Aquella noche Harry llegó a casa, cansado y con un intenso dolor de cabeza. Deneb lo esperaba en la sala con una gran sonrisa y el atrevido atuendo que lucía dejó al hombre sin respiración. La rubia platinada lucía un entellado corsé de acrílico n***o, que realzaba sus pequeños pero bien firmes senos. Un collar de cuero n***o cubría su estilizado cuello, un diminuto short de acrílico n***o realzaba sus caderas, botas de tacón aguja del mismo color y su cabello peinado pulcramente en una coleta alta. Harry la recorrió con la mirada embobado de pies a cabeza y no podía sentirse más conforme con la elección de su esposo. —Pensé que llegarías agotado del trabajo y quería darte una sorpresa... Sé que ambos solo somos amigos, lo entiendo y lo acepto. Tu ruptura con la chica winkler está más que

