Diez Años Después
Los años pasan, cuando mejor te lo estas pasando, las horas parecen ser segundos y se pasan tan rápido que da rabia no darse cuenta de las cosas que están pasando, las pequeñas cosas, las medianas y las grandes pasan tan rápido que no sabes a donde mirar, estas al mismo tiempo casándote, viendo a tu amiga casarse y firmando contratos para viajar por el mundo, y puede que las cosas pasen con meses de diferencia pero no estas asumiendo una cuando viene otra que te impresiona y te hace quedarte en ese sueño que nuca termina y al final, pasan diez años sin darte cuenta
Habíamos cumplido nuestros.
Nos habíamos vuelto la banda mas importante del mundo, bueno no se si la mas importante pero si una banda demasiado famosa que generaba mucho dinero y no es que eso lo hicieran muchas bandas.
Seguimos juntos como una gran familia, aunque estaba claro y adivine que Jeremy nos dejo de escribir, desapareció y no supe nada mas de el por muchas veces que hubiera ido a Sídney, el no quiso contestar ni vernos, una pena. Gracias a mi tío supe que se caso, pero desgraciadamente mi tío murió hace unos años por un infarto, según el era porque al estar mas cerca de dios te ibas antes, lo dudo pero se que estaba mejor así y ahora, no sabia nada de Jeremy. Extrañaba hablar con el pero tomo una nueva vida ahí, una nueva en la que no nos necesitaba, no necesitaba para nada nuestra ayuda, por lo que nos saco de sus vidas. Me molestaba demasiado que las personas te echaran de su vida cuando no te necesitaban, como si las personas fueran trapos que se pudieran cambiar y tirar cuando quisieran, me dolía y me molestaba pero se que no era algo que pudiera controlar. Jeremy fue la persona que me ayudo y la unica que en un principio me quiso dar una oportunidad, se que no era por su grana afinidad al cristianismo y a lo que esto predicaba, por mucho que conviviera con un cura, no era muy religioso.
Priscila y Reese se casaron, estaba claro que lo harían su boda fue algo que deseaba pero fue demasiado triste que la familia de Priscila no fuese ni conociera a los hijos que estos tuvieron, los White era una familia, demasiado rica, casi tanto que no entendía como las personas podían tener tanto dinero y vivir en un pequeño pueblo, pero estaba siempre exigiendo la perfección y Priscila tuvo demasiados problemas con ellos, estaban separados, quería que fueran felices pero un sin familia, sin su familia original con la pequeña familia que ella construyo, era feliz, era una luz hermosa que amaba. Tuvieron dos hermosos bebes que ya no lo son tanto Calum y Shannon, el pequeño hombrecito esta por cumplir seis años y la pequeña Shannon cuatro, mis dos amigos estaban locamente enamorados y cada día que pasaba estaba mas segura de que debían estar juntos y que hicieron bien amándose, eligiéndose pero como siempre eso no es mi historia, no algo que deba contar hoy. La historia de Priscila o la de sus cuatro hermanos era cosa de ellos, las normas de la familia que nadie entendía, estaban bien, pero no era mi cosa contar su historia, se que los hermanos de mi amiga vivieron grandes historias, y cuando sus padres no veían, le solían enviar felicitaciones navideñas, no hablaban, anónimos de flores les llegaban a casa pero estaba claro que sus hermanos la querían, al menos parte de ellos.
Gordon se caso, seguimos siendo muy cercanos y es quien lleva el bar en nuestra ausencia, y claro que tuvo hijos y se caso, encontró a una joven chica que vino de España, se enamoraron, pero esa historia la deben contar ellos, no es que quiera ocultar nada pero me gusta que los demás contaran sus historias. Sus dos hijos Nora y Henry son lo mejor del mundo, son dos hermosos bebes de cinco años. Estaba claro que no me iba a ir de la vida de Gordon, era una de las mejores personas de mi vida, me animaba y me ayudaba por lo que llamarlo dos veces a la semana era demasiado importante para mi.
Mis abuelos, eso era algo demasiado complicado, aunque intente sacar a mi abuelo de la cárcel, me pidió que lo dejara ahí, se lo merecía según él, hizo tantas cosas mal que ese era el mínimo castigo, y ahí murió, con mi abuela y Molly no tuve comunicación aunque se que ahí siguen, no quise verlas, Molly me suele escribir cartas y mi abuela igual, pero es diferente, mientras la primera se alegra por mi, me felicita y me ama, la segunda solo me critica y me recuerda que debo sacarla de ahí. Los tres hicieron cosas muy malas y no entiendo bien cual es toda la historia, quizás nunca la entienda pero es diferente, mi abuelo, siempre conecto conmigo de formas que las dos mujeres no podían, era mi vida entera, necesitaba que supiera de mi vida y por suerte conoció a sus bisnietos pero de la misma forma que algo me acercaba a mi abuelo, me alejaba completamente de las otras dos mujeres.
Mis padres, ya les podía llamar así, nada me frenaba a ello, ahora estaban viviendo el amor que siempre les habían impedido, se aman y es algo hermoso, como a pesar del tiempo y las dificultades dos personas siempre se eligen, se aman y deciden que son el uno para el otro, aunque en teoría es eso el amor. Ahora tengo mas relación con la familia de mi padre, es rara, es estable y todos se quieren, no es para nada como las familias que he conocido hasta ahora, todas eran desestructuradas y con demasiados problemas pero ellos parecen tan perfectos y amorosos que me sorprende.
Por mi arte seguía enamoradísima de mi querido y hermoso marido, Colin, era el amor de mi vida y si alguien dudaba alguna vez de eso, le mataría, había tenido a mis cuatro hermosos bebes con el y eso nos unía mas, el mayor Victor estaba por cumplir seis años, Stefan era solo diez meses menor que Victor, creo que ese año estábamos demasiado inspirados, luego venia Angie que a sus tres años de edad recién cumplidos movía a todo el mundo a su antojo y mi ultima gran enamoramiento, mi pequeña Julieta, la niña mas bonita que nunca pude tener.
Acunaba a Julieta en mis brazos mientras que los dos chicos se peleaban con guitarras de globo.
—He tenido una idea—grito Angie entrando al salón, la mire intentando no llamarle la atención por gritar cuando casi tenia dormida a Julieta pero el espectáculo de su hermana hizo que quisiera saber que pasaba—Yo quiero un perro, y como no hay sitio, vendemos a los demonios—comento.
Si no le dábamos un perro no era por falta de dinero o espacio, sino por falta de tiempo, estábamos demasiado ocupados ellos con las mil cosas que estudiaban y nosotros con la banda, la casa y los niños, no estaba preparada para animales pero no es algo que una niña entienda. Y si alguien se preguntaba por Gia, obviamente teníamos a mi querida perra pero ella no era alguien que mis hijos quisieran, era demasiado leal a mi y algo vieja para sus deseos de jugar y montarla como si fuera un caballo. Los perros no vivían mucho, ella apenas tenía diez años, la recibí cuando tenia pocos días por lo que aun aguantaría algo mas pero se que cuando se fuera, cuando me dejara me dolería, porque siempre me acompaño, estuvo a mi lado en todos los momentos malos y en los mejores, no contemplaba la vida sin Gia.
Mi querida amiga se acerco a mi y apoyo su cabeza en mis piernas, como si supiera que pensaba en ella y en cuanto la quería y me quisiera confirmar que también lo hacía.
La mire.
—Supongo que los demonios son Stefan y Victor—comente.
Con gran orgullo sonrió demasiado tranquila. Angie era mas pequeña que sus hermanos pero era demasiado lista, tenia talentos que no sabia de donde saco, era como una mini espía con demasiadas habilidades y demasiado inteligente, y eso era demasiado diferente de sus hermanos, no la podía medir con Julieta que era un bebe pero si con los chicos, eran impulsivos y alocados, con talento para muchas cosas pero no pensaban tanto, no creo que sea por ser hombres, eran niños y les ponía mucha fuerza en estudiar, porque yo no lo hice, la vida me supero y no quería que ellos tuvieran esos problemas.
Antes de que me diera tiempo a nada, mis dos hijos cogieron sus guitarras y lo que antes era una pelea ahora era una gran alianza contra su hermana que lo único que quería era un perro, pero los tres salieron corriendo, una a esconderse y los otros para golpear a su hermana por los comentarios que hizo.
Me levante y acomode a Julieta en mi pecho.
Llevaba el nombre de mi madre por una sola razón, cuando deje de intentar evitar que entrara en mi vida, me encontré directamente con una de las mejores personas del mundo, amable y dedicada, era buena y aceptaba cada parte de mi sin miedo a que le pudiera hacer daño, no intentaba cambiarme, me amaba como era. Eric, mi padre, no llevaba el nombre de ninguno de mis hijos no porque no lo quisiera, mis hijos llevaban nombres de personas importantes en mi vida, y mi padre era una persona importante, conecte con el de una forma que no conectaba con mi abuelo, seguramente si tuviera otro hijo le pondría su nombre, no lo dudaba pero aun no se dio el caso, Victor y Stefan eran nombres con mas prioridad, pero Eric era el siguiente, eso lo tenia claro.
Las personas mueren al ser olvidadas, y si pones nombres de personas que se fueron a canciones, poemas, libros o personas, contando el significado, esas personas siempre serán eternas, no quiero ser eterna, pero quiero que las personas que me importan lo sean, soy solo una pieza mas pero ellos cambiaron tanto que necesitan ser recordados.
—Tus hermanos me van a volver loca—le dije pero ella solo me miraba con los ojos abiertos sonriendo y riendo, haciéndome tener ganas de tener cincuenta hijos mas pero creo que cuatro es un buen numero, aunque cinco era casi un equipo de baloncesto.
Seguí a mis hijos que estaban en plena guerra de almohadas encima de mi cama, les mire demasiado sorprendida pero no pude evitar reír, mi marido salió del baño en bóxer y cepillándose los dientes tranquilamente.
—Están locos—comento mi marido.
Le mire seria.
Colin entro al baño para volver con sus dientes completamente cepillados y ya listo para ayudarme con los niños pero para mi sorpresa, agarro un cojín y se puso a jugar con ellos en el equipo de Angie.
—No vale—grito Victor molesto pero Angie parecía la niña mas feliz del mundo porque le ayudara.
Cuando estaba encerrada en Alaska, no tenia ni una solución, no tenia una sola forma de que las cosas salieran bien, me dolía todo y me sentía mal por no saber que podia pasar en mi vida, sentía que todo acabaría ahí, que moriría congelada en uno de los lagos cercanos a la casa pero cuando volví a mi querido hermoso pueblo, me di cuenta que de que había algo de esperanza en mi vida, no mucha porque todo estaban enfadados conmigo, pero con el tiempo la esperanza volvió demasiado fuerte y supe que las cosas iban a salir bien. La esperanza no era algo que me gustaba perder, pero siempre me veía en situaciones raras en las que me hacían perder la confianza, en estos años las cosas han sido complicados, demasiado para entender como seguía con la vida. Lo primero malo que me paso, fue la muerte de mi querido Christopher, estaba demasiado triste y me dolió cada parte de mi alma, no es que fuéramos muy cercanos pero su iglesia era el mejor lugar donde cante. Con eso y la separación de Jeremy de mi vida, me dolió tanto que no entendía para nada como me pudo afectar, aunque si lo hacia, era una persona que marco mi vida, que estuvo en mis peores momentos y nunca me dejo.
—Un beso por tus pensamientos—me dijo Colin y le mire.
—Nada de besos—ordeno Victor empujando a su padre para que se tumbara.
Rei.
—Solo estaba pensando en lo afortunada que soy—comente.
Mi hija se acerco a mi y me tiro un poco de mi pantalón, para que la mirara y eso hice.
—Afortunada significa feliz—le explique y ella sonrió.
Angie era demasiado curiosa, por lo que siempre preguntaba lo que no entendía, lo preguntaba, en ocasiones sus preguntas eran demasiado inapropiadas y sorprendentes pero amaba cada parte de mi hija por lo que siempre le iba a responder. Creo que eso era la gran diferencia de ella con sus hermanos, ellos se paraban a jugar y disfrutar pero mi hija necesitaba entender todo, saber todo para luego poder hacer las cosas, creo que era una forma de controlar la vida.
Odiaba el control, odiaba que la vida de alguien o algo pequeño estuviera en mi mano pero creo que era importante tener el control de uno mismo, saber que hacíamos y porque para que las cosas no se complicaran, para que las vidas no se destruyeran como me paso a mi, creo que inculque ese miedo irracional sin darme cuenta a mi hija, no se si estaba bien pero no lo podía controlar.
Colin se acerco a mi y agarro a la pequeña Julieta en sus brazos para darme un pequeño beso, y luego sentarse en el suelo alado de Stefan que se había puesto molesto en el suelo porque su padre apoyara a Angie en la pelea.
—Sabes que solo he defendido a Angie porque estaba sola—comento Colin que odiaba demasiado que sus hijos se enfadaran con el, no sabia estar con sus hijos sin que le amaran, sin que le miraran con ojos de estar enamorados de ellos.
—¿Como?—grito Angie molesta—Yo puedo sola, soy más lista que todos juntos—dejo claro la pequeña que se fue molesta y de brazos cruzados.
Mis dos hijos miraron a su padre.
—Hay cosas que no se dicen papa—le regaño Victor.
Así Victor y Stefan se fueron detrás de Angie para conseguir que dejara de estar enfadada, porque su relación era así. Ellos se podían decir lo que quisieran, podían hacer lo que quisieran, podían ser malos los unos con los otros pero solo ellos, era una cosa de hermanos que solo se permitían ellos, ni a nosotros nos dejaban, se unían para estar contra nosotros en muchas ocasiones, y eso me alegraba, no tuve hermanos, y los que creí tener eran demasiado mayores, no tuve esa conexión de jugar y defenderse. Siempre inculcaba con eso a mis hijos, la hermandad, lo importante de esta y de la amistad.
—Son lo mejor que hemos creado—comento Colin y le mire.
—Los amo—le deje claro y mi marido beso mi mejilla—Ahora nos toca sentarnos a ver como se enamoran—comente.
Sabía que mis hijos iban a vivir las mejores historias de amor del mundo. se que iban a ser legendarias y quería sentarme a ver como eso pasaba, eran pronto para hablar de amor, eran unos niños de los que tenia que disfrutar pero cuando llegara el momento, viviría sus amores como si fueran míos.