Todos pensamos que tenemos la mejor vida del mundo, quizás con alguna que otra complicación, pero nada de lo que no se pueda resolver.
Todos.
Hasta que un día nos toca despertarnos y ver esta asquerosa realidad.
Es lo que me pasa.
Me siento asfixiada.
Cansada.
Muerta en vida.
La vida no me ha tratado bien, desde luego que no.
La Adara dulce de antes ya no es la misma.
Bajo la custodia de mi "Tío" o como él quiere que lo llame..."Pareja", estamos viviendo en New York.
Estupendo ¿no?
Lo sería si es que él me dejara por lo menos estudiar, lo cual hago en casa o hacía, pues ya terminé los estudios, al menos los secundarios.
Llevo más de un año en esta prisión, al lado del hombre que más odio y con el que he aprendido a convivir.
Mi cabeza había creado una barrera protectora que me decía que él era mi única salida, el único que me quería y quien no me abandonó jamás.
Hasta que lo entendí.
Un día desperté, dándome cuenta de toda esta basura.
Mi mente me repitió una y otra vez.
Toda esta porquería debe acabar.
Debo volver a ser la de antes, pero mucho más fuerte.
Y ahí lo comprendí todo.
Ni tenía nada porque el mismísimo James se había encargado de quitarme absolutamente todo.
Lo que mi "tío" no se imagina es que la antigua Adara ha despertado.
Ha vuelto para quedarse y sobre todo para luchar.
Para ir "En busca de la Libertad".