Capítulo 1
Capítulo 1
Ximena
A veces, algunas mujeres pensamos que el primer amor, es ese que dura para siempre como en los cuentos de hadas. Pensamos que en el momento en que decidimos aceptar casarnos con ese supuesto gran amor y damos la confirmación de nuestra lealtad frente a un altar; rodeados de muchas personas. Ese amor durará para toda la vida y pase lo que pase, lo podremos superar juntos. Tal vez hay algunas personas que dicho amor si les dura hasta el día de su muerte, en mi caso no fue así; pero todo en su momento llega de la manera menos esperada.
¿Qué pasa cuando te das cuenta, de que ese amor no es lo que tú esperabas? ¿Cómo actuarías si la monotonía y la soledad se van apoderando de tu feliz matrimonio? Dejándolo de este modo sin amor y permitiendo que la desconfianza lo destruya desde adentro ¿Cómo se supera el hecho de que tu marido no es lo que tú te imaginabas y la realidad de que nada es perfecto te golpea?
- Aún no te puedo creer lo que me estás contando Ximena, alucino. Es que no sé qué decirte respecto a tus sospechas, amiga mía – me dice Emma, mi mejor amiga y casi como mi hermana de sangre.
- Ni siquiera yo misma sé lo que me está pasando en estos momentos, Emma. Tengo un mundo de dudas en mi cabeza y nada encaja en su lugar. Si tan solo pudiera ver realmente que nos está pasando.
- Es que no entiendo, de verdad ¿Cómo es que, después de diez años de matrimonio, puedas pensar que Gabriel te es infiel con otra mujer? ¡Aunque bueno! Yo no sé ni para qué opino sobre el tema cuando a mí, el hombre que decía amarme me dejó no hace mucho por otra.
- Es que todo indica que si me es infiel Emma, ya que cada día me da un motivo diferente para sospechar de él. Gabriel hace mucho tiempo ya no es el mismo.
- ¿Ya no es el mismo? ¿En qué te basas para suponer que ya no es el mismo? Cuéntame a mí que soy tu amiga de toda la vida, a lo mejor puedo ayudarte ¿Cuáles son tus sospechas?
- Ok, bueno. Lo primero es que desde hace algún tiempo está llegando más tarde a la casa, de hecho; más tarde de lo que normalmente llegaba. Siempre tiene un pretexto o se le presenta algún problema en la empresa que tiene que solucionar de urgencia. No me gusta para nada eso, se la pasa todo el tiempo en la oficina y cuando tenemos intimidad ya no es lo mismo, es que ni siquiera en la cama encajamos. Son pocas las veces que hemos estado juntos en los últimos meses.
- ¡Oh sea! ¿Me estás queriendo decir que básicamente en la cama nada de nada, cero acción? - me pregunta Emma asombrada y yo asiento.
- Es exactamente eso lo que te estoy diciendo, ya nada es como antes y me preocupa. Hace mucho tiempo que dejé de sentirme mujer en la cama cuando estoy con Gabriel, mi marido. Es que ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que tuve un buen orgasmo entre sus brazos, uno que me hiciera tocar el cielo con los ojos cerrados.
- Pues entonces tu problema es más grave de lo que creemos ¿Lo sabes verdad? Mi abuelita siempre decía que cuando el río suena, es porque piedras trae. No te estoy confirmando que Gabriel tiene un amante, solamente te estoy diciendo que debes de investigar.
- Tienes toda la razón, Emma; debo investigar. Además, aún recuerdo cuando tu abuela lo decía, ella siempre tan sabia.
- Tienes razón, sin embargo; ahora debemos hacernos la pregunta del millón de dólares ¿Alguna idea de quién podría ser la amante de tu marido? ¿Sospechas de alguien?
- La verdad no quisiera levantarle falsos a nadie, pero estoy casi segura de que es su nueva secretaria. Desde hace ocho meses, esta chica entró a trabajar con él en la oficina; aunque eso ya lo sabes y desde ese mismo tiempo Gabriel u yo venimos presentando problemas en nuestro matrimonio.
- ¡Mendigo desgraciado! Pues entonces, yo tengo la solución a tu problema. Si tienes la sospecha de que tu marido te está siendo infiel con alguien más joven, lo mejor es que vengas conmigo de vacaciones por unos días. Solo tú y yo, todo un fin de semana como en los viejos tiempos cuando éramos solteras. Solamente que con la única diferencia de que la soltera soy solo yo ahora.
- ¿Estás loca, Emma? – pregunto como si no fuera normal que mi amiga hiciera estas cosas – Sabes que no puedo hacer eso, como podría dejar a mi hija sola para irme a divertir contigo.
- ¡Hay por dios Ximena! Sabes que no la estarías dejando sola, no exageres. Déjala en casa de tu mamá, siempre que sales de viaje a un congreso de abogados la dejas con ella. Estoy segura de que tu mamá la cuidaría con gusto y así tú te despejas.
-
No lo sé, Emma. Como está la situación con Gabriel, no me gustaría separarme de ella – digo pensativa.
-
Únicamente serán unos días, Ximena; nos iríamos juntas a un lujoso crucero. Anoche uno de mis amigos especiales, sabes de qué hablo; me regaló unos boletos para un crucero de solteros. Resulta ser que él trabaja en una compañía de cruceros de lujo y como tuvimos un buen polvo ¡Muy bueno, por cierto! Pues me regalo dos boletos, uno para mí y uno para un acompañante. Acompañante que obviamente ibas a ser tú.
Al escuchar a Emma decir eso, no pude evitar reírme porque a decir verdad, ella siempre ha sido así. Tan libre, tan ella desde que su marido la dejó por otra. Ella no es de las que se refugian en su dolor y la tristeza, ella se consiguió un mejor pasatiempo; pasatiempo que es pasarla bien con cuánto hombre quiera estar con ella. Cosa que no le critico porque es su vida y ella la vive como mejor le convenga, así que por ese motivo es mi mejor amiga.
- Pues me parece fantástico que tu amigo te haya regalado dos boletos para ese crucero, pero como que hay un pequeño problema – dije para ver si lo notaba, pero al parecer no.
- ¿Cuál es el problema?
- Que acabas de decir que es un crucero para solteros y yo no estoy soltera. Tal vez tú sí, pero sabes mi situación legal Emma.
_ Ximena, no seas exagerada mujer. Ni que fueras a gritar por todo el barco que eres una mujer feliz o tristemente casada; ya ni sé. Así que solo es cuestión de que te quites el anillo y ya, problema solucionado. Pasamos un rico fin de semana, te enrollas con algún buen mozo o algún marinero cachondo y listo. Tienes un buen polvo y vuelves a sentir un buen orgasmo. Además, si quieres, después de ese crucero simplemente puedes retomar tú siempre y aburrida vida de abogada casada.
_ ¿Tú estás loca? ¿Cómo se te ocurre que yo voy a engañar a Gabriel? Ahora si enloqueciste por completo.
_ ¡Pero mujer, por Dios! ¿No me acabas de decir que tienes la sospecha de que él te está siendo infiel con su secretaria? Quien, por cierto, no sé si ya te lo mencione; es una chica mucho menor que él y más joven que tú.
_ Bueno, yo te dije que sospechaba y aún no tengo pruebas. También mencionaste lo de la edad, pero y si solo son suposiciones mías. No quiero ser yo la que falle sin que el haya hecho nada.
_ ¡A ver, Ximena! Da igual si son peras o si son manzanas, si dices que sospechas que te es infiel. Es porque lo es, casi nunca las mujeres nos equivocamos en eso. Digamos que tenemos un m*****o cierto sentido; sobre todo cuando el marido cambia su forma de ser de la noche a la mañana.
Dejo caer mi cabeza en la parte de atrás del sofá y resoplo frustrada porque tal vez ella tenga razón. Ni siquiera sé si me es infiel, pero tampoco puedo meter las manos en el fuego por él debido a su cambio. Ya que con sus excusas y sus mentiras, no me deja nada bueno que pensar.
_ Mira hagamos algo, hoy es martes y el crucero sale el jueves por la mañana. Tienes toda la noche de hoy y el día de mañana para decidir si vas conmigo o no. Así que si vas a ir y no te importa que te lo diga, por favor asegúrate de pasar por una farmacia antes de llegar a mi casa. Necesito que compres muchos condones porque por lo menos yo; pienso acabar con medio barco, eso si no me encuentro a uno que me sacuda bien. De lo contrario, probaré de todo un poco.
No pude aguantar la risa por su comentario indecente, no es que yo sea santa ni mucho menos; pero que le hago si ella es mi mejor amiga y está loca. Además de que, como ya dije, es como mi hermana, no le reclamo nada porque la conozco desde que tengo cinco años. Emma es con la que he vivido prácticamente los mejores y los peores momentos de mi vida.
_ Está bien, te llamaré si cambio de opinión. Pero si en dado caso acepto ir a ese viaje, solo voy a ir para despejarme y para reflexionar sobre mi situación. A ver si así aclaro lo que está pasando con mi vida y mi matrimonio.
_ Está bien, tú sabrás lo que haces y lo que te pierdes. Sin embargo, esta pelirroja si va a comprar muchos preservativos para en casos de emergencias. Nunca se sabe qué pueda pasar – dice moviendo las cejas de arriba hacia abajo.
…
Mientras conduzco de camino hacia mi casa, no puedo evitar reflexionar en las palabras de Emma ¿Será que de verdad debo pagarle con la misma moneda a Gabriel? ¿En verdad me estará siendo infiel después de tantos años juntos? Doy un suspiro profundo y ya no sé que estoy haciendo con mi vida, tal vez me estoy montando una película en mi cabeza y todo tiene una explicación. Lo mejor será que piense bien las cosas antes de cometer una locura, una locura que mande todo a la basura y me quede sin nada.