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672 Palabras
Así continuaron los días y yo cada vez trataba de tener más contacto con él durante el baño, cuando lo sacaba de la bañera con su silla de ayuda me pegaba lo más posible a él, con el pretexto de apoyarme para que no se me resbalara, en una ocasión mientras lo bañaba noté que me veía el escote, tenía duda de que fuera de esa manera, así que al otro día me puse una blusa más escotada y un bra delgado para que se notara más y así fue, mi abuelo se distraía mirando mi escote, después usaba playeras sin bra, entonces empecé a dar la vuelta para mostrarle mi trasero y veía que él se ponía nervioso, el día siguiente decidí ir más lejos y antes de la hora del baño me puse un traje de baño que nunca antes había usado debido a que era blanco y aunque yo soy de piel blanca, mis pezones que son morenos y se notaban cuando se mojaba, desde el momento que estaba en mi habitación mi corazón latía muy acelerado y empezaba a sentir cosquillitas, no entendía por qué me ponía cachonda al provocar de esta manera a mi abuelito, de alguna manera me daba vergüenza y me sentía culpable, pero aun así no podía evitarlo, y mientras más lo pensaba más me excitaba la idea de enseñarle mi cuerpo, salí de mi habitación y fui a su sillón a darle un beso, le dije abuelito, ¿deseas salir a tomar un poco el sol mientras me nado?, el aceptó gustoso y lo ayudé a moverse al patío, desde ese momento empecé tratando de que su brazo tocara mi piel, como el ya daba pasos le dije que me abrazara para apoyarse en mí, al momento de que su manó tocó mi brazo sentí escalofríos, pero traté de conservar la calma, aun no sabía que era lo que mi abuelo pensaría si me insinuaba de una manera más descarada, al momento de ayudarlo a sentarse me paré delante de él y lo abrace, el para apoyarse tomó mi cintura y noté que no quería soltarme, nunca antes había pensado en el abuelo como hombre, pero sus fuertes manos en mi cintura movieron muchas emociones en mis entrañas, el obviamente no era el hombre que había sido de joven, pero a sus 64 años aún era fuerte, de no ser por la reciente operación el sería completamente independiente, siempre limpio, siempre con su fragancia suave y varonil, siempre estuve muy orgullosa de mi abuelo tan guapo y tan educado, él era unos 20 cm más alto que yo, y no era gordo, era esbelto y musculoso, a su edad era muy activo y disfrutaba mucho haciendo las reparaciones y mantenimiento de la casa que por sus dimensiones requería mucho trabajo, nunca había permanecido tanto tiempo en descanso de no ser por esta operación seguiría igual, traté de reaccionar, lo dejé en la silla y fui al garaje por una sombrilla para cubrirlo, siempre me han dicho que tengo muy buen trasero así traté de ir despacio para que el pudiera verlo, le acomodé la sombrilla y me metí a nadar, con la intensión de provocar a mi abuelito, yo entraba y salía de la alberca para que pudiera ver mi cuerpo húmedo, le hacía la plática tratando de que el recordara su etapa de joven, lo halagaba diciendo que el de joven había sido muy guapo, pero que ahora era un señor muy atractivo e interesante y que yo me sentía muy orgullosa cuando salía con él, Salí de la alberca y le pedí que me pusiera bloqueador en la espalda, me senté delante de el para que no hiciera mucho esfuerzo, el contacto de sus manos cálidas en mi espalda me provocó escalofríos deseaba que ese momento durara mucho, me levanté y pedí que pusiera bloqueador en mis nalgas y el me rechazo – porque se es tan renuente mi abuelo!!- me acosté en el jardín a tomar un poco el sol.
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