Capítulo 1

1129 Palabras
Adara Collins. —No quiero salir ¿Qué parte no entiendes?— —¿Y tu que parte de que vamos a ir no comprendes?— —Te odio James ¿lo sabías?— —Y yo te amo ¿lo sabías?— contesta con una sonrisa. Contengo mis ganas de escupirle en su atractivo rostro y suelto un suspiro. Así es todos los malditos días. Sabiendo que será en vano le contesto de una forma poco amable. —Ajam....Mira James, puedes hacer lo que quieras ¿si? A mi déjame en paz, no quiero ir a esa estúpida fiesta— —Y yo te estoy diciendo que vas a ir porque eres mi mujer, y es tu deber acompañarme— hace un mohín con los labios— ¿te das cuenta que es muy tonto que discutamos, porque de todas formas vas a terminar yendo?— —Eres un idiota— resoplo— voy a cambiarme— —Esa es mi chica— responde emocionado y triunfante. Tengo tantas ganas de borrar esa sonrisa de un golpe, pero me contengo porque sé que si lo intento, no va a terminar de buena forma, al menos para mí. *** Me terminaba de cambiar y me miré al espejo.  Retoqué mi maquillaje y mi cabello suelto con ondas. Portaba un vestido largo color piel en combinación con un toque de salmón, la pedrería resaltaba en el corpiño y el corte que dejaba ver mi pierna derecha hacía relucirla. Me veía bien tenía que admitirlo. En todo este tiempo he cambiado bastante, he de decir que físicamente me veo mucho más madura, y bueno, mentalmente ni hablar. —Adara ya vámonos mi amor— la odiosa voz de James sonó y yo resoplé. —YA VOY— grité harta, sin paciencia y agotada. Siempre era lo mismo, todo se había vuelto una maldita y monótona rutina detestable. Despertarme con él. Desayunar con él. Bañarme con él. Tener una discusión inútil con él ya que siempre terminaba ganando. Comer con él. Y "hacer el amor" con él. Me había acostumbrado a esto último de una u otra forma. Ya no dolía tanto, pero lo repugnante y enfermo no lo sacaba nadie. Es decir, tenemos la misma sangre en nuestras venas, lo mires de la forma que sea siempre será monstruoso. —Wow estás hermosa— dice cuando termino de bajar el escalón. —Como sea, tu también te ves bien— llevaba puesto un pantalón blanco, una camisa beige y unos zapatos del mismo color, he de admitir que su sentido de la elegancia siempre estaba vigente. James era alguien atractivo, y como es consiente de ello, siempre le saca provecho. —Lo sé, quise que vayamos combinados— ruedo mis ojos. Le encanta que ante los ojos de los demás nos veamos "perfectos". —Si, ya vámonos— No esperamos más, James tomó de mi mano y me dirigió a la salida, yendo hacia el coche y dejando un silencio profundo y cómodo para ambos durante todo el viaje. *** *** Llegamos a un salón enorme con todo tipos de adornos color blancos y azules. La gente abundaba, y a medida de que James y yo nos acercábamos, sus miradas se posaban en nosotros. . —Que bueno verlos— dijo "Alonso", el amigo de James o como yo lo llamaba cobarde, ya que sabía mi situación y ni siquiera movía un dedo por ayudarme. Vaya hombre . —Hola amigo— ambos se abrazan y yo saludo a su mujer con dos besos. —Que bonita estás, Adara— —Gracias— le doy una falsa sonrisa— pero aquí la única preciosa eres tu Mariela— suelto con sinceridad. Mariela llevaba puesto un hermoso vestido estilo sirena color azul marino, lo cual hacía resaltar sus ojos azules y su bello cabello color rubio, mientras que Alonso iba con un traje combinado. Ambos se ven espectaculares juntos, he de admitirlo. —Cariño, tu estás divina— me sonríe, Mariela se ha vuelto una muy buena amiga mía— que bueno que han venido para festejar con nosotros nuestros dos años de casados— Si, aún no comprendo como una mujer como ella puede estar con alguien tan detestable como él. Y lo digo porque sé que Mari no tiene idea de mi situación, pero estoy segura de que si lo supiera movería cielo, mar y tierra para ayudarme. O al menos es lo que quiero creer. —No faltaríamos por nada del mundo ¿verdad amor?— No contesto, solo lanzo una risita falsa y una mirada envenenada hacia Alonso. Te odio, maldito hipócrita. —Ven Adara, te quiero presentar a unas amigas— la bella rubia me saca de mis turbios pensamientos. —Ni siquiera ha llegado y ya me la quieres quitar— mi acompañante hace un puchero aparentando ser tierno— Idiota. —Solo serán unos minutos James, yo la cuidaré bien— —De acuerdo— mi "tío" me mira atentamente, sé lo que quiere, un maldito beso. ¿Y si solo le escupo y ya? No, no es una opción. —Ya vengo, cariño— le miro burlona y me dejó arrastrar por Mariela, quien apretuja con emoción latente mi delgado brazo. Observo atentamente todo, está muy hermoso y ordenado. Hay personas que por lo que noto, son de clase muy alta. Que asco. —¿Y ya te estás acostumbrando a New York?— pregunta mientras agarra una copa de champán de una bandeja, la cual portaba un de los meseros. —Pues más o menos—contesto rechazando la bebida amablemente al joven. —Tu tranquila, ya va a ser un año desde que llegaste y debes aprender a convivir más con las personas— —Lo intentaré— Me llevó y presentó con algunas amigas, no me sentí cómoda puesto a que todas aparentaban de 27 para arriba. Y además, sus miradas eran algo lascivas debido a mi edad, y obviamente al aparentar menos. —Iré por algo de tomar, si me permiten— me desligo. —Oh claro, ve cariño— contestó Mari—aquí te esperamos— Caminé hasta una mesa en donde había una fuente de ponche. Me serví un vaso y bebí un sorbo. Al darme la vuelta choco con alguien, volcando el contenido en el vestido de la otra mujer. Si serás torpe, Adara. —De verdad lo lamento mucho— —Oh no te preoc...— su voz se apaga al verme, dejando la frase a medias. No puede estar pasando esto. Debe ser un sueño, mi mirada no se puede apartar de la suya. —Oh por Dios— su cara de vuelve un dilema al verme— Adara— —Angélica—digo susurrante.
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