Capítulo 1. Un extraño atractivo.
POV. MONALISA
Caminé por el sendero lluvioso y solitario que llevaba a casa, sin preocuparme por la lluvia que empapaba mi cuerpo de una forma que mi novio nunca lograría.
Mi novio acababa de dejarme y estaba destrozada, tal vez no tanto, pero me dolió.
¿Sus razones?
Nunca respondí adecuadamente a sus caricias y nunca me derretí entre sus brazos como debería.
También afirmó que nunca lo dejaba tocarme lo suficiente. Solo una vez lo dejé tocarme y ¿su comentario? Estaba seca como nunca y la penetración dolería.
Eso fue hace apenas una semana y hoy me dejó, dándome un consejo... Convertirme en una monja virgen por el resto de mi vida porque era insensible al tacto de un hombre.
Estaba enojada por la vergüenza que había traído a mi cuerpo. No era mentira que no podía excitarme con él, pero sabía que eso no era completamente mi culpa.
No podía ser solo mi culpa. También debía ser culpa de él.
Tenía que sentirme atraída sexualmente por algún tipo de personas, pero no tenía idea de qué tipo de personas podían atraerme. En un momento, pensé que tal vez no era heterosexual, pero ese no fue el caso.
Era heterosexual, pero mi ahora exnovio apenas me excitaba.
—¡Que se joda! —murmuré casi enojada y me detuve en las puertas que conducían a mi hogar.
Las luces estaban apagadas y eso era un poco extraño ya que estaba segura de que mamá debería estar dentro. Lo ignoré pensando que tal vez se había ido a algún lado y quedó atrapada por allí a causa de la lluvia, así que entré en la casa.
Mi padre estaba muerto, en realidad llevaba mucho tiempo muerto. Solo tenía 6 años cuando murió y si no fuera por las fotos a las que miraba constantemente, probablemente ni siquiera recordaría cómo lucía.
Después de la muerte de mi padre, las cosas empeoraron durante algunos años hasta que de repente nos mudamos a esta hermosa y enorme finca. Mamá dijo que pertenecía a un amigo de papá que se enteró de nuestra patética situación.
Nunca lo había visto, ni siquiera había escuchado su voz, pero era el dueño de la finca y también el que patrocinaba mi educación. Mamá decía que era un hombre amable y eso era todo lo que sabía sobre él.
Abrí la puerta después de desbloquearla con mi huella digital y entré en la sala de estar.
Estaba oscuro adentro, solo había una pequeña lámpara encendida, pero casi de inmediato, sentí la presencia de alguien en la sala de estar. Miré hacia el sofá y me sorprendió ver a un hombre sentado en él.
Estaba sin camisa y la única tela que llevaba era la toalla enrollada en su cintura. Por mucho que quisiera gritarle a este extraño que estaba en nuestra casa, no pude.
Me quedé sin palabras. Sus abdominales estaban claramente bien definidos y esos bíceps y tríceps hacían que mi interior se agitara de emoción.
Su piel bronceada se veía tan suave, tan bien cuidada y mi mirada se deslizó lentamente hacia su rostro. Tenía una mirada severa en sus ojos, pero eso no le quitaba ni un poco de atractivo.
Pude ver sus ojos azul hielo cuando levantó ligeramente la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos, haciendo que mi corazón diera un salto. Era una sensación extraña. Nunca había sentido que mi corazón reaccionara así con mi ahora exnovio.
—¿Qué estás haciendo? —dijo, moviendo los labios y mis muslos mojados inconscientemente se juntaron mientras los sentía palpitar. ¡Mi v****a estaba palpitando! Solo con la voz de este hombre.
Aunque no era de extrañar. Su voz era profunda y en todos los sentidos, masculina. ¡Era sensual! Pero, ¡eh, qué me pasaba!
—Ven aquí de una vez, no tengo tanta paciencia —agregó con la misma voz y mi vagin@ volvió a pulsar. Pero esta vez traté de razonar, ¿quién era este hombre? ¿Por qué estaba en mi casa? ¿Y por qué me estaba llamando?
Pero extrañamente, no pude razonar. Su voz era autoritaria y no pude evitar hacer exactamente lo que dijo. Me acerqué a él, mis muslos mojados rozándose entre sí.
—¿Una puta ingenua es lo que tendré esta noche? Arrodíllate de una vez. Ahora —fue más bien una orden de su parte y ese tono dejaba en claro que quienquiera que fuera este hombre, estaba acostumbrado a dar órdenes.
Yo no solía seguir órdenes siempre, pero con este extraño que no conocía de nada, estaba haciendo exactamente eso. Me arrodillé, sintiendo el calor en mi v****a.
Él extendió la mano hacia su toalla y la aflojó, dejándola caer a ambos lados y revelando su pene ante mí. ¡No era grande, era enorme! Y solo estaba medio erecto. ¿Cuánto más grande sería cuando estuviera completamente erecto?
—Toma mi pene en tus manos y dale buen uso a esa boca —me dijo, y casi instantáneamente sentí un líquido cálido en mi v****a. Eso no podía ser la lluvia fría que me había empapado, no era la lluvia, era yo mojándome. Este extraño que bien podría ser un pervertido que había entrado a nuestra casa me había excitado sin siquiera tocar mi piel en lo más mínimo.
¿Qué demonios me pasaba?
No sabía qué me estaba pasando, pero sí estiré las manos para tocar su enorme pene, tragando con fuerza al darme cuenta de que quería ese pene en mi boca.
Mis pezones se habían endurecido en esta extraña situación y empujaban la tela de mi vestido mojado. Ambas manos envolvieron su pene, ya que era la única forma en que podía sujetar su miembr0. Con ambas manos.
—Joder... Tus manos, sorprendentemente se sienten bien —lo escuché maldecir y tomando eso como un cumplido, moví mi mano sobre su polla y fue entonces cuando me di cuenta de que también estaba perforado.
—Usa tu saliva, put@. Haz que esa polla esté resbaladiza y lubricada —me dijo esas palabras sucias, pero me hicieron mojar más. ¡Juro que sí!
Acerqué mi rostro más cerca de su polla e inhalé el aroma masculino antes de escupir sobre ella. Había visto esto en algunos videos porn0, pero nunca había pensado que lo haría tan pronto, especialmente con un desconocido.
¡Definitivamente me estaba volviendo loca! ¡Y también estaba fuera de mi mente!
Pero esto... Esto también se sentía bien.