Capítulo 5

5000 Palabras
Después de que la veterinaria me haya explicado lo que tenía Thunder no podía quedarme quieta en ese lugar. Ella se lo llevó, diciéndome que le pondría suero y lo estaría estudiando, ahora tenía fiebre y deshidratación, al parecer tenía parvovirus, una enfermedad que podía ser letal si no te trata a tiempo. Después de unos minutos volvió, y caminó hacia mi —Quedate tranquila, haré todo lo posible para que él se recupere. —¿Está muy mal? —Está muy decaído, pero lo trajiste a tiempo, se pondrá mejor, te lo prometo. —¿Puedo quedarme aquí? —suspiro—. No quiero dejarlo solo. —Él estará bien, pero si te deja más tranquila puedes quedarte y compartimos algún café, hoy es mi turno de noche y me vendría bien una compañía. —Iré por unos cafés y ahora vuelvo. —¿Cómo te llamas? —Veronica Santos ¿Y tú? —Soy Lorde . Por primera vez me quedé muda mirando sus increíbles ojos, la luz le daba justo en la zona y tenía un brillo especial. —¿Hola? ¿Te encuentras bien? —dijo mirándome. —Si, lo siento —acomodé mi cabello con nerviosismo. —¿Entonces si te gusta el café con leche? —Ahh si, me gusta ¿Tu quieres uno? —Me encantaría. —Ahora vuelvo. Le sonreí por última vez y conduje hasta un lugar en donde estaba abierto veinticuatro horas. Le pedí dos cafés y algo para comer en el camino ya que me dieron antojos de comer dulce. No podía creer que haya actuado como una niña tonta al ver sus ojos. Por suerte seguro ella no lo había notado ¿Quien podría prestarme siquiera la mínima atención? Cuando entré nuevamente al lugar, ella estaba llenando unos papeles, así que dejé su café en la mesa y miré lo que estaba haciendo. Era una ficha en donde explicaba lo que tenía Thunder y los medicamentos que le había dado minutos antes, su letra era hermosa. —¿Puedes firmar aquí? —dijo señalando el final de la hoja. Asentí e hice lo que me había dicho, cuando levanté la mirada ella estaba me mirando algo extrañada, entonces seguí su vista y me dí cuenta de que miraba mi mano, apoyada sobre mi panza. Pero no dijo absolutamente nada. —¿Te gusta el pueblo? —preguntó mientras guardaba la ficha en un cajón. —La verdad es que no lo he recorrido mucho, pero me ha gustado, la gente es muy amable. —¿Donde vivas antes? —En Phoenix. —¿Y porque decidiste mudarte? No sabía que responder, realmente no tenía idea si decirle sobre algo de lo que había pasado, era demasiado complicado y no estaba segura si quería que alguien supiera de mi embarazo aún. —Lo siento —se disculpó—. No tienes que responder si no quieres, solo quería tener un tema para hablar —sonrió avergonzada. No podía negar que se veía increíblemente adorable. —No te preocupes, me mudé porque vivía con mis padres y todo se ha vuelto demasiado complicado. —Entiendo. —¿Y tú que puedes contarme de tu vida? —No tengo nada interesante en verdad. —No lo creo, pareces interesante- Sonreí —La verdad es que toda mi vida viví en este pueblo, solo me he ido por unos años para hacer mi carrera pero regresé aquí porque no quería estar tan lejos de mi familia. Me he mudado y ahora vivo sola, hace unos meses —Imagino que no te has mudado muy lejos, el pueblo no es tan grande Ella rió suavemente y no escuché lo que me respondió —¿Cómo está el café?- Intenté cambiar de tema porque no quería quedar como una tonta —Buenísimo —sonrió- ¿Tienes hermanos? —No, soy hija única- Levanté mis hombros- Te preguntaría lo mismo pero ya he conocido a tu hermano —¿A Chris? —Si, él me ayudó en la mudanza —Oh- Se quedó mirando el suelo pensativa —¿Qué sucede? —Nada-Sonrió amablemente —Dime. —No es nada, solo que Chris me ha dicho que hoy conoció a una chica guapa. —Ahh —sonreí avergonzada —No vayas a decirle que te dije eso, por favor —dice con una media sonrisa. —No te preocupes, nunca se lo diría. —¿Y.. tú tienes novio? —preguntó jugando con sus dedos —No. Torcí mi boca ante la pregunta, un recuerdo había venido a mi mente y mis ojos comenzaron a arder, ya que quería llorar por todo lo que había pasado. —¿He hecho algo mal? —preguntó preocupada —No... Es solo que es... —Complicado —terminó la frase—. Entiendo, no te preocupes y lo siento —No tienes que disculparte, soy yo la que tiene muchos problemas —sonreí con tristeza. Nos quedamos mirando por unos minutos, ninguna hablaba y comenzaba a ser incómodo. —Veronica ¿Quieres ir por un helado mañana? Puedo mostrarte el pueblo si quieres —Mhm claro ¿A qué hora? —En la tarde ¿Quieres que pase por ti? —Claro ¿Podré venir a ver a Thunder luego? —Siempre que quieras —sonrió Luego de eso, Lorde fue a ver a Thunder nuevamente. Me quedé caminando por el lugar, mirando todos los accesorios que había para las mascotas. Pensé que muchos de los juguetes le encantarían a Thunder y que cuando se sintiera mejor se los compraría a todos. Pero necesitaba conseguir un empleo. No quería vivir de mi madre. Imágenes de mi padre gritándome vinieron a mi mente. Me acordé de cada palabra que me dijo cuando decidí contarle que era bisexual, de todas las discusiones que vinieron después de aquella confesión y de todo lo que me lastimó porque solo quería conservar su estúpida imágen. Una lágrima mojó mi mejilla y cuando quise darme cuenta ya tenía la cara toda empapada. No podía dejar de llorar, no entendía como una persona podía cambiar tanto, en tan poco tiempo. Sentí una mano apoyarse en mi hombro y me dí la vuelta, encontrándome con la cara de Lorde, absolutamente preocupada. —Tranquila, él se pondrá bien, te lo prometo —acarició mis hombros —Lo sé, pero él es lo único que tengo —comencé a llorar más fuerte, me sentía demasiado triste Sus brazos rodearon mi cuello, en un abrazo acogedor. Cerré los ojos cuando sentí su perfume y el calor de sus brazos. No tenía idea de cuánto necesitaba un abrazo hasta este momento. ¿Cuánto había pasado de la última vez que alguien me abrazó? Sin contar a mi madre, había pasado realmente muchísimo tiempo. Hasta había olvidado lo que era ser querida sinceramente por alguien. Le devolví el abrazo y sostuve su cintura firmemente, intentando sacar toda mi tristeza con alguien que apenas conocía, pero que me hacía sentir bien. ¿Cómo explicar en palabras lo que estaba sucediendo ahora mismo? No tenía ninguna correcta para describir aquello. —Ve a casa a descansar, yo cuidaré de él, puedes venir a verlo por la mañana —No quiero irme. —Veronica... —Por favor, Lorde. —De acuerdo, pero no llores más, porque él se pondrá bien. Puso su mano en mi mandíbula y con su pulgar acarició mi mejilla. —Vamos. Tomó mi mano y me llevó hacia una sala, en donde había un sillón, un televisor y una cocina, al parecer era dónde ella descansaba en sus turnos nocturnos. —Puedes ponerte cómoda —Gracias —Ahora vuelvo, tengo que revisar a un cachorrito Me sonrió y salió por la puerta, dejándome sola en aquella habitación. Sentí mi pecho apretado, tenía ganas de llorar pero no quería hacerlo aquí. El abrazo de Lorde me había calmado, pero aún seguía sintiendo esa angustia que nunca me dejaba tranquila. Miré televisión por un largo rato, hasta que me quedé dormida sobre el sillón. Me desperté con náuseas y corrí al baño que estaba al lado. No podía dejar de expulsar todo lo que había comido en el día, me sentía fatal. Escuché la puerta del baño y rápidamente un cuerpo a mi lado, acariciándome la espalda con cariño. —¿Te encuentras bien?- Dijo mientras me daba una toalla -Si, gracias —intenté sonreír pero no pude. Me levanté y me lave la boca, mientras Lorde aún seguía a mi lado. Cuando me di la vuelta para salir, me choqué con Lorde, que me sostuvo rápidamente por la cintura, ya me había mareado por el repentino movimiento. Nuestros rostros estaban a centímetros de distancia. Ella no dejaba de mirarme y yo no podía despegar mi vista, sus ojos eran preciosos. —Tus ojos son bonitos —susurró. Después de que la veterinaria me haya explicado lo que tenía Thunder no podía quedarme quieta en ese lugar. Ella se lo llevó, diciéndome que le pondría suero y lo estaría estudiando, ahora tenía fiebre y deshidratación, al parecer tenía parvovirus, una enfermedad que podía ser letal si no te trata a tiempo. Después de unos minutos volvió, y caminó hacia mi —Quedate tranquila, haré todo lo posible para que él se recupere. —¿Está muy mal? —Está muy decaído, pero lo trajiste a tiempo, se pondrá mejor, te lo prometo. —¿Puedo quedarme aquí? —suspiro—. No quiero dejarlo solo. —Él estará bien, pero si te deja más tranquila puedes quedarte y compartimos algún café, hoy es mi turno de noche y me vendría bien una compañía. —Iré por unos cafés y ahora vuelvo. —¿Cómo te llamas? —Veronica Santos ¿Y tú? —Soy Lorde . Por primera vez me quedé muda mirando sus increíbles ojos, la luz le daba justo en la zona y tenía un brillo especial. —¿Hola? ¿Te encuentras bien? —dijo mirándome. —Si, lo siento —acomodé mi cabello con nerviosismo. —¿Entonces si te gusta el café con leche? —Ahh si, me gusta ¿Tu quieres uno? —Me encantaría. —Ahora vuelvo. Le sonreí por última vez y conduje hasta un lugar en donde estaba abierto veinticuatro horas. Le pedí dos cafés y algo para comer en el camino ya que me dieron antojos de comer dulce. No podía creer que haya actuado como una niña tonta al ver sus ojos. Por suerte seguro ella no lo había notado ¿Quien podría prestarme siquiera la mínima atención? Cuando entré nuevamente al lugar, ella estaba llenando unos papeles, así que dejé su café en la mesa y miré lo que estaba haciendo. Era una ficha en donde explicaba lo que tenía Thunder y los medicamentos que le había dado minutos antes, su letra era hermosa. —¿Puedes firmar aquí? —dijo señalando el final de la hoja. Asentí e hice lo que me había dicho, cuando levanté la mirada ella estaba me mirando algo extrañada, entonces seguí su vista y me dí cuenta de que miraba mi mano, apoyada sobre mi panza. Pero no dijo absolutamente nada. —¿Te gusta el pueblo? —preguntó mientras guardaba la ficha en un cajón. —La verdad es que no lo he recorrido mucho, pero me ha gustado, la gente es muy amable. —¿Donde vivas antes? —En Phoenix. —¿Y porque decidiste mudarte? No sabía que responder, realmente no tenía idea si decirle sobre algo de lo que había pasado, era demasiado complicado y no estaba segura si quería que alguien supiera de mi embarazo aún. —Lo siento —se disculpó—. No tienes que responder si no quieres, solo quería tener un tema para hablar —sonrió avergonzada. No podía negar que se veía increíblemente adorable. —No te preocupes, me mudé porque vivía con mis padres y todo se ha vuelto demasiado complicado. —Entiendo. —¿Y tú que puedes contarme de tu vida? —No tengo nada interesante en verdad. —No lo creo, pareces interesante- Sonreí —La verdad es que toda mi vida viví en este pueblo, solo me he ido por unos años para hacer mi carrera pero regresé aquí porque no quería estar tan lejos de mi familia. Me he mudado y ahora vivo sola, hace unos meses —Imagino que no te has mudado muy lejos, el pueblo no es tan grande Ella rió suavemente y no escuché lo que me respondió —¿Cómo está el café?- Intenté cambiar de tema porque no quería quedar como una tonta —Buenísimo —sonrió- ¿Tienes hermanos? —No, soy hija única- Levanté mis hombros- Te preguntaría lo mismo pero ya he conocido a tu hermano —¿A Chris? —Si, él me ayudó en la mudanza —Oh- Se quedó mirando el suelo pensativa —¿Qué sucede? —Nada-Sonrió amablemente —Dime. —No es nada, solo que Chris me ha dicho que hoy conoció a una chica guapa. —Ahh —sonreí avergonzada —No vayas a decirle que te dije eso, por favor —dice con una media sonrisa. —No te preocupes, nunca se lo diría. —¿Y.. tú tienes novio? —preguntó jugando con sus dedos —No. Torcí mi boca ante la pregunta, un recuerdo había venido a mi mente y mis ojos comenzaron a arder, ya que quería llorar por todo lo que había pasado. —¿He hecho algo mal? —preguntó preocupada —No... Es solo que es... —Complicado —terminó la frase—. Entiendo, no te preocupes y lo siento —No tienes que disculparte, soy yo la que tiene muchos problemas —sonreí con tristeza. Nos quedamos mirando por unos minutos, ninguna hablaba y comenzaba a ser incómodo. —Veronica ¿Quieres ir por un helado mañana? Puedo mostrarte el pueblo si quieres —Mhm claro ¿A qué hora? —En la tarde ¿Quieres que pase por ti? —Claro ¿Podré venir a ver a Thunder luego? —Siempre que quieras —sonrió Luego de eso, Lorde fue a ver a Thunder nuevamente. Me quedé caminando por el lugar, mirando todos los accesorios que había para las mascotas. Pensé que muchos de los juguetes le encantarían a Thunder y que cuando se sintiera mejor se los compraría a todos. Pero necesitaba conseguir un empleo. No quería vivir de mi madre. Imágenes de mi padre gritándome vinieron a mi mente. Me acordé de cada palabra que me dijo cuando decidí contarle que era bisexual, de todas las discusiones que vinieron después de aquella confesión y de todo lo que me lastimó porque solo quería conservar su estúpida imágen. Una lágrima mojó mi mejilla y cuando quise darme cuenta ya tenía la cara toda empapada. No podía dejar de llorar, no entendía como una persona podía cambiar tanto, en tan poco tiempo. Sentí una mano apoyarse en mi hombro y me dí la vuelta, encontrándome con la cara de Lorde, absolutamente preocupada. —Tranquila, él se pondrá bien, te lo prometo —acarició mis hombros —Lo sé, pero él es lo único que tengo —comencé a llorar más fuerte, me sentía demasiado triste Sus brazos rodearon mi cuello, en un abrazo acogedor. Cerré los ojos cuando sentí su perfume y el calor de sus brazos. No tenía idea de cuánto necesitaba un abrazo hasta este momento. ¿Cuánto había pasado de la última vez que alguien me abrazó? Sin contar a mi madre, había pasado realmente muchísimo tiempo. Hasta había olvidado lo que era ser querida sinceramente por alguien. Le devolví el abrazo y sostuve su cintura firmemente, intentando sacar toda mi tristeza con alguien que apenas conocía, pero que me hacía sentir bien. ¿Cómo explicar en palabras lo que estaba sucediendo ahora mismo? No tenía ninguna correcta para describir aquello. —Ve a casa a descansar, yo cuidaré de él, puedes venir a verlo por la mañana —No quiero irme. —Veronica... —Por favor, Lorde. —De acuerdo, pero no llores más, porque él se pondrá bien. Puso su mano en mi mandíbula y con su pulgar acarició mi mejilla. —Vamos. Tomó mi mano y me llevó hacia una sala, en donde había un sillón, un televisor y una cocina, al parecer era dónde ella descansaba en sus turnos nocturnos. —Puedes ponerte cómoda —Gracias —Ahora vuelvo, tengo que revisar a un cachorrito Me sonrió y salió por la puerta, dejándome sola en aquella habitación. Sentí mi pecho apretado, tenía ganas de llorar pero no quería hacerlo aquí. El abrazo de Lorde me había calmado, pero aún seguía sintiendo esa angustia que nunca me dejaba tranquila. Miré televisión por un largo rato, hasta que me quedé dormida sobre el sillón. Me desperté con náuseas y corrí al baño que estaba al lado. No podía dejar de expulsar todo lo que había comido en el día, me sentía fatal. Escuché la puerta del baño y rápidamente un cuerpo a mi lado, acariciándome la espalda con cariño. —¿Te encuentras bien?- Dijo mientras me daba una toalla -Si, gracias —intenté sonreír pero no pude. Me levanté y me lave la boca, mientras Lorde aún seguía a mi lado. Cuando me di la vuelta para salir, me choqué con Lorde, que me sostuvo rápidamente por la cintura, ya me había mareado por el repentino movimiento. Nuestros rostros estaban a centímetros de distancia. Ella no dejaba de mirarme y yo no podía despegar mi vista, sus ojos eran preciosos. —Tus ojos son bonitos —susurró. Después de que la veterinaria me haya explicado lo que tenía Thunder no podía quedarme quieta en ese lugar. Ella se lo llevó, diciéndome que le pondría suero y lo estaría estudiando, ahora tenía fiebre y deshidratación, al parecer tenía parvovirus, una enfermedad que podía ser letal si no te trata a tiempo. Después de unos minutos volvió, y caminó hacia mi —Quedate tranquila, haré todo lo posible para que él se recupere. —¿Está muy mal? —Está muy decaído, pero lo trajiste a tiempo, se pondrá mejor, te lo prometo. —¿Puedo quedarme aquí? —suspiro—. No quiero dejarlo solo. —Él estará bien, pero si te deja más tranquila puedes quedarte y compartimos algún café, hoy es mi turno de noche y me vendría bien una compañía. —Iré por unos cafés y ahora vuelvo. —¿Cómo te llamas? —Veronica Santos ¿Y tú? —Soy Lorde . Por primera vez me quedé muda mirando sus increíbles ojos, la luz le daba justo en la zona y tenía un brillo especial. —¿Hola? ¿Te encuentras bien? —dijo mirándome. —Si, lo siento —acomodé mi cabello con nerviosismo. —¿Entonces si te gusta el café con leche? —Ahh si, me gusta ¿Tu quieres uno? —Me encantaría. —Ahora vuelvo. Le sonreí por última vez y conduje hasta un lugar en donde estaba abierto veinticuatro horas. Le pedí dos cafés y algo para comer en el camino ya que me dieron antojos de comer dulce. No podía creer que haya actuado como una niña tonta al ver sus ojos. Por suerte seguro ella no lo había notado ¿Quien podría prestarme siquiera la mínima atención? Cuando entré nuevamente al lugar, ella estaba llenando unos papeles, así que dejé su café en la mesa y miré lo que estaba haciendo. Era una ficha en donde explicaba lo que tenía Thunder y los medicamentos que le había dado minutos antes, su letra era hermosa. —¿Puedes firmar aquí? —dijo señalando el final de la hoja. Asentí e hice lo que me había dicho, cuando levanté la mirada ella estaba me mirando algo extrañada, entonces seguí su vista y me dí cuenta de que miraba mi mano, apoyada sobre mi panza. Pero no dijo absolutamente nada. —¿Te gusta el pueblo? —preguntó mientras guardaba la ficha en un cajón. —La verdad es que no lo he recorrido mucho, pero me ha gustado, la gente es muy amable. —¿Donde vivas antes? —En Phoenix. —¿Y porque decidiste mudarte? No sabía que responder, realmente no tenía idea si decirle sobre algo de lo que había pasado, era demasiado complicado y no estaba segura si quería que alguien supiera de mi embarazo aún. —Lo siento —se disculpó—. No tienes que responder si no quieres, solo quería tener un tema para hablar —sonrió avergonzada. No podía negar que se veía increíblemente adorable. —No te preocupes, me mudé porque vivía con mis padres y todo se ha vuelto demasiado complicado. —Entiendo. —¿Y tú que puedes contarme de tu vida? —No tengo nada interesante en verdad. —No lo creo, pareces interesante- Sonreí —La verdad es que toda mi vida viví en este pueblo, solo me he ido por unos años para hacer mi carrera pero regresé aquí porque no quería estar tan lejos de mi familia. Me he mudado y ahora vivo sola, hace unos meses —Imagino que no te has mudado muy lejos, el pueblo no es tan grande Ella rió suavemente y no escuché lo que me respondió —¿Cómo está el café?- Intenté cambiar de tema porque no quería quedar como una tonta —Buenísimo —sonrió- ¿Tienes hermanos? —No, soy hija única- Levanté mis hombros- Te preguntaría lo mismo pero ya he conocido a tu hermano —¿A Chris? —Si, él me ayudó en la mudanza —Oh- Se quedó mirando el suelo pensativa —¿Qué sucede? —Nada-Sonrió amablemente —Dime. —No es nada, solo que Chris me ha dicho que hoy conoció a una chica guapa. —Ahh —sonreí avergonzada —No vayas a decirle que te dije eso, por favor —dice con una media sonrisa. —No te preocupes, nunca se lo diría. —¿Y.. tú tienes novio? —preguntó jugando con sus dedos —No. Torcí mi boca ante la pregunta, un recuerdo había venido a mi mente y mis ojos comenzaron a arder, ya que quería llorar por todo lo que había pasado. —¿He hecho algo mal? —preguntó preocupada —No... Es solo que es... —Complicado —terminó la frase—. Entiendo, no te preocupes y lo siento —No tienes que disculparte, soy yo la que tiene muchos problemas —sonreí con tristeza. Nos quedamos mirando por unos minutos, ninguna hablaba y comenzaba a ser incómodo. —Veronica ¿Quieres ir por un helado mañana? Puedo mostrarte el pueblo si quieres —Mhm claro ¿A qué hora? —En la tarde ¿Quieres que pase por ti? —Claro ¿Podré venir a ver a Thunder luego? —Siempre que quieras —sonrió Luego de eso, Lorde fue a ver a Thunder nuevamente. Me quedé caminando por el lugar, mirando todos los accesorios que había para las mascotas. Pensé que muchos de los juguetes le encantarían a Thunder y que cuando se sintiera mejor se los compraría a todos. Pero necesitaba conseguir un empleo. No quería vivir de mi madre. Imágenes de mi padre gritándome vinieron a mi mente. Me acordé de cada palabra que me dijo cuando decidí contarle que era bisexual, de todas las discusiones que vinieron después de aquella confesión y de todo lo que me lastimó porque solo quería conservar su estúpida imágen. Una lágrima mojó mi mejilla y cuando quise darme cuenta ya tenía la cara toda empapada. No podía dejar de llorar, no entendía como una persona podía cambiar tanto, en tan poco tiempo. Sentí una mano apoyarse en mi hombro y me dí la vuelta, encontrándome con la cara de Lorde, absolutamente preocupada. —Tranquila, él se pondrá bien, te lo prometo —acarició mis hombros —Lo sé, pero él es lo único que tengo —comencé a llorar más fuerte, me sentía demasiado triste Sus brazos rodearon mi cuello, en un abrazo acogedor. Cerré los ojos cuando sentí su perfume y el calor de sus brazos. No tenía idea de cuánto necesitaba un abrazo hasta este momento. ¿Cuánto había pasado de la última vez que alguien me abrazó? Sin contar a mi madre, había pasado realmente muchísimo tiempo. Hasta había olvidado lo que era ser querida sinceramente por alguien. Le devolví el abrazo y sostuve su cintura firmemente, intentando sacar toda mi tristeza con alguien que apenas conocía, pero que me hacía sentir bien. ¿Cómo explicar en palabras lo que estaba sucediendo ahora mismo? No tenía ninguna correcta para describir aquello. —Ve a casa a descansar, yo cuidaré de él, puedes venir a verlo por la mañana —No quiero irme. —Veronica... —Por favor, Lorde. —De acuerdo, pero no llores más, porque él se pondrá bien. Puso su mano en mi mandíbula y con su pulgar acarició mi mejilla. —Vamos. Tomó mi mano y me llevó hacia una sala, en donde había un sillón, un televisor y una cocina, al parecer era dónde ella descansaba en sus turnos nocturnos. —Puedes ponerte cómoda —Gracias —Ahora vuelvo, tengo que revisar a un cachorrito Me sonrió y salió por la puerta, dejándome sola en aquella habitación. Sentí mi pecho apretado, tenía ganas de llorar pero no quería hacerlo aquí. El abrazo de Lorde me había calmado, pero aún seguía sintiendo esa angustia que nunca me dejaba tranquila. Miré televisión por un largo rato, hasta que me quedé dormida sobre el sillón. Me desperté con náuseas y corrí al baño que estaba al lado. No podía dejar de expulsar todo lo que había comido en el día, me sentía fatal. Escuché la puerta del baño y rápidamente un cuerpo a mi lado, acariciándome la espalda con cariño. —¿Te encuentras bien?- Dijo mientras me daba una toalla -Si, gracias —intenté sonreír pero no pude. Me levanté y me lave la boca, mientras Lorde aún seguía a mi lado. Cuando me di la vuelta para salir, me choqué con Lorde, que me sostuvo rápidamente por la cintura, ya me había mareado por el repentino movimiento. Nuestros rostros estaban a centímetros de distancia. Ella no dejaba de mirarme y yo no podía despegar mi vista, sus ojos eran preciosos. —Tus ojos son bonitos —susurró. Después de que la veterinaria me haya explicado lo que tenía Thunder no podía quedarme quieta en ese lugar. Ella se lo llevó, diciéndome que le pondría suero y lo estaría estudiando, ahora tenía fiebre y deshidratación, al parecer tenía parvovirus, una enfermedad que podía ser letal si no te trata a tiempo. Después de unos minutos volvió, y caminó hacia mi —Quedate tranquila, haré todo lo posible para que él se recupere. —¿Está muy mal? —Está muy decaído, pero lo trajiste a tiempo, se pondrá mejor, te lo prometo. —¿Puedo quedarme aquí? —suspiro—. No quiero dejarlo solo. —Él estará bien, pero si te deja más tranquila puedes quedarte y compartimos algún café, hoy es mi turno de noche y me vendría bien una compañía. —Iré por unos cafés y ahora vuelvo. —¿Cómo te llamas? —Veronica Santos ¿Y tú? —Soy Lorde . Por primera vez me quedé muda mirando sus increíbles ojos, la luz le daba justo en la zona y tenía un brillo especial. —¿Hola? ¿Te encuentras bien? —dijo mirándome. —Si, lo siento —acomodé mi cabello con nerviosismo. —¿Entonces si te gusta el café con leche? —Ahh si, me gusta ¿Tu quieres uno? —Me encantaría. —Ahora vuelvo. Le sonreí por última vez y conduje hasta un lugar en donde estaba abierto veinticuatro horas. Le pedí dos cafés y algo para comer en el camino ya que me dieron antojos de comer dulce. No podía creer que haya actuado como una niña tonta al ver sus ojos. Por suerte seguro ella no lo había notado ¿Quien podría prestarme siquiera la mínima atención? Cuando entré nuevamente al lugar, ella estaba llenando unos papeles, así que dejé su café en la mesa y miré lo que estaba haciendo. Era una ficha en donde explicaba lo que tenía Thunder y los medicamentos que le había dado minutos antes, su letra era hermosa. —¿Puedes firmar aquí? —dijo señalando el final de la hoja. Asentí e hice lo que me había dicho, cuando levanté la mirada ella estaba me mirando algo extrañada, entonces seguí su vista y me dí cuenta de que miraba mi mano, apoyada sobre mi panza. Pero no dijo absolutamente nada. —¿Te gusta el pueblo? —preguntó mientras guardaba la ficha en un cajón. —La verdad es que no lo he recorrido mucho, pero me ha gustado, la gente es muy amable. —¿Donde vivas antes? —En Phoenix. —¿Y porque decidiste mudarte? No sabía que responder, realmente no tenía idea si decirle sobre algo de lo que había pasado, era demasiado complicado y no estaba segura si quería que alguien supiera de mi embarazo aún. —Lo siento —se disculpó—. No tienes que responder si no quieres, solo quería tener un tema para hablar —sonrió avergonzada. No podía negar que se veía increíblemente adorable. —No te preocupes, me mudé porque vivía con mis padres y todo se ha vuelto demasiado complicado. —Entiendo. —¿Y tú que puedes contarme de tu vida? —No tengo nada interesante en verdad. —No lo creo, pareces interesante- Sonreí —¿Y tú que puedes contarme de tu vida? —No tengo nada interesante en verdad. —No lo creo, pareces interesante
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR