Capitulo 7

3750 Palabras
Mire al cielo mientras los rayos de sol me daban en la cara, sentía el aire en mi cara, en mi cuerpo de formas liberadoras. Quizás era la primera vez en muchos años que veía la luz. No es que sea eso de ver la luz, como haber muerto e ido a una vida mejor, ni nada de haber encontrado a Dios, mi vida estaba atada a ello, cantaba en la iglesia y uno de mis tíos favoritos era pastor, estaba en mi vida como la prima pesada pero no es la cosa, la luz era eso que dio sentido a mi vida, era como si hasta ahora hubiera sido ciega pero ahora me hubieran hecho algo milagroso para ver. Y no es que hubiera cambiado muchas cosas, no iba a dejar de ser yo, porque quien eran mis padres no me daban la identidad sino mis vivencias y creo que no me arrepiento de nada, quizás hubiera cambiado unas pocas cosas pero al final y al cabo, si las cambio perderían el sentido, la lógica, cambiaría yo misma pero es lo divertido en la vida, tener mala suerte para luego renacer como un fénix, aunque es una enorme mierda el tener que pasarlo mal, una cosa sin sentido pero creo que tiene cosas buenas. Respiré hondo. —¿De donde viene ese cambio de pensamiento?—me pregunto Gordon. Me gire para mirarle. —Todos tenemos derecho a cambiar de opinión—avise. Gordon negó. —Hace nada, me estabas diciendo que no les podías perdonar y ahora, la has abrazado—comento y le mire—Solo quiero entender, que ha pasado para de odiar hayas pasado a amar—comento. —No les amo, aunque del amor al odio hay solo un paso, no siento eso, tenlo claro—le dije, me miro sorprendido pero estaba claro que no les podía amar, para ello, debía conocerles y no lo hacía, no porque no quisiera, las cosas eran demasiado complicadas, no podía amar a alguien que no conocía, por mucho que nos uniera algo, por mucho que fueran mis padres, no les podía amar porque no sabía nada de ellos, debía atarme algo a ellos pero no podía negar que les tenía algo de aprecio. —¿Por que has cambiado de opinión?—volvió a preguntar y le mire. Le mire, no tenia ni idea si era completamente sincera, estaba hasta yo sorprendida pero al final la vida es como una gran pasión y no me refiero a esas románticas de libros o películas, esas que quitan el suspiró a una sino a esas que te dan esperanza y ganas de descubrir el mundo, por mil cosas que el amor tenga en común con eso, cuando encuentras algo que realmente te gusta y te hace suspirar y soñar con construir nuevas aventuras, no es algo que se entienda, ni se analice, es algo que se deja pasar y se vive, algo con lo que sueñas tanto dormida como despierta, la pasión que no mucho encuentran, de la que todos hablan pero nadie te explica porque es tan diferente de una persona a otra que intentar, explicar o hablar de la pasión de otro es demasiado complicado. En ocasiones para mi es como hablar del cuerpo desnudo de alguien sin pudor ni miedo. Aunque pensándolo bien, estoy describiendo una buena relación de amor. —No lo se—deje claro, mi primo me miro sorprendido, no estaba para nada segura de lo que quería o lo que pensaba, y me importaba, demasiado, era quizás una de las pocas personas en mi familia que no me parecía completamente insufrible y quería mantener en mi vida. Me acerque y bese su mejilla. —Debo irme, he quedado—aclare. No lo había hecho y seguramente aunque llegara tarde no pasaría nada, pero no quería perder el tiempo con cosas que nadie comprendía cuando había relaciones por recuperar. —Luego hablamos—deje claro para dejarle mas tranquilo. Gordon agarro mi mano y me miro. —Todos tenemos derecho a cambiar de opinión y no se nos debe juzgar, no te estoy juzgando pero he visto lo que es tenerte y perderte, el vacío que dejas y lo bien que haces a todos los que rodeas, no puedes tomar deciones a la liguera, destruiras muchas vidas—me aviso. Le mire sorprendida . Sea bueno o malo, todos impactamos en la vida de quienes nos rodean, somos importantes para unas pocas personas o muchas, pero en la vida de esas personas, dejamos huellas, en la vida de todas las personas que pasan por nuestra vida el suficiente tiempo como para hacerse alguien o quizás no, simplemente un segundo pero tiempo suficiente para impactar pero siendo sincera es algo que no comprendo, como una persona que pasa por la calle puede impactarnos tanto, hacernos querer8 cambiar todo de nosotros, puedo comprender que copiemos a un artista y eso nos vuelva locos, en ocasiones nos volvemos dementes pero es algo que entiendo, es alguien que tiene lo que nosotros queremos y por eso le envidiamos, anhelando ser como ellos. —Hablemos luego por favor—suplique y le mire—Quizás sea solo yo, o sea que soy un dramática pero no puedo tener conversaciones demasiado intensas ahora—. Gordon me miro y rio, le mire extrañada, no porque riera, creo que en mi familia el rey en forma de autodefensa era demasiado común, o reír solo por no hacer otra cosa, reír por no llorar, reír por reír, reír por miedo, siempre reír por una frase de mi abuelo. —Reír por todo, llorar por nada, que nadie vea el roto de vuestros corazones—me dijo y le mire. Como si me leyera la mente dijo a la perfección la frase que en esos momentos estaba buscando en mis recuerdos. —Vamos—me dijo para comenzar a caminar hacia el br, el lugar donde siempre estaba donde siempre quise ir. Tengo buena memoria, no olvido lo bueno que fue conmigo en cada momento que tuvo como padre mi abuelo, Vicent fue una persona que quise mucho y aun lo hago, alguien que me ayudo mucho en todo, en cada paso de mi vida y me pago las clases de piano y canto por lo que mi pasión era gracias a el. Mi pasión. Suspire. Gordon me miro demasiado sorprendido. —No es nada, camina—le dije sin querer hablar del tema. Pero pasaban demasiadas cosas . Antes, hace dos años, antes de que toda mi vida se fuera al traste, cantar era mi cosa favorita, amaba lo que me hacia sentir, las palaras salir de mi boca como un fénix que renace, contar historias con tan bonitas melodías que muchos se paraban, las personas me miraban y me gustaba que me miraran, me gustaba que las personas fueran algún lugar por mi, amaba ser el centro de atención, amaba y deseaba ser amaba, envidiada. Pero cuando me fui a Alaska, al principio deseaba seguir haciéndolo, cantar pero estar encerrada en una casa con las mismas personas sin poder ser vista por nuevas caras, era tan similar, siempre igual que cantar se me complico, siempre lo hacia por los demás, pero en ese tiempo y cuando empezó el juicio que me miran se volvió algo malo, control, investigación, análisis, preocupación, cosas que no quería para nada en las miradas de las personas, deje de cantar porque lo que antes era algo hermoso que me servía para sentirme importante, se volvió una herramienta de control. Mi abuela, uso el tema de mi talento en el juicio en contra de mi madre, se dedico a decir que si tenia las oportunidades que tenia o si tenia las cosas que tenia, era solo por ella y su lucha, porque estaba intentando darme todas las cosas que una mujer quería, todas las oportunidades e incluso me hicieron cantar en el juicio. Por primera vez en mi vida, me sentí un esperpento de un circo de personas raras, aunque suene algo cruel, aunque lo se, antes siempre había circos, esos parques enormes que se montaban de un momento otro donde personas que no eran comunes se vendían a los que decían ser normales, sin nada diferente. Quizás los raros éramos nosotros. Pero ahora, cuando pienso en cantar, no pienso en que me miren, pienso en hacer sentir orgullosa a Julieta, mi madre, que vea que no es por Anne que tengo este talento, que es por algo mas, por mi o por el universo pero que el talento y la pasión van unidas a mi y a nadie mas, ahora que pienso en cantar, pienso en los brazos de Colin rodeándome, nos veo en la cama de un hotel componiendo, mientras canto me acompaña con la guitarra en una de nuestras giras mundiales, una en la que ganemos el dinero para ayudar a personas como su madre que perdieron la pasión y mantengamos el lugar que nos vio crecer, porque no era explotación infantil cuando nos ponían con cinco años a hacer monerías, era lo mejor de mi semana. Ahora, pienso en Priscila y en mi, en un gran escenario bailando como lo hacíamos de niñas, con trajes de luces mientras mil personas nos acompañan y aplauden porque aunque los aplausos de nuestros padres eran hermosos, creo que deseo demasiado estar en un escenario de un gran estadio lleno de personas que esperan por mi y gritan mi nombre, es hermoso. Pienso en Reese, también en él, en como seria hermoso verle volver locos a todo el mundo con su forma de tocar la batería, su fuerza, su energía, todo en el seria magia, amor y todo el mundo le miraría por lo que es, con la luz que tiene, no como el hermano de nadie o el nada de nadie, seria solo el. Y pienso en Jeremy, mi primo, le amo, con locura, es una luz en mi vida y le deseo lo mejor, se que el no se subirá nunca a un escenario, el ama estar detras de este organizando todo, y quiero eso para el, que pueda organizar mis conciertos en grandes estadios y cuando tenga la loca idea de colgar una vaca del techo todos se dediquen buscarla en lugar de preguntar. Pienso en ganar el suficiente dinero para sacar a mi abuelo de la cárcel, por mucho daño que hiciera a mi madre o a mi, sus brazos son mi mejor refugio y no comprendo mi vida sin compartirla con el. Obviamente pienso en Gordon, alguien deberá cuidar del bar mientras estamos por el mundo y confió en el tanto que le dejaría mi vida en sus manos, antes era mi sobrino, ahora mi primo, y quizás no comprenda nada pero es una persona demasiado importante para mi. Pero sobre todo pienso en mi, en la terapia que para mi siempre fue cantar, en la magia que me hacia sentir. Siempre que acaricio un piano, una pequeña corriente de energía me recorre desde los dedos hasta la cabeza, las mariposas se forman en mi estomago, todo me parece sencillo, nada es complicado, solo debo hacerlo, no necesito saber que hago porque en la música todo tiene sentido, es casi como estar enamorada, es lo que Colin me hace sentir, los nervios del principio, las emociones locas de en medio y el enorme deseo final, el deseo de repetir. Entramos al bar donde todos estaban hablando, sentados en un circulo. —Tenemos que hacer una gran función, una de volver a iniciar, tenemos que hacer que venga hasta el presidente—. Quizás mis ideas no son las mejores, no niego que en ocasiones tengo planes demasiado alocados, planes que dan miedo pero mi corazón esta ardiendo por volver ha hacer las noches temáticas que antes siempre hacíamos. —Sentaros—me pidió Jeremy. Gordon se sentó alado de Jeremy tras hacer un raro saludo que solo ellos y alguna especie rara comprendían pero estaba claro por las caras de todos que pasaba algo, algo que todos menos yo sabían. —Si me queréis poner las cosas complicadas por lo de estar dos años desaparecida creo que es hora de superarlo—les deje claro. Colin con mucha tranquilidad agarro mi mano y me sentó, alado suyo, le mire sorprendida, no es que me hubiera hecho daño, era demasiado cuidadoso con no dejar una sola marca en mi cuerpo, no me pegaba por mucho que esa ultima frase suene a eso, pero soy muy dramática y torpe, por lo que siempre que tengo alguna marca me hago la señora que va morir en dos horas, siempre, es como divertido ver como el resto del mundo se desespera mientras tu ríes por dentro. Pero mi sorpresa estaba en que me sentara como si lo que pasara implicara muertos y una invasión. —Me estoy preocupando—me queje. —Me mudo—comento Jeremy y le mire. —Sabia de la nueva casa de Christopher, mas cerca de la iglesia pero no sabia que estaba terminada—comente. Por mucho que Jeremy tuviera padres estables y buenos, los sobrinos de Molly, su conexión con mi tío era una cosa de otro mundo, eran la misma persona en diferentes etapas de la vida, por lo que no es para nada sorprendente que se vaya a vivir con la persona que mas bien le aporta, me sorprende que no lo haya hecho antes, sus padres nunca pusieron impedimentos a eso y casi vivían juntos, así que solo era hacerlo oficial. —No es con Christopher—dejo claro. Mi cara de sorpresa y decepción no debía sorprender a nadie, por dios, hasta el mismísimo sabia que eran lo mejor uno para el otro porque en este mundo no todas las relaciones que te hacen bien son de amigos o amor, el sentimiento padre e hijo es demasiado importante y hermoso, y ellos lo tienen. —Pues eres tonto—. Priscila rio mientras todos los chicos me miraron con ganas de matarme o de atarme algo a la boca para que no pudiera hablar. —Me han dado una beca para una universidad en Australia—explico y le mire con varias dudas. No había terminado el instituto y no es que fuera algo que deseara hacer o algo que me preocupara, se puede vivir sin estudios, se lo básico, leer, escribir, hablar, sumar, restas, dividir y multiplicar, quizás no hable quince idiomas ni pueda calcular cuanto mide algo solo con mirarlo pero tengo un gran rango de voz. —Quizás no recuerdes pero hay algo que se llama estudiar—comento Jeremy y le mire. —Se lo que es, lo recuerdo y siempre supe que querías estudiar economía o algo así—me queje demasiado molesta porque me tomaran por tonta por mi actitud. Jeremy siempre tuvo un sueño, su padre tenia pequeños negocios que le encantaba llamar sus empresas, aunque no se si una tienda de ropa es una gran empresa, pero mi primo quiere mas, quiere ser una de esas personas que todos envidian, quiere crear grandes empresas, con su nombre, empresas que todos recuerden. Me gusta su plan, lo unico que no comprendo es como podra controlar tantas empresas, tantos viajes y tantas cosas si claramente quiere tener una familia y una vida pero como todo es su decision y su asunto. —Voy a cumplir mi sueño—me dejo claro y le mire. No voy a frenar nunca a nadie que quiera cumplir sus sueños, puedo ser muchas cosas pero no soy una mal nacida que por retener a las personas en su vida, les destruye sus sueños, además que no puedo prohibir nada a nadie, no me harían caso. —Con mas motivos tenemos que organizar algo, un recomienzo de nuestra banda esta vez en serio para que las personas en todo el mundo sepan que seremos los próximos numero uno y para despedirnos como dios manda del insoportable de Jeremy—comente y me miraron—En misa siempre estamos cantando por lo que obviamente dios quiere que en los comienzos y finales haya música—les deje claro. —Te miramos por llamarme insoportable—se quejo Jeremy. Le mire riéndome. —Te vas a otro pais, se menos sensible—le dije y por muy fría que sonara por dentro tenia enormes ganas de abrazarle y llorar porque le iba a echar de menos de una forma que pocos entenderían, y es que era raro, realmente no éramos familia pero para mi era una de las personas mas importante de mi vida, un amigo, un aliado y quien me ayudaba a limpiar el desastre que siempre generaba, le iba a necesitar mucho pero no podía cortar sus alas y quería que fuera feliz, y algo me decía que su felicidad estaba en ese nuevo pais. —Mi cara era porque es una gran idea—comento Priscila para sentarse a mi lado empujando un poco a Colin—Creo que si lloramos un poco alguna señora del pueblo nos hace el vestuario—comento. Antes era la madre y la abuela de Colin quien nos vestían, por lo que era sencillo pero sabiendo que su madre no esta, no se si sera terapéutico para su abuela cosernos lo que antes hacia con alguien que amaba demasiado. —Si hacéis eso, mi abuela os matara—comento Colin y le miramos—Puede que no este mi madre y le duela pero estará loca por ayudar en cualquier proyecto que tengamos, encima si va Natalia a tomar el te, creo que la obligara a dejarle coser—dejo claro. Priscila se levanto emocionada para ir a ver los instrumentos mientras Reese le seguía con desesperación y preocupación porque se podía poner algo intensa en estas situaciones. —No quiero que tu abuela se ponga mal por esto—le deje claro. —Y yo no quiero que tu te pongas mal—aviso. Le mire sorprendida sin saber que decir o que hacer, porque estaba bien. Colin paso su mano por mi pelo y coloco un poco detrás de mi oreja. —Hace mucho que no cantas, lo que antes te hacia sentir bien puede que ahora te haga daño—aviso. Le mire. —Cantar es lo mejor de mi vida—le deje claro haciendo que me mirara con una ceja levantada y reí—Y luego estas tu, detrás de Gia obvio—. Colin rio besando mi mejilla, obviamente sabia que no era verdad, no podía comparar cosas, animales y personas, nada las compararía pero si eran las tres cosas que mas me gustaban en la vida, y no lo podía evitar, no podía evitar amar esas tres cosas y mas, porque el lugar que mas amaba sin duda alguna era este bar, el pequeño refugio que me dio alas y siempre cura mis heridas. Odiaba muchas cosas y se que hay otra miles que no puedo cambiar ni mejorar, ero cuando estoy en estas cuatro paredes siento que el dolor que he pasado esos días, los pequeños detalles, discusiones o peleas, esas me las solucionaba, obviamente no era un lugar mágico y los miedos, traumas, cosas así no se solucionaban con el hecho de entrar a un lugar, a menos que en ese lugar ofrezcan milagros porque otra forma no conozco de curar esas cosas, aunque últimamente esta apareciendo una idea loca, el hablar con alguien de tus problemas, no se si últimamente pero al menos yo lo se desde que estuve en el juicio aunque dudo estar tan rota. Tengo todo lo que se necesita para ser feliz, familia, novio, amigos, mascota, casa, comida, dinero, talento y no creo que nada mas se pudiera añadir a mi vida para mejorar bueno si, una estrella en el paseo de la fama y dos discos de oro, que aunque sea algo nuevo vender tantas copias de tus canciones se debe sentir genial y bueno, una boda e hijos no es algo que pueda negar que desearía tener en un futuro medio cercano, no hoy, es matemáticamente imposible, los bebes que vienen de paris tardan demasiado por lo que un año estará bien para tener todo lo que deseo, dos como mucho, pero voy a conseguir todos mis deseos por mucho que deba dejar de dormir. —Un beso por tus pensamientos—me dijo Colin y le mire. —Deberíamos casarnos—le avise haciendo que se atragantara con su propia saliva y me mirara preocupado—Voy enserio—le deje claro por si quedaba alguna duda o sospecha de broma. —Mas despacio—aviso y le mire—No niego que casarnos es un buen plan pero creo que si vuelves a casa prometida, Julieta me arrancara cada pelo de mi cuerpo—comento. Dudaba mucho que Julieta hiciera eso, no por nada en concreto sino porque si hiciera daño a Colin claramente me iba a enfadar con ella y podía no perdonarle nunca jamás de los jamases. —Dudo que haga eso—me queje. Beso mi nariz y me miro. —Vayamos despacio, como si nos acabáramos de conocer para que las cosas salgan bien—me dijo y le mire decepcionada—Dame un mes aunque sea—se quejo y le mire. —Una semana—contraataque y me miro. —Dos meses—se quejo y le mire sin entender bien si entendía bien el concepto de la negociación o simplemente era un juego—Puedo no pedírtelo—me amenazo y le mire. —Puedo irme con otro—. No lo haría, pocos me soportarían y siendo sincera me gustaba demasiado los abrazos de Colin. —No lo harás—me aviso y beso mi mejilla—Solo espera—. Suspire, por mucho que supiera que Julieta no iba poner muchos problemas y aun estaba por descubrir los que me pondría Eric, no estaba bien visto que un hombre y una mujer, a nuestra edad sin estar casados, que pasaran tiempo juntos, no es que fuese algo malo pero la gente pensaba que no éramos de fiar, pero para mi eran tontearías aunque deseaba pasar todo el tiempo del mundo sin vigilancia con Colin. —Gordon—le grite molesta porque me di cuenta que vino para vigilarnos a Colin y a mi. Y que el caos empezara.
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