"Un poco sí", admitió John, mientras Louise le bajaba los calzoncillos. "Pero Sophia no es vieja, si es eso lo que insinúas, y tú tampoco. ¡Ni siquiera tenemos 30!", empezó a protestar John. "¿Eso no cambia el hecho de que te acuestas con esa pobre francesa aquí mismo, eh? No podría caminar derecha al día siguiente mientras la llenas de tu semen, dejando embarazada a una chica de 18 años de Europa, ¿verdad, cariño?" Louise sonrió, tomando su polla en la mano, lista para montarlo a horcajadas. "Mírame, nena, mejor fija tus ojos aquí, en mí, ¡porque este es el único coño que vas a tener!" Con eso, Louise se alineó y se empaló, hundiéndose completamente sobre él y, con un suave suspiro, absorbiendo su erección. Louise comenzó a cabalgar a su marido, perdiéndose en su excitación, aumentando

