelo? —Por supuesto —sonrió guiñándome un ojo. Me perdí en su sonrisa hasta que me di cuenta que ella tenía su mirada clavada en la mía. Me di media vuelta y comencé a hacer los pochoclos mientras ella miraba su celular, intentando buscar alguna película buena. —Prende la televisión, seguro en Netflix hay alguna buena. —De acuerdo. Mi sonrisa desapareció al recordar los mensajes de James e inconscientemente llevé mis manos hacia mi abdomen, tenía ganas de llorar. A esta altura no me sorprendía nada de él, la mayoría del tiempo había sido muy dulce conmigo, había ganado mi confianza de una manera espectacular después que pasara lo de Luke, pero ahora no podía decir lo mismo. Por alguna razón, después de que me mudara había cerrado mi corazón, porque de todas formas, aunque al principio sean amables contigo, todo el mundo terminaría lastimándote y yo no quería volver a darle ese arma a nadie más —¿Estás bien? —susurró Lorde. No me había dado cuenta de que estaba parada a mi lado, ni tampoco en que me había encontrado sumergida en mis pensamientos mientras sostenía mi abdomen de manera protectora. —¿Te duele la panza? —preguntó de nuevo —Mhm no, es solo que... Tengo cólicos. —Oh, entiendo —me dió una pequeña sonrisa— ¿Quieres que termine yo? —No te preocupes, solo hay que ponerlo en un recipiente. Ella asentió y volvió a sentarse en el sillón, lo que me dió la posibilidad de tirar afuera todo el aire que había contenido al tenerla tan cerca de mi. Minutos después, ya me había sentado a su lado para comenzar a ver la película. —Lo siento ¿Puedo ir al baño? —dijo pausando la película. —Ven tranquila, está arriba, es la última puerta. Ella me sonrió como respuesta y su subió rápidamente las escaleras. No podía negar de que la primera vez que había visto a Lorde me pareció la mujer más hermosa que había visto, pero no quería involucrarme con ella de manera sentimental, quiero decir, podíamos ser buenas amigas, pero nada más allá de eso. El timbre sonó justo cuando estaba mirando mi celular, James me había escrito de nuevo, pero lo estaba ignorando. No tenía idea de quién podría haber sido, las únicas personas que me conocían era la familia Andrews y dudo que sean ellos. Cuando abrí la puerta ni siquiera tuve la oportunidad de razonar lo que estaba pasando en ese momento, pero James pasó por la puerta y entró a la casa como si fuese suya. Por su rostro, no se veía muy amigable, ni tampoco venía a decirme que me extrañaba. Miró todo a mi alrededor hasta que su mirada de fijó en mi. —¿Porque diablos te fuiste? —dijo en un tono duro. —No es asunto tuyo ¿Qué haces aquí? —Tenía que hablar contigo y solo has estado ignorándome. —Porque no me interesa hablar contigo, solo quiero que te largues de aquí, ya se todo lo que me vienes a decir —Veronica, debes pensar bien las cosas, somos demasiado jóvenes para tener un niño. —Tu no lo tendrás, ya me lo has dejado claro. Ahora es mi turno de decidir y yo he dicho que si quiero tenerlo. —Eres una estúpida —gruñó En ese instante, se escuchó como algo se caía desde el piso de arriba, James miró de forma enojada hacia las escaleras y luego hacia mi. —Oh, ya entiendo porque te fuiste —sonrió cínico— ¿Tenías un amante mientras estaba contigo? —¿Qué? —¡HEEY TÚ! ¡BAJA EN ESTE INSTANTE!-Gritó en dirección a la escalera —¡¿Qué mierda es lo que haces?! —lo empujé. Él me tomó del cuello y me arrinconó contra la pared, acercando su rostro al mío. —¿Creíste que me ibas a engañar? —casi gritó, su tono era demasiado duro—. Eres una zorra de mierda ¿Creías que me iba a comer el cuento de que ese niño es mío? Mi padre tenía razón —sonrió—. Tu no vales la pena. Cerré los ojos cuando sentí que su cuerpo salía bruscamente de encima mío. Cuando me recuperé ví como Lorde lo agarraba de su chaqueta mientras lo miraba a los ojos. —¿Qué mierda es lo que te pasa? —lo apoyó contra la pared aún sosteniéndolo— ¿Quién te crees que eres para hablarle a una mujer de esa manera? —¿Tú eres su amante? —rió—. Creí que al menos te buscarías a alguien que te satisfaciera en la cama... A un hombre —su tono era burlón y cerré mis puños para evitar romperle la cara. —¿Y a ti que te hace pensar que no la puedo satisfacer en la cama? oh ya entiendo —rió Lorde—. Tú eres el típico machito que piensa que por tener un pene puede hacer correr a una mujer, cuando ni siquiera sabe la existencia del clítoris —volvió a reír divertida—. De todas formas querido, si no quieres que rompa tu horrible rostro, será mejor que no vuelvas a acercarte a esa chica de allá. —¿Ya te dijo? —él sonrió y me miró. —¡Ya cállate! —)e grité enojada—. Vete. Su sonrisa creció aún más cuando se dió cuenta de que no le había dicho absolutamente nada a Lorde sobre el embarazo. —¿No te da pena acostarte con una mujer embarazada? Lorde clavó la mirada en mi por un momento, hasta que lo miró a él con una sonrisa. —Lorde... yo. —No te preocupes cariño —me detuvo ella—. Hablaré con el a solas, si no te molesta, ahora vuelvo. Lorde lo soltó de un empujón, obligándolo a caminar hacia afuera, me sonrió dulcemente antes de salir y me quedé parada en el mismo lugar. ¿Qué se supone que iba a hablar con él? Estaba en una lucha interna, no sabía que hacer. Se supone que debía ir y para lo que sé que estén haciendo, no quería que Lorde terminara lastimada por mi culpa. ¿Ella se iba a alejar de mi por estar embarazada? Esperaba que eso no fuese así, porque me estaba agrandando su compañía y de verdad necesitaba una amiga en este momento. El sonido del motor de un auto, seguido de las llantas saliendo a toda velocidad se escucharon desde afuera, sacándome de mi trance. La puerta principal se abrió y entró Lorde bajando las mangas de su buzo. —¿Porque no me contaste que estabas embarazada? Después de ver a Thunder decidí que era tiempo de volver a casa, ya había amanecido y yo me sentía demasiado cansada como para dormir en un sofá. Lorde se había ofrecido a traerme a casa, ya que su turno había terminado, pero como había ido en auto, tuve que regresar sola. Las náuseas se habían calmado y ya me sentía mejor, hasta tenía hambre de nuevo. Me recosté en mi cama y cerré los ojos pensando en todo lo que había sucedido en la noche. La angustia que sentí horas atrás había desaparecido cuando ella comenzó una conversación de la que solo me hacía reír, contando anécdotas de sus compañeros de universidad. Tenía que descansar e intentar buscar un empleo. Aunque obviamente omitiría mi embarazo. Cuando desperté cerca del mediodía, comencé a hacer el almuerzo e inevitable miré hacia el patio. Todos los juguetes de Thunder estaban tirados en el césped y su cucha estaba vacía. Era la primera vez que me despertaba y él no me daba los buenos días. Mi celular sonó y lo tomé para ver de qué se trataba, quizás era Lauren con alguna noticia de mi cachorro. Pero no fue así. Era James. JAMES ¿Porque tu padre me dijo que ya no vives aquí,? ¿Eso es cierto? ¿Porque él creía que podía hablarme como si nada hubiera pasado? No le respondí, así que volvió a mandarme. JAMES Verónica, por favor. JAMES NECESITO SABER QUE HAS HECHO VERONICA Ya no quiero que me envies más mensajes, no tienes derecho a nada y no quiero saber más de ti. Me has dejado muy en claro que clase de persona eres. JAMES No es justo, yo no me esperaba que me dijeras tal noticia. Mira Veronica, lo siento ¿Está bien? Puedo ayudarte a solucionar esto, puedo hablar con mis padres y que te vea un especialista. VERONICA No necesito de tu ayuda, ya he ido al doctor con mi madre. JAMES Entonces si ya no estás embarazada ¿porque te has ido? VERONICA ¿Porque piensas que no estoy embarazada? JAMES Porque acabas de decirme que has ido a un espacialista ¿No abortaste aún? JAMES Sé que esto fue difícil, pero era lo mejor. Somos jóvenes aún para tener un bebé. JAMES Perdóname por comportarme como un imbécil, te prometo que de ahora en más todo será diferente. Realmente no podía entender lo que estaba leyendo, James después de todo lo que pasó se tomó el atrevimiento de pedir que abortara. Me sentía como completa estúpida porque aún me sentía mal por aquel chico. Él me había dejado sola en el momento más importante de mi vida y la única persona que me ayudó, fue la menos pensada. Me lavé la cara con frustración, odiándome a mi misma por sentir me de esa manera. Demasiadas personas me habían lastimado en tan pocos años y ya no iba a permitir eso. Iba a proteger a mi hijo con mi vida y nadie me lo impediría. Llevé mi comida a la cama, no tenía humor de estar en la gran sala absolutamente sola. Prendí el televisor y coloqué mi serie favorita, los capítulos de Orphan Black eran adictivos y cada vez que terminaba uno era casi imposible no seguir con el siguiente. Sabía que había decenas de chicas iguales, pero en el instante en el que conocí a Cosima me enamoré de ella. Me quedé dormida en algún momento del comenzó de la cuarta temporada. El timbre de mi casa me despertó, después de haber sonado por segunda vez. Caminé en pasos lentos, aún me sentía cansada por las pocas horas que había dormido. Al abrir la puerta me sorprendí al ver a Lorde del otro lado, sonriendo y vestida de una manera diferente. —Hola —dijo algo nerviosa—. Parece que te olvidaste de nuestro helado Su vista fue desde mis ojos hasta mis pies y luego subió nuevamente, ahí fue cuando me di cuenta que aún vestía mi pijama rosa con detalles navideños en blanco. Sentí como mi cara ardía de vergüenza, además de mi familia, nadie conocía aquel pijama, era algo demasiado íntimo para mí. —Lindo pijama, por cierto —Lorde levantó sus cejas pícaramente y sonrió de lado. —¿Quieres pasar? —dije con dificultad, intentando esconderme detrás de la puerta. —Parece que el día no está de nuestro lado —dijo limpiándose en la alfombra de la entrada Cuando miré hacia afuera noté que no había sol y que estaba lloviendo, pero eran apenas unas gotas. —Iré a cambiarme, ahora vuelvo. —De acuerdo —sonrió amablemente Casi corrí hacia mi habitación, realmente no podía creer que Lorde me haya visto de esa manera, además de que mis pantuflas con forma de Pluto no ayudaban. Me coloqué unos pequeños shorts, junto a una remera grande, que me cubría hasta por arriba de la rodilla. Cuando volví a la sala ella estaba sentada en el sillón, mirando su celular. —Mhm ¿Entonces que haremos? —le pregunté sentándome a su lado —¿Sabes andar a caballo? —Mhm no, nunca lo he hecho —¿Quieres ir? —rascó su nuca—. Mi padre tiene un campo cerca de aquí. ¿Cómo se supone que le explicaba que estaba embarazada y que no podía hacerlo? Seguramente ella se espantaría y no me dirigiría más la palabra. —Lo siento, no me siento muy bien. ¿Quieres mirar una película? Comencé a tocarme el cabello de una manera nerviosa, odiaba el hecho de ser tan aburrida. Los truenos, seguido de una lluvia bastante fuerte, hicieron que de un salto. Lorde me miró divertida, intentando esconder una pequeña sonrisa producto de mi acto. Cualquiera que mirara a Lorde pensaría que es una de esas "chicas rudas" que solo rompen corazones, pero apenas hablas con ella, te das cuenta de que es una dulzura y no se acerca en nada a su look de Rockstar. A sus pantalones negros y rotos los lucía de maravilla, el buzo que traía puesto era una talla más que la suya y de podía ver por lo grande que le quedaba. Un pequeño gorro de lana adornaba su cabeza, y si no fuese porque anoche la había visto trabajando, diría que ella y la veterinaria eran dos personas totalmente diferentes. —¿Qué tipo de películas te gustan? —¿Siendo sincera? —pregunté —Claro —sonrió —Me gustan películas de Disney, pero fuera de eso, también las policiales o suspenso. —¿De verdad?-Levantó sus cejas- Amo las películas policiales, creo que en otra vida fui detective o algo por el estilo. —Sin dudas —reí— ¿Quieres ver alguna de esas películas? —¿Tienes pochoclos? —¿Con caramelo? —Por supuesto —sonrió guiñándome un ojo. Me perdí en su sonrisa hasta que me di cuenta que ella tenía su mirada clavada en la mía. Me di media vuelta y comencé a hacer los pochoclos mientras ella miraba su celular, intentando buscar alguna película buena. —Prende la televisión, seguro en Netflix hay alguna buena. —De acuerdo. Mi sonrisa desapareció al recordar los mensajes de James e inconscientemente llevé mis manos hacia mi abdomen, tenía ganas de llorar. A esta altura no me sorprendía nada de él, la mayoría del tiempo había sido muy dulce conmigo, había ganado mi confianza de una manera espectacular después que pasara lo de Luke, pero ahora no podía decir lo mismo. Por alguna razón, después de que me mudara había cerrado mi corazón, porque de todas formas, aunque al principio sean amables contigo, todo el mundo terminaría lastimándote y yo no quería volver a darle ese arma a nadie más —¿Estás bien? —susurró Lorde. No me había dado cuenta de que estaba parada a mi lado, ni tampoco en que me había encontrado sumergida en mis pensamientos mientras sostenía mi abdomen de manera protectora. —¿Te duele la panza? —preguntó de nuevo —Mhm no, es solo que... Tengo cólicos. —Oh, entiendo —me dió una pequeña sonrisa— ¿Quieres que termine yo? —No te preocupes, solo hay que ponerlo en un recipiente. Ella asentió y volvió a sentarse en el sillón, lo que me dió la posibilidad de tirar afuera todo el aire que había contenido al tenerla tan cerca de mi. Minutos después, ya me había sentado a su lado para comenzar a ver la película. —Lo siento ¿Puedo ir al baño? —dijo pausando la película. —Ven tranquila, está arriba, es la última puerta. Ella me sonrió como respuesta y su subió rápidamente las escaleras. No podía negar de que la primera vez que había visto a Lorde me pareció la mujer más hermosa que había visto, pero no quería involucrarme con ella de manera sentimental, quiero decir, podíamos ser buenas amigas, pero nada más allá de eso. El timbre sonó justo cuando estaba mirando mi celular, James me había escrito de nuevo, pero lo estaba ignorando. No tenía idea de quién podría haber sido, las únicas personas que me conocían era la familia Andrews y dudo que sean ellos. Cuando abrí la puerta ni siquiera tuve la oportunidad de razonar lo que estaba pasando en ese momento, pero James pasó por la puerta y entró a la casa como si fuese suya. Por su rostro, no se veía muy amigable, ni tampoco venía a decirme que me extrañaba. Miró todo a mi alrededor hasta que su mirada de fijó en mi. —¿Porque diablos te fuiste? —dijo en un tono duro. —No es asunto tuyo ¿Qué haces aquí? —Tenía que hablar contigo y solo has estado ignorándome. —Porque no me interesa hablar contigo, solo quiero que te largues de aquí, ya se todo lo que me vienes a decir —Veronica, debes pensar bien las cosas, somos demasiado jóvenes para tener un niño. —Tu no lo tendrás, ya me lo has dejado claro. Ahora es mi turno de decidir y yo he dicho que si quiero tenerlo. —Eres una estúpida —gruñó En ese instante, se escuchó como algo se caía desde el piso de arriba, James miró de forma enojada hacia las escaleras y luego hacia mi. —Oh, ya entiendo porque te fuiste —sonrió cínico— ¿Tenías un amante mientras estaba contigo? —¿Qué? —¡HEEY TÚ! ¡BAJA EN ESTE INSTANTE!-Gritó en dirección a la escalera —¡¿Qué mierda es lo que haces?! —lo empujé. Él me tomó del cuello y me arrinconó contra la pared, acercando su rostro al mío. —¿Creíste que me ibas a engañar? —casi gritó, su tono era demasiado duro—. Eres una zorra de mierda ¿Creías que me iba a comer el cuento de que ese niño es mío? Mi padre tenía razón —sonrió—. Tu no vales la pena. Cerré los ojos cuando sentí que su cuerpo salía bruscamente de encima mío. Cuando me recuperé ví como Lorde lo agarraba de su chaqueta mientras lo miraba a los ojos. —¿Qué mierda es lo que te pasa? —lo apoyó contra la pared aún sosteniéndolo— ¿Quién te crees que eres para hablarle a una mujer de esa manera? —¿Tú eres su amante? —rió—. Creí que al menos te buscarías a alguien que te satisfaciera en la cama... A un hombre —su tono era burlón y cerré mis puños para evitar romperle la cara. —¿Y a ti que te hace pensar que no la puedo satisfacer en la cama? oh ya entiendo —rió Lorde—. Tú eres el típico machito que piensa que por tener un pene puede hacer correr a una mujer, cuando ni siquiera sabe la existencia del clítoris —volvió a reír divertida—. De todas formas querido, si no quieres que rompa tu horrible rostro, será mejor que no vuelvas a acercarte a esa chica de allá. —¿Ya te dijo? —él sonrió y me miró. —¡Ya cállate! —)e grité enojada—. Vete. Su sonrisa creció aún más cuando se dió cuenta de que no le había dicho absolutamente nada a Lorde sobre el embarazo. —¿No te da pena acostarte con una mujer embarazada? Lorde clavó la mirada en mi por un momento, hasta que lo miró a él con una sonrisa. —Lorde... yo. —No te preocupes cariño —me detuvo ella—. Hablaré con el a solas, si no te molesta, ahora vuelvo. Lorde lo soltó de un empujón, obligándolo a caminar hacia afuera, me sonrió dulcemente antes de salir y me quedé parada en el mismo lugar. ¿Qué se supone que iba a hablar con él? Estaba en una lucha interna, no sabía que hacer. Se supone que debía ir y para lo que sé que estén haciendo, no quería que Lorde terminara lastimada por mi culpa. ¿Ella se iba a alejar de mi por estar embarazada? Esperaba que eso no fuese así, porque me estaba agrandando su compañía y de verdad necesitaba una amiga en este momento. El sonido del motor de un auto, seguido de las llantas saliendo a toda velocidad se escucharon desde afuera, sacándome de mi trance. La puerta principal se abrió y entró Lorde bajando las mangas de su buzo. —¿Porque no me contaste que estabas embarazada? Por su rostro, no se veía muy amigable, ni tampoco venía a decirme que me extrañaba. Miró todo a mi alrededor hasta que su mirada de fijó en mi. —¿Porque diablos te fuiste? —dijo en un tono duro. —No es asunto tuyo ¿Qué haces aquí? —Tenía que hablar contigo y solo has estado ignorándome. —Porque no me interesa hablar contigo, solo quiero que te largues de aquí, ya se todo lo que me vienes a decir —Veronica, debes pensar bien las cosas, somos demasiado jóvenes para tener un niño. —Tu no lo tendrás, ya me lo has dejado claro. Ahora es mi turno de decidir y yo he dicho que si quiero tenerlo. —Eres una estúpida —gruñó En ese instante, se escuchó como algo se caía desde el piso de arriba, James miró de forma enojada hacia las escaleras y luego hacia mi. —Oh, ya entiendo porque te fuiste —sonrió cínico— ¿Tenías un amante mientras estaba contigo? —¿Qué? —¡HEEY TÚ! ¡BAJA EN ESTE INSTANTE!-Gritó en dirección a la escalera —¡¿Qué mierda es lo que haces?! —lo empujé. Él me tomó del cuello y me arrinconó contra la pared, acercando su rostro al mío. —¿Creíste que me ibas a engañar? —casi gritó, su tono era demasiado duro—. Eres una zorra de mierda ¿Creías que me iba a comer el cuento de que ese niño es mío? Mi padre tenía razón —sonrió—. Tu no vales la pena. Cerré los ojos cuando sentí que su cuerpo salía bruscamente de encima mío. Cuando me recuperé ví como Lorde lo agarraba de su chaqueta mientras lo miraba a los ojos. —¿Qué mierda es lo que te pasa? —lo apoyó contra la pared aún sosteniéndolo— ¿Quién te crees que eres para hablarle a una mujer de esa manera? —¿Tú eres su amante? —rió—. Creí que al menos te buscarías a alguien que te satisfaciera en la cama... A un hombre —su tono era burlón y cerré mis puños para evitar romperle la cara. —¿Y a ti que te hace pensar que no la puedo satisfacer en la cama? oh ya entiendo —rió Lorde—. Tú eres el típico machito que piensa que por tener un pene puede hacer correr a una mujer, cuando ni siquiera sabe la existencia del clítoris —volvió a reír divertida—. De todas formas querido, si no quieres que rompa tu horrible rostro, será mejor que no vuelvas a acercarte a esa chica de allá. —————————
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