No necesito un millonario

Capítulo 2

Pasaron toda la noche amándose, como si quisieran compensar esos dos años que estuvieron separados, hasta que quedaron totalmente exhaustos y se quedaron dormidos.

Por la mañana, apenas desayunaron emprendieron el regreso, Alexander ya no insistió más, él podía comprar un departamento para que Yannin viviera cerca de la universidad y así tuviera un poco más de tiempo disponible y, sobre todo, podrían verse más seguido, pero no quiso insistir.

En cuanto aterrizaron, Alex la llevó a Riverside a casa de Lucía, al menos no vivía sola y el barrio era muy agradable y seguro.

—     ¿Cenamos juntos uno de estos días? — preguntó Alex — tal vez él podría mover su apretada agenda.

—     Mmm, lo siento amor — esta semana es de exámenes finales y no creo poder, pero seguramente el viernes estaré libre por la tarde y podríamos cenar, el sábado Shayla Lucía y yo, iremos a Florida, una vez al mes viajamos juntas en familia durante el fin de semana, así que no podremos vernos.

—     Está bien preciosa, nos veremos el viernes entonces.

Se despidieron con un largo beso, toda la semana sin verse, iba a ser eterna, pero al menos, sabían que se amaban y estaban juntos.

Alex aprovechó la tarde del domingo para surfear, hacía tiempo que no lo hacía y ese, era un día especial, estaba feliz, la única mujer de la que se había enamorado, ahora era su novia, se sentía como adolescente, la recordaba y se le escapaba una sonrisa.

Yannin, tal como lo dijo pasó el domingo estudiando, su examen era a primera hora el lunes, y quería ir absolutamente preparada, además quería dormirse temprano, porque consideraba que, si descansaba bien, su cerebro asimilaba mejor todo lo aprendido.

Eran las cinco treinta de la mañana, cuando sonó su alarma rápidamente se duchó y se vistió, unos jeans ajustados a su cuerpo, un top blanco, un blazer rojo y unos mocasines con tacón alto, eran su outfit favorito para la universidad, tenía que darse prisa, el autobús pasaba a las seis treinta y era casi una hora de camino, hasta la universidad, pero se bajaba del autobús en Santa Mónica y allí la recogía su amigo Jeremy.

Desde que ella había ingresado a la universidad, Jeremy se había vuelto su amigo incondicional, estaban matriculados en las mismas clases, y ambos estaban interesados en estudiar relaciones internacionales, así que solían pasar la mayor parte del tiempo juntos, él vivía en Santa Mónica y todos los días esperaba a Yannin en la parada del autobús, para llegar juntos en su auto.

Apenas bajó del autobús, corrió hacia el auto Mazda Mx5 gris que ya la esperaba, Yannin, sabía perfectamente que Jeremy estaba enamorado de ella, pero ella siempre le habló con la verdad, él sabía perfectamente que Yannin había pasado un fin de semana con su gran amor, el empresario del año, el gran hombre de negocios, Alexander Durand y no había nada que sus hermosos rizos dorados, sus ojos azules y sonrisa perfecta pudieran hacer, no había chica en la universidad que no suspirara al verlo pasar, excepto Yannin, que desde el primer día, le advirtió, que nada iba a pasar entre ellos, más que simplemente una buena amistad.

—     Hola Jerry — le decía ella de cariño mientras le alborotaba los rizos en su cabeza — anda, date prisa o Williams, no va a permitirnos ingresar al examen.

—     Estoy seguro de que, si le sonríes, puedes convencerlo de que nos deje entrar.

—     Jajaja, no estés tan seguro — rió ella, entendía perfectamente la insinuación.

—     Vamos Yannin, he notado como te mira las piernas disimuladamente, estoy seguro que se ha masturbado pensando en ti más de una vez.

—     ¡Calla! Estás inventando.

—     ¡Claro que no! Estoy seguro que ha estado tentado en invitarte a salir más de una vez, pero no se atreve, por aquello de la ética profesional y las restricciones alumno, profesor

Los dos comenzaron a reír haciendo bromas sobre Jacob Williams, su profesor de ciencias políticas, un hombre joven, de aproximadamente treinta o treinta y cinco años, bastante atractivo para el sexo opuesto, a pesar de usar anteojos, sus hermosos ojos negros y sus labios peculiarmente sonrosados, hacían suspirar a más de una alumna, y a más de una profesora, también.

Llegaron a estacionamiento y como era costumbre, las miradas de todos se clavaban en ellos, Yannin no era precisamente la favorita de las chicas, solían verla como una amenaza, ya que se había hecho una fama de que además de hermosa era inteligente, y los chicos en un principio, llegaron incluso a apostar, para ver quién era el afortunado de ser el primero en llevársela a la cama, pero hasta ahora, ninguno había podido ganar la apuesta. Y Jeremy, por supuesto levantaba suspiros, pero en el fondo, albergaba la esperanza de que Yannin en algún momento, aceptara salir con él en plan de cita, aunque al ganarse su confianza, y ser su mejor amigo, sabía que eso difícilmente sucedería, puesto que ella no paraba de hablar de su querido Alexander.

Afortunadamente, el profesor Williams, no había llegado todavía, así que corrieron y tomaron su lugar, listos para presentar su examen.

En cuanto Jacob Williams entró en aquél recinto, el ambiente se tornó diferente, la tensión entre los estudiantes por su rígida personalidad, era sensible al tacto, durante dos horas el silencio total hacía casi audible el temblar de las manos sobre los pupitres.

Yannin, fue la primera en terminar el examen, se puso de pie y miró hacia dónde Jeremy se encontraba, para darle una mirada de ánimo, iba a salir del salón de clases, cuando Jacob William la detuvo.

—     Yannin— dijo el hombre tratando de mantener la compostura y de que su voz no lo traicionaran.

—     ¿Señor Williams? — dijo ella aguardando indicaciones.

—     Te espero en mi oficina después de clases —dijo finalmente.

—     Si, señor, dijo Yannin.

Pasaron las horas y el examen terminó, finalmente vio salir a Williams hacia su oficina, le comentó a Jeremy, lo que había pasado.

—     ¿Ves? Te lo dije —  estoy seguro que ahora que hemos concluido la materia y ya no será tu profesor, te invitará a salir

—     ¡Hay no! Que incomodidad, tener que pasar por esto, — dijo ella refiriéndose a que iba a ser muy incómodo tener que rechazarlo.

—      Tan sólo dale las gracias, y dile que hay un hombre en tu vida, si quieres le puedes decir que ese hombre soy yo, puedo sacrificarme por mi amiga.

—     Vale, voy de una buena vez, al mal paso, darle prisa,

Caminó hacia la oficina del profesor, con paso firme y seguro, en verdad, esperaba que no se tratara de lo que Jeremy decía,

Tocó la puerta, y la grave y varonil voz detrás e ella le indicó que pasara, cuando entró, no pudo evitar darle una mirada al suculento profesor, que ella estuviera absolutamente enamorada de Alexander, no significaba, que no pudiera admirar la belleza en otros hombres, y por supuesto, como decía Jeremy, cuando se refería a alguna chica, Williams estaba muy, pero muy comible.

—     Adelante Yannin, pasa— dijo él con una sonrisa que le hubiera mojado las bragas a cualquiera — cierra la puerta.

Yannin cerró la puerta, tragó saliva y se preparó mentalmente para rechazarlo.

—     Yannin, seré breve, — dijo el profesor — El próximo viernes por la noche, el expresidente Obama, dará una conferencia sobre ciencias políticas, es una conferencia a puerta cerrada, sólo para un pequeño grupo de profesores de diferentes universidades; tú has sido, sin duda, la mejor estudiante de mi clase, es por eso que quiero ofrecerte la oportunidad, de acompañarme.

Yannin, se quedó muda con el ofrecimiento, no esperaba que la invitación fuera de esa magnitud, presenciar una conferencia con el expresidente, era una oportunidad que no podía desaprovechar.

—     Señor Williams, le agradezco mucho haber pensado en mí, y por supuesto que acepto acompañarlo, es para mí una gran oportunidad.

—     Entonces la veo el viernes, a las siete de la noche, y Yannin, puedes llamarme Jacob, ya no soy tu profesor.

—     Está bien Jacob, gracias y te veo el viernes.

 El viernes, era el único día que tenía previsto para cenar con Alexander, pero estaba segura, de que él entendería.