Una Carta para Eloísa.

Cuando entre al Club Tropical, note que todos me observaban mucho, las chicas se secreteaban entre ellas y se reían, pero los hombres me miraban lanzando besos y enfocaban sus ojos en mi trasero. Seguí caminando y unos chicos semidesnudos me ofrecieron algo de tomar, al verlos me di cuenta de que se trataba de los meseros. —Si un vodka con jugo de piña por favor, rápidamente uno de ellos se movilizo para traerme mi trago, lo pagué y lo bebi despacio porque estaba delicioso muy refrescante. Llevaba un segundo trago cuando sentí unas fuertes manos tomarme de la cintura, me giro en mí mismo eje y sus bellos ojos verdes toparon con los míos. —Hola Jerry— le dije hipnotizada viéndolo. —Hola preciosa que bueno que veniste, ven siéntate en nuestra mesa, desde que nos juntamos comenzamos a conversar y él me contaba de cuando vivía en la isla, pero a cada rato nos interrumpían porque llegaban chicas a sacarlo a bailar y me di cuenta de que era algo que realmente era más fuerte que él, porque literalmente detenía nuestra platica para ir a bailar. En la pista era un Dios del puto baile tropical, bailaba salsa hasta con dos chicas a la vez… bailaba merengue, bachata y muchos géneros que yo ni conocía. Me encantaba verlo bailar, se miraba tan bello y me sonreía a mi todo el tiempo… como que, hacia un show para mí, al menos eso era lo que yo quería pensar. Visite casi a diario el club para disfrutar verlo moviendo su cuerpo sudado y hermoso en la pista. Varios tipos me invitaban a bailar, pero yo solo podía ver a Jerry, me negaba a levantarme y seguía tomando mi vodka. El sábado había un concierto de Rammstein en la ciudad, se trataba de una banda alemana así que era bien difícil que tocaran en América, me costó conseguir las entradas y le llame a Jerry para decirle que lo invitaba a un concierto y el acepto sin pensarlo. Yo iba con uno de mis trajes punk de short cortos medias de red hasta la pierna, mis plataformas altísimas y un sostén con calaveras en mis pechos… mi cabello hermoso con mucho spray le di volumen. El me miro de pies a cabeza y me hizo el comentario… —Preciosa no tienes que disfrazarte para ir a un concierto. —Jajajaja me reí y le respondí relajadamente. —Quítate tu camisa… —¡No mami! ¿Como iré sin camisa a un concierto? —Es que estas muy formal yo sé porque te lo digo. Al llegar Jerry abrió mucho la boca cuando vio todos los fans de n***o tatuados, sin camisa o con trajes estrafalarios punk, maquillados y con peinados exóticos, al entrar y verme saltando, gritando, disfrutando mi música creo que fue una impresión muy fuerte para él, pero me dio igual yo seguí disfrutando mientras Jerry me observaba y se reía mucho. Hizo un gran esfuerzo para adaptarse, tanto como yo lo hice por él y fue así como comenzamos una “relación” días de semana en el club, pero fines de semana conciertos y bares rockers fue en uno de esos fines de semana locos llenos de alcohol y rock and roll que me lo llevé a mi casa. Ambos habíamos tomado bastante y nos besábamos con gran pasión, yo no sabía si sucedería algo entre nosotros solo conduje mi auto con Jerry adentro, llegamos y el miraba impresionado mi casa, use el control remoto para abrir el garaje y poder ingresar la camioneta, cuando íbamos a entrar a la casa el me cargo separando mis piernas colocándolas en sus caderas arrimándome su dureza, yo sentía que todo era un sueño hecho realidad y disfrutaba tanto su sensualidad. Cuando puse mi clave para entrar, me fue a tirar a uno de los sofá donde comenzó a quitarme la ropa y yo la suya. Jerry observo mi desnudes con gran deseo y metió su cabeza en mi sexo, donde estuvo mamándome el boyo por un largo rato hasta que logro sacarme grandes gemidos. Después Jerry saco un preservativo, para deslizarlo en su inmensa erección. —¡Ay, Dios! ¡¡¡Que hombre tan bello!!! es tan perfecto… yo no podía creerlo que finalmente estaría con el… con Jerry el chico más bello del planeta… Fue ingresándome su dureza con delicadeza, pero una vez que me ajuste a su tamaño comenzaron mis gritos, para evitar mis aruñones tomo mis manos sobre mi cabeza mientras el devoraba mis labios y mis pechos. Sus penetraciones eran fuertes y yo era tan masoquista que entre más duro me daba más me excitaba, su eyaculación no tardó en llegar… pero yo era fogosa y quería más de su ardiente sexo. Me levante para ponerme de rodillas y chuparle el p**o, el jadeaba diciendo… —Si preciosa haaaag Siiii mmm haaaag lo haces excelente me encanta, entonces él se movió para tomar mis brazos y ponerlos tocando el suelo. Se puso a horcadas doblando solo sus rodillas colocándose otro preservativo me penetro desde atrás… Dios sentí su riata entera entrar, sus movimientos eran descomunales y era ese sexo duro que tanto me encanta. —Haw haaaw haw haaaw mis gritos estaban llenos de excitación y realmente lo estaba disfrutando porque al eyacular mis piernas vibraban y el aceleraba sus embestidas, me daba nalgadas diciendo… —Que rico preciosa como disfrutas el sexo duro… me encantas… como soportas mi mástil… te quiero en mi vida y te quiero ahora mismo. Esto había sido el mejor sexo de mi vida y si que lo iba a gozar. Después de esa vez nuestra actividad s****l desenfrenada era casi a diario, casi siempre después de bailar en el club se quedaba a dormir en mi casa y sentía que mi sueño por fin se hacía realidad. Yo ya le decía te amo, si mi amor, te quiero mucho, Jerry eres todo para mí. No sé si me adelante al decirlo, pero yo solo decía lo que sentía.