Capítulo 7

1122 Palabras
Me ubiqué estratégicamente en el segundo piso mientras Dante firmaba unos documentos de los cuales me exoneraba de todo, lo vi de reojo y ni siquiera lee, ¡Qué imbécil!, ¿Cómo Fiorella puede estar con alguien sin cerebro? Después de que terminó de firmar se fue a seguir en la fiesta, mis ojos no se despegan de aquella mujer, cada rasgo, cada lunar me tiene cautivado, no me quiero mover de acá por la vista que tengo de ella. — Sí sigues así puede ser peligroso, sabes que no es recomendable que te metas con alguien y menos si vamos a traficar con su empresa —, ese es Santino que se ubica a mi lado y la mira. — Ve con Antonella y así te pasa el deseo carnal que sientes. Quiero ver al rey focalizado. — Lo estoy, mi foco está claro, vamos a conquistar no solo lo que resta de Italia, vamos por muchos más países. Eso no quita que pueda buscar placer por otros lados. Ya te dije debo tenerla observada ella es la que supervisa todo en su empresa y más esa área, no podemos dejar que ella eche todo a perder invertimos mucho dinero —. Santino asiente y sale, espero con eso convencerlo. La noche sigue su curso, negocios por parte y parte, muchos preguntan ¿por qué manejo negocios en los dos bandos?, no pienso quedar mal en la promesa a Leonardo, también quiero hacer algo que me guste con lo que pueda sacar todas cosas malas que suceden alrededor de mi vida. Todo ha sido muy satisfactorio, conseguí tres socios nuevos para el lavado de dinero, ellos nos van a proporcionar empleados y los permisos correspondientes a los estados de ingreso, es excitante ver todo marchando bien, mis ganancias son de un ochenta por ciento, prácticamente con mi dinero, mi fortuna podría comprar un país entero y aún así me sobraría. Con mi dinero legal ayudó a unos cuantos, pueblos pobres que no tienen que comer, esto lo hago más que todo por lo que viví, por la memoria de mi mamá. Ya había pasado una hora y no había visto a Fiorella, cerrar tratos en este lugar es esencial para el crecimiento de mi familia… se iba acercando la hora de la subasta, lo que hago con esto es recibir mucho dinero por ganar mi nueva adquisición. Esto hace que los empresarios tengan más confianza en mí y con los ojos cerrados me entreguen su poder. Me ubiqué en la tarima y llame la atención del público, la música se silencio y todos se giraron a mirarme, las luces resplandecieron en el carro mostrando su color negr o azabache, con sus vidrios polarizados, este era un automóvil eléctrico. Todos aplaudieron mientras yo bajaba a tomar asiento, y que mejor lugar que al lado de aquella chica pelirroja, me dirijo a esa mesa y el destino juega a mi favor, una silla vacía a su lado, les pido excusas y el padre de ella me invita a sentar, ella se tensó de inmediato y su rostro cambió. No se exactamente que causó en ella pero me basta con saber lo que causa en mí, mi mirada no se despegaba de ella mientras que los mejores postores despilfarraban el dinero tratando de ser el ganador, por un instante nuestras miradas se conectaron y él verde se sus ojos es más intenso cuando las pupilas se dilatan. Finalmente ganó el señor Harrison, un narcotraficante estadounidense, no me sorprende él maneja mucho dinero, hice señas y la música volvió a sonar, la mire y estreche mi mano para invitarla a bailar, con su cabeza dijo que no, pero Dante le recriminó su descortesía y ella aceptó al final. Muchas cosas están hechas a la perfección, encajan con total normalidad que hacen que uno piense que todo está destinado a que se unan. Eso sucedió cuando nuestras manos hicieron contacto. Su mano era suave, estaba diseñada para encajar perfectamente con la mía, quedamos de frente y ella me sostenía la mirada en todo momento, puse mi mano en su espalda baja sintiendo en plenitud su cuerpo, pude notar por sus hombros desnudos su piel erizada, la tela suave del vestido no dejaba nada a la imaginación, ello posó sus manos en mis hombros, levantó su cabeza para seguir mirándome, sus labios rosados entre abiertos pedían a gritos ser besados, el tiempo parecía detenerse estaba embelesado por su embrujo, ¿Será ella mi salvación?, ¿Será quien me saque del infierno?, su olor a primavera inundaba mis fosas nasales. — ¿Por qué me observa tanto? — habla sacándome de la nube en la que estaba. — Solo aprecio lo bella que eres, quizá podríamos ser amigos. — No me interesa su amistad, si va hacer negocios con mi familia, es solo eso, negocios. Jamás entablaria una relación diferente con usted, mi vida está bien con las personas que me rodean actualmente —, da un giro quedando nuevamente frente a mí. — Tu cuerpo reacciona diferente, lo puedo notar y descifrar fácilmente —, la acercó más a mi. — Que equivocado está, tal parece que tiene el ego muy alto, debe tener cuidado al caer, ya no quiero bailar más, permiso —. Giro su brazo para que nuevamente quedara más cerca a mi, sintiendo su respiración agitada. — Te voy a demostrar que mientes, estas un poco confundida… los ángeles también pueden ir al infierno y seguirán siendo ángeles —. Ella mira mi boca y, tengo un autocontrol muy fuerte, estoy a punto de lanzarme sobre ella. La canción se acabó, nos quedamos unos segundos ahí solo sintiendo el calor de nuestros cuerpos, hasta que Gian su hermano la llamó. — Señor Rossi espero y le quede claro que no me interesa ni ser su amiga ni ser nada más, estoy feliz con mi vida tal cual, no tiene derecho a llegar a confundirme —, me extiende la mano y se retira de mi vista. Tiene razón, no tengo derecho alguno, pero ya no hay vuelta atrás con lo que dijo "está confundida". Los invitados poco a poco se fueron marchando, comentarios positivos recibí por cada invitado, lo mejor fue el intercambio de información, el cierre de negocios prósperos tanto directos como cruzados y poder verla, creo que eso va a ser mi pasatiempo favorito. Volví a mi casa luego de llevar el dinero a la bodega, estaba rendido, mis ojos ardían y mente estaba más que despierta. A partir de ahora planificar mi nuevo cargamento, siempre después de algún lanzamiento el cargamento enviado debe ser brutal, quiero expandirme quiero incursionar en nuevos mercados así haya sangre de por medio.
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