Pensé que realmente era feliz
Capítulo 1.
Pensé que realmente era feliz.
Habían bastado solamente doce horas y mi cuerpo empezaba a experimentar sensaciones extrañas, Juan Pablo había despertado la mujer y la pasión que se encontraba atrapada dentro de mí, ¿Será esto posible? A mis cincuenta y dos años; estaba segura de que
este sentimiento había quedado en el olvido o más bien nunca lo había sentido.
Después de veinte años de casada, como era posible que estuviera pensando en serle infiel a Eliseo, justo a él que había dedicado tantos años de su vida a hacerme feliz. Pasaban por mi mente tantos momentos, mis hijos… ¿Dónde quedaban ellos?
La familia que con tantos desvelos y sacrificios había construido y sacado adelante.
-Pero no puedo más, no puedo fingir lo que siento, si pudiera en este momento hacia mi maleta y me iba con él, olvidándome de todo, solo darme permiso para vivir y ser feliz.
Juan Pablo me decía – Si tú quieres que pare, dímelo.
Y yo respondí - ¿Quién te está diciendo algo?
Que pensaba que realmente era feliz y no era, más bien siempre estuve rota, incompleta, vacía, pero el amor de mis hijos lograba suplir todos estos sentimientos, Eliseo jamás me dio la oportunidad de dejarme ser yo, nunca conoció mi mejor versión.
Y efectivamente si había ¨límites y fronteras ´
No me sabía que todo en mi vida daría un vuelco enorme y muchas cosas habían terminado.
Y ahora se probará mi fuerza de voluntad, estoy siendo sometida al peor examen de mi vida; no se si seguiré siendo ella la madre amorosa, la esposa perfecta, o dejará atrás su vida gris para pintarla de colores al lado de Juan Pablo.
Y así fue como empecé a recordar toda mi historia…
Creía que ese era el día más feliz de mi vida, después de tantas desveladas, correr y hacer cursos, exámenes, lo había logrado al fin Licenciada en Comercio Internacional y Aduanas,4 años y cinco meses, egresada de la Universidad Internacional Metropolitana de México. Desperté muy temprano ansiosa no cabía de felicidad en toda mi casa, es más en toda la ciudad, estaba lista para conquistar al mundo y aplicar mi lema ¨Sin límites, ni fronteras¨. Con los nervios a flor de piel, el discurso perfectamente memorizado, no podía haber falla alguna, ese día mi nombre quedaría plasmado sobre una placa de hierro fundido que diría, María Ángela Ruíz Montelongo. graduada con honores de la Universidad Internacional Metropolitana de México, a la cual no era fácil entrar los lugares eran muy demandados. Vi a mis padres felices y orgullosos, todo había valido la pena, para llegar a este día, recuerdo que desde un mes antes mi mamá y yo viajamos a Guadalajara Jalisco ella quería que mi vestido fuera espectacular color shedron lo elegí, y mi mamá también encontró uno muy lindo, yo aún tenía una súper figura, pero mi pati flacas iban cubiertas jajajajaja. El discurso salió perfecto, al final al decirle a mis compañeros que siempre los llevare en mi corazón y que los extrañare, mi voz se quebró y se escuchó entre cortada, me permití la falla era parte de la emoción. Baile con Raúl toda la noche, estaba tan enamorada de él, ya teníamos tres años de novios, me acuerdo que tarde mucho tiempo en aceptarlo, el insistía, insistía y no me animaba siempre me gusto, lo conocía desde la prepa no nos hablábamos pero si lo ubicaba más o menos, por fin me anime ,ya que estaba enfocada en obtener las mejores notas y dominar los idiomas que me faltaban, viví grandes momentos a su lado, pensándolo bien, ese día nuestro noviazgo ya no marchaba con el rumbo que queríamos, teníamos planes distintos, él quería trabajar en Europa y yo no me quería alejar de mis padres, no me importo que estuviéramos así, solo disfrute y disfrute, mis papas nunca me habían dejado llegar tan tarde a casa pero ese día si llegue casi al amanecer, mi papá fue muy consentidor pero la vez muy estricto, yo creo que a él le debo el éxito en mi formación, no me permitía nunca bajas calificaciones, que esperanza que se me ocurriera reprobar una materia y así fue desde la primaria. El día terminaba, y con él los festejos, eso creí, al llegar a casa vi un auto con un enorme moño lleno de globos multicolores inflados con helio. Nooooo lo podía creer, era la Volkswagen Golf Hachback color plata que tanto anhelaba, con una nota que decía felicidades hija te lo mereces; sé que lo compraron con un gran sacrificio. Raúl también estaba impresionado por el regalo, fue mi súper noche no sabía manejar Raúl tenía un auto dije de aquí en adelante pura felicidad. Que equivocada estaba, ya que te incorporas a la vida laboral, tu ritmo de vida cambia drásticamente, ya no hay permisos para quedarte adentro de la cama por tener un cólico menstrual o un dolor de cabeza, había tenido el tiempo suficiente para redactar mi currículum, durante la carrera había acumulado una buena cantidad de diplomados, cursos, seminarios, la experiencia en las prácticas profesionales, el servicio social, etc.… No quería que se me quedara algo sin mencionar, necesitaba un currículum perfecto y atractivo para poder conseguir el trabajo que necesitaba. Me recosté sobre mi cama apapachada por mi esponjoso edredón rosa con lunares grises, y mis dos cojines de pelo extralargo, cerré los ojos y me imaginé entrando a EXPA con mi enorme oficina de vista panorámica a la ciudad, mi asistente con su uniforme ejecutivo ofreciéndome un moca capuchino, que expedía un delicioso aroma. Empecé a preocuparme, han pasado más de cuatro meses y aún no recibo respuesta de mi solicitud en EXPA, he tenido algunas propuestas de trabajo en otras empresas, pero he sido paciente, me han ofrecido becas para cursar una maestría en el extranjero, pero seguiré esperando la oportunidad en EXPA.
Hace un mes que Raúl y yo decidimos separarnos y dar por terminada nuestra relación, solo queda el recuerdo de tres maravillosos años de noviazgo, fue mi primer enamoramiento de adolescencia. Durante este tiempo, domine el clutch de mi auto, me costó trabajo, pero lo logre, ya me trasladaba a todos los lugares, recorrí los museos de mi ciudad y así haciendo sin hacer. Era un día común en el calendario 27 de agosto no lo olvido, abro mi laptop y veo que tenía mensajes sin leer, por fin EXPA me citaba a una entrevista de trabajo para el próximo 5 de septiembre, tiempo justo para saber que ropa me iba a poner, tenía todos estos meses sin usar tacones. Desde el segundo piso les grite a mis papás se los dije, lo logre el próximo mes me entrevistan en EXPA ahora si ¨Sin límites, ni fronteras¨.
Llegó el día de la entrevista, me había organizado desde dos días antes, acomode y reuní la papelería que me habían solicitado, lo envié por mail, elegí la ropa que utilizaría ese día, llegue muy puntual a la oficina; ya había estado antes en ese lugar.
De la universidad nos habían llevado a unas conferencias sobre exportaciones durante la semana cultural, en ese momento fue cuando quedé maravillada con la empresa y decidí que quería trabajar en ese lugar, había olvidado lo brillante de sus pisos en donde casi podías reflejarte en ellos, y sus enormes ventanales en donde se veía parte de la ciudad.
Llegue directamente a la recepción, de ahí me enviaron al departamento de recursos humanos en donde me atenderían; estaba muy nerviosa, pero hacia todo lo posible para disimularlo, no quería que se notara que moría de miedo.
Llené vario formatos, me realizaron exámenes psicométricos, tuve con ellos varias conversaciones en los idiomas que había puesto en el currículum y al final me contrataron.
No era el puesto que yo esperaba, -pero bueno, por algo se empieza. Y aquella oficina que soñaba con vista panorámica y mi secretaria con traje ejecutivo ofreciéndome un café, aún no la tendría, en lugar de eso obtuve un cubículo de esos que vemos mucho en las películas gringas, divididos por paredes falsas, con una pequeña pizarra blanca, la cual sería mi agenda y unas posticks muy coloridas, clips, que seguramente las había ocupado quién seguramente ocupaba antes ese lugar.
Los primeros días fueron casi normales, a la semana siguiente nos reúne nuestro jefe inmediato y nos comunica que nuestro departamento ha sido elegido para exponer los balances del mes pasado y los nuevos clientes que exportarán sus productos en esta empresa, en esta reunión estará la junta directiva para lo cual debemos de hacer una presentación ejecutiva. Era el momento que esperaba y mi trabajo tenía que trascender; le pedí a mi jefe que me diera la oportunidad de exponer, contestándome que como era nueva aún no tenía la experiencia para enfrentarme a una situación como está, y mi función sería solamente instalar el equipo de cómputo, las bocinas y asistiría a la persona que realizará la presentación.
Al día siguiente le notifican que acaba de confirmar su presencia el cónsul de Estados Unidos de América en México, por lo cual la presentación deberá de hacerse en español e inglés ya que el cónsul siempre solicita las presentaciones en inglés. De ese departamento solo yo dominaba al cien por ciento el inglés. Nos tomó varios días realizar la presentación; entre todo el equipo incluimos el orden del día, carpetas con las que los directivos trabajarían, diapositivas y coffee break. Nos fue bien, al gerente general le gusto nuestra participación, era Eliseo Muller. Es aquí en donde empieza la historia.
Al día siguiente me citan en la oficina del gerente, querían platicar acerca de los detalles de la presentación, y nuevamente me solicitan el currículum, no me había dado cuenta lo apuesto que era el licenciado Muller, hasta ese momento. Su ropa perfectamente combinada, su cabello recortado y un aroma que podía enloquecer a cualquiera.
-Buenos días, señorita Ruíz, permítame felicitarla. Los directivos y el cónsul quedaron muy satisfechos con su presentación y me pidieron que a partir de hoy trabaje usted dentro de la gerencia supervisando las exportaciones al continente europeo, ¿Qué le parece? ¿Acepta la propuesta?
-Claro licenciado Muller, encantada de poder trabajar en este departamento.
Todo era muy formal y ejecutivo, no podía brincar y gritar de la emoción como era mi costumbre. Lo haría hasta que llegara a casa, pero no me resistí y lo hice en el estacionamiento ahora si ¨Sin límites, ni fronteras¨. Al finalizar la siguiente semana el licenciado me pide que lo acompañe a una reunión de trabajo siempre fue muy caballeroso, asistimos juntos a varias reuniones, la pasábamos increíble y al salir de una, me invita a cenar y de allí nos fuimos a bailar, después se fueron dando las cosas poco a poco, creo que yo me enamore a primera vista.
En una de esas salidas me pidió que fuera su novia y por supuesto acepté. Él era la representación viviente del príncipe azul que siempre había querido tener a mi lado, todo parecía sacado de un cuento de princesas solo faltaba el corcel blanco. Todo nuestro noviazgo fue maravilloso sentía que él iba muy aprisa. Eliseo insistió mucho en asistir a una reunión de mi familia. Era el bautizo de la hija de mi prima, quería conocer a mi papá y mamá, yo fui hija única así que no había hermanos por conocer, mi familia encantada con él era muy educado y caballeroso, eso a mis tías les gusto. Me dijo si tu prima me hubiera conocido antes seguramente tú y yo seriamos los padrinos de esta fiesta. En Expa, todo iba muy bien, habíamos logrado formar un gran equipo de trabajo, de manera repentina me cita en el Stokad, era el restaurante más caro de esa época, nunca había ido, tenían unos promocionales con unos cortes de carne que se veían deliciosos y de los postres mejor ni hablar. Al llegar al lugar él ya me estaba esperando, como el restaurante es de esos con una luz muy tenue, me costó un poco identificar a los padres de Eliseo a ellos hacia apenas una semana que los conocí en una cena que hicieron especialmente para mí, el papá un hombre muy reservado, elegante y de una plática muy amena, su mamá muy guapa y elegante que usaba el perfume CH de Carolina Herrera, el cuál perfumaba casi toda la sala, ahora podía entender por qué Eliseo era tan guapo y mis padres también estaban en la mesa, al lado Eliseo Muller con un enorme ramo de flores, un pianista y un saxofonista que empezaron a tocar en el momento que llegué, saludo a todos, no sé si preocupada, sorprendida o nerviosa, no lograba entender que estaba pasando, ni siquiera lo imaginaba.
Eliseo se acerca a mí y me entrega el enorme ramo de flores, pone una rodilla sobre el piso y saca de la bolsa de su saco, un pequeño estuche. Lo abre y me dice – ¿Te quieres casar conmigo?
En la música de fondo se escuchaba ¨Si nos dejan¨ de José Alfredo Jiménez.
Me ganó la emoción y acepté, realmente estaba enamorada.
No sabía el gran paso que estaba dando.
Después de tantos años digo, fue una decisión muy apresurada, teníamos pocos meses de novios, en realidad no nos conocíamos. Pero tenía miedo de perderlo para siempre.
Como la familia de Eliseo goza de una buena posición económica, hicimos los trámites para renovar mi visa americana, él la tenía vigente ya que por el trabajo viajaba con frecuencia al extranjero y ya con las visas los dos pudimos viajar a la ciudad de San Diego California, en Estados Unidos de América, para comprar mi vestido de novia y todos los detalles que se necesitarían para la ceremonia religiosa que sería en la Catedral del Santo Cristo de la ciudad, me acompaño mi mamá a realizar las compras. Eliseo había elegido el salón Imperial del Stokad, la cena se serviría en cuatro tiempos, contrato al grupo Mezquite, era el versátil más demandado para ese tipo de eventos, tuvo que mover cielo, mar y tierra para que fueran amenizar la boda. Para la ceremonia civil a la hora del brindis, la música de ambientación estuvo a cargo de un dueto de violines. Eliseo no omitió ni el más mínimo detalle. Recuerdo que a la boda asistieron personas muy importantes del gremio de las exportaciones, mis papás se habían dedicado a la docencia durante muchos años, por lo cual no tenían muchos compromisos, mi familia era muy pequeña, unas pocas amigas mías y los compañeros más allegados de EXPA. Fue un día maravilloso.
La luna de miel fue a Europa, viajamos primero a Cancún tenía varios años sin ir a la playa, aproveche para broncear mi piel ya que mi tez es muy blanca me vendría bien un bronceado., de ahí volamos a Madrid, Eliseo preparó un tour establecido, París, Roma, Venecia, España.
En Paris, sucedió algo extraño, Eliseo mostraba algunos signos de cansancio o molestia, yo anhelaba estar en esta ciudad, como estaríamos varios días hospedados ahí habría tiempo y no quería perderme ningún detalle ya que está catalogada una de las ciudades más bonitas del mundo, considerada la Ciudad del Amor y, yo estaba enamorada, perfecta para dar un largo paseo romántico por la orilla de Sena, por Montmartre, y ver la Torre Eiffel, el Louver, Sainte Chapelle y la Catedral de Notre Dame, Todos estos lugares los había recorrido imaginariamente en los cursos de francés que mis padres me habían obligado a tomar ahora agradezco está formación que en realidad no me ha servido de mucho , por eso Paris me era tan familiar y justo en ese lugar que me interesaba mucho conocer él estuvo indispuesto y lo único que conocí fue la cafetería del hotel Jo&Joe, en el que me tome un café con un croisant con jamón.
Al siguiente día todo regreso a la normalidad volvía a ser el romántico y prometió que regresaríamos a Paris para poder conocer todos los lugares que quería, llegamos a Italia, pasamos horas y horas observando el mar, paseamos todos los días fuimos a Roma, Venecia, Florencia, Milán. Creo que, lo que más disfrute fue estar en el Vaticano, me dio tanta tranquilidad el ver al Papá Juan Pablo II y en ese momento lloraba y lloraba de una manera inexplicable. Fueron mis primeras rupturas, creo que aquí perdí el primer pedazo de mi alma, sentí una espada clavada en mi corazón que penetró muy dentro de mí, empezaba a cambiar mi panorama de la relación que tenía con Eliseo, en ese momento tal parece que mi cuento de princesas empezaba a desmoronarse. Y ahora me doy cuenta de que todo lo eligió él, y hasta el vestido de novia lo escogió su mamá, pero así era feliz y poco a poco fue tomando el control de todo.
Hasta llegar a tal grado que él hacia la despensa y en ocasiones también elegía la ropa que debería de portar. Conocí hermosos lugares que me imaginé cuando estudiaba los distintos idiomas, estuvimos casi un mes viajando. Al regresar a México nuestras familias nos esperaban en el aeropuerto para darnos la bienvenida, sus papás muy contentos, también lo extrañaban mucho.
Me dio mucho gusto ver a mis papás también, ya los extrañaba; nunca nos habíamos separado tanto tiempo, tenía mucho apego hacia ellos y nos invitaron a comer preparando mi platillo favorito albóndigas enchipotladas con espagueti y ensalada de papa, sí que se anhela la comida picante de mi México lindo y querido. Al día siguiente era domingo, lo cual nos daría tiempo para desempacar e instalarnos en nuestra nueva casa, aun no habría los regalos que habían llegado de la boda y prepararnos para regresar el lunes a la oficina.