Ethan Levi
Puedes sangrar durante todo el día, pero al llegar la noche cómo un perro comienzas a lamerte las heridas, porque la luna en cierta forma siempre ha sido curativa, cómo aquellas melodías. ¿Qué sería de nosotros si no supiéramos sanar? Aunque en ciertas ocasiones el daño es tan irreversible que sólo queda observar cómo brota la sangre por la noche iluminada por otra luna más.
En ocasiones recuerdo tu risa junto a la mía y sin embargo aún no puedo creer que me vea o******o a odiarte el resto de mi vida. El día que me detuvo la policía solo te necesitaba a ti y lo único que fuiste capaz de hacer fue humillarme diciendo que siempre fui poca cosa para ti. No mereces que aún te quiera, ni mucho menos que te extrañe de la forma en la que lo estoy haciendo. Hubiese deseado que no me pasaras nunca, pero de ser así, quizás no sería ni la mitad de lo que ahora soy sin ti.
Eras la única a la que podía amar con solo pensarla, compartíamos gustos, te abrí mi mundo, mi alma, mi vida. Te convertiste en todo lo que no quería perder; me dejaste un dolor irreparable. El corazón roto por un amor es tan poco comparado a la herida que tiene tu nombre. El amor de mi vida en forma de la mujer que amaba con tan solo 15 años de idiotez, porque lo recuerdo muy bien dijiste que era idiota si fui capaz de creerme todo nuestro cuento de amor.
Hace poco vi que estás bien, te noto distinta. Incluso después de tantos años te veías hermosa así, como te recordaba. Me enviaste solicitud y llevo meses pensando en si te acepto o no; yo que he perdonado todo hasta las más viles cosas el único pecado de rencor lo tengo hacia ti. Han pasado años y no puedo evitar llorar por tu ausencia cuando me pongo ebrio, sinceramente nunca imaginé que a mí mayor amor tendría que nombrarla como mi peor herida. Llevo tres meses fuera de la prisión y solo puedo observarte desde el árbol frente a tu ventana desnudarte para otro que no soy yo, besar otros labios que no son los míos y es que me dañaste de la peor forma que anoche tuve una verdadera mujer en mis manos y no logre sentir nada cuando la hacía mia nada porque te odio y lo que necesito ahora es no sentir nada por ti para poder ser una vez más el chico oscuro que nadie se le acerca, pero el que siente todo.
—Pero miren a quien tenemos aquí— Mi gran amigo Mikhaelo entra al lado de Eros sentándose delante de mí, mientras yo no paro de pensar en Alessa mi ex novia y la mujer que más odio en esta vida. —El Señor Ethan ha vuelto.
—Pues espero no te enamores de mi porque eso sería increíble de ver— suelta a reír dándome un fuerte abrazo cada uno.
—Eros de verdad que gracias por lo que hiciste por mí— el mueve la mano en señal de restarle importancia.
—Las chicas se fueron a buscar a la novia de Peter para luego ir a inscribirse a la universidad ¿Ya sabes que estudiaras? — habla Eros tomando asiento a la orilla de la cama mientras Mikhaelo lo hace en el puf frente esta.
—Sí, quiero ser neurocirujano— Mikhaelo toce como loco mientras Eros no para de reír por la cara de su amigo —Me alegra ser tu payaso.
—No es eso, me ahogue con mi propia saliva — ruedo los ojos.
—Bien pues ¿Qué esperan? vamos a la universidad— me levanto tomando la chaqueta de cuero negra que por poco se asemeja a la de Eros.
Los chicos y yo nos conocimos cuando yo al igual que ellos corríamos al callejón de la muerte a volar alto, en mi caso consumía lo que vendía y eso era un asco. Porque siempre debía robarle a mi padre dinero para pagar lo que me había consumido, ellos me ayudaron a dejar la adicción aun estando en prisión, nunca me dejaron solo y es algo que la verdad nunca olvidare.
— ¿Qué planes tienen para vacaciones? — Eros observa a Mikhaelo mientras subimos en la camioneta que conduce Zeus Grey uno de los chicos más buena onda que conozco.
—Pero si ya llego el señor ojitos lindos.
—Ya calla que me sonrojas.
—Pues queremos alquilar una casa en la playa para todos obviamente y pasar parte de las vacaciones aislados, sin señal solo nosotros. — Eros me comenta de los planes insistiendo en que ellos pagaran todo, saben que no cuento con dinero dado que nací en cuna de cartón.
—No sería justo que paguen todo— Eros le resta importancia.
Llegamos a la prestigiosa universidad central de Seattle, todos vamos en medio de risas recordando anécdotas que hacen reír a Zeus.
La mañana se nos va haciendo filas para pagar la matricula e inscribiendo las primeras materias, Eros me presenta a su esposa que es muy agradable quien me dice que es un honor que los acompañe a su viaje, no sé porque de pronto su voz me resulta conocida.
—La princesa dorada está en la lista, este año será una locura con ella aquí dado que por dónde camina deja embobado a todos— escucho a dos chicas hablar detrás de mí de no sé quién.
—Sí, pero recuerda que su matrimonio fue un asco cuando dejo al príncipe en el altar— no sé porque siento que hablan de alguien que conozco —Además ella es horrible persona.
Avanzo dando por finalizada mi inscripción donde me indican mi habitación la cual me toma media hora conseguir, estoy en la misma que Mikhaelo cosa que agradezco, nuestro tercer compañero no sé quién será, pero Zeus y Eros quedaron juntos.
—Esperen un momento— se levanta Eros saliendo de la habitación dejándonos confusos —Ahora sí.
Regresa no sé cuánto tiempo después donde cada quien sigue igual de confundido.
— ¿Qué hacías? — le pregunta Zeus.
—Soy parte esencial de los profesores que impartirán el estudio experimental para la cura de ciertas enfermedades tal como lo hice con Atenea y por tanto soy parte del consejo— Mikhaelo le hace señas para que prosiga —Acabo de dar la orden, si guapo la orden para que nos otorgue la habitación de cuatro.
—Neta me lo juras— Mikhaelo se toca el pecho con sentimiento.
—Sí, ahora andado trio de imbéciles que debemos ir a nuestra nueva habitación.
Jamás pensé que la droga me daría cosas tan malas como mi ex pero tan increíbles como mis amigos.
Supongo que a veces somos las víctimas, y otras los victimarios, a veces seremos quien llora y otras los causantes del llanto, y así van cambiando los papeles en este malicioso juego, en donde todos pierden y nadie gana más que el aprendizaje. No sé qué es peor si ser lastimado o haber lastimado, pero estoy agotado del constante sufrimiento de este mundo.
—Es un nuevo comienzo ¿verdad?
Todos asienten eligiendo cada uno su cama, salimos apagando la luz. Eros estaciona frente mi casa y no sé porque mi pecho se contrae de cierta tristeza al notar a mi padre delante de la puerta a punto de tocar.
— ¿Estarás bien? — Mikhaelo me pregunta cuando estoy por abrir la puerta.
—Sí, lo estaré, ya no soy un niño así que ¿Nos vemos mañana?
—Pasamos por ti a las seis, las chicas se irán esta noche— asiento bajando de la camioneta con la duda de saber quiénes serán las chicas si solo conocí a Atenea.
—Con que es verdad, si saliste rata asquerosa— aprieto los puños
—Tampoco me agrada verte padre, y que recuerde no pedí que vinieras así que mejor lárgate.
—Me voy cuando se me dé la gana— el grado de alcohol en su sistema debe ser muy alto como para estar como esta.
—Lárgate que no quiero que me dirijas la palabra no después de ver que te casaste con una maldita reina por interés adoptando y dándole el amor a otro que no lleva tu sangre— me burlo en su cara, aunque por dentro este muriendo yo.
—Jacob es el hijo que yo desee toda mi vida no una basura como tú.
—Si soy tanta basura ¿Qué sigues haciendo aquí? — Lo empujo sacándolo del porche de la casa de mi madre —Anda vete porque es lo mejor que sabes hacer siempre, huir como un cobarde de m****a.
Cierro los ojos cuando los golpes por su parte empiezan abrir mi piel, no soporto nada de esto, pero no soy capaz de devolverle los golpes es mi padre y aun lo respeto, no sé cuánto tiempo pasa pero por fin se marcha dejándome con el sabor de la sangre en mi boca. Cierro la puerta con tanta rabia que observo el polvo blanco sobre la mesa y las ganas de meterme una sola de esas líneas me hacen hervir la sangre.
—Dije que ya no más— tomo todo lo que queda, busco en todos lados y las desecho por el inodoro —Estoy sobrio y así seguiré— Me pesan los pies cuando intento caminar a mi habitación porque sé que si entro el aroma de la hermosa mujer que tuve entre mis brazos y deje ir seguirá en ella.
—Que estúpido fui con ella— Pero siempre termino haciendo lo mismo, termino pudriendo a las mejores personas por eso no me arrepiento de alejarla, lo que sentí con ella anoche en la playa y hoy en la mañana fue especial y me dio miedo al mismo tiempo.
La imagen de mi padre vuelve a mi mente dejándome una enorme incógnita en la mente. ¿Cómo sanar las heridas provocadas por la persona que vio mis primeros pasos, y que por primera vez escuchó de mis labios decirle "papá"?
—Es como la metáfora de la curita y la herida; mientras más la tapes más tardará en sanar. Deja que esa herida respire y que duela lo que tenga que doler. Deja que viva el proceso, pero también recuerda que no va a ser para siempre— las palabras salen de mis labios, pero mi corazón se rehúsa a sostenerla dejándome quieto en el mueble en vela parte de la noche donde el rostro de Azul vuelve a mi mente sacándome sonrisas porque de verdad es una princesa.
Con ella en mi mente por fin logro cerrar los ojos descansando, aunque sea un poco.