Me pellizque.
Tuve que hacer un enorme esfuerzo para no vomitar de lo asqueada que estaba, por la información que acababa de recibir.
Pestañee demasiadas veces para estar segura de que no estaba soñando, de que esto no era una horrible pesadilla, tuve que hacer enormes esfuerzos para asegurarme, para asumir que esto no era una de las peores bromas del mundo, porque mi mayor miedo se estaba cumpliendo. Siempre tuve enormes miedos a enamorarme, y que esa persona usara mi gemela para estar con dos chicas a la vez, para experimentar que era estar con dos a la vez, con la excusa de no diferenciarlas, pero no, él sabía muy bien quien era quien, nos diferenciaba, sabía como era yo y como era mi hermana por lo que el dolor de esto era mucho mayor y más cuando supe que no estaba en una pesadilla sino en la vida real.
Shock, era mi estado en esos momentos.
—Dime algo por favor—suplico Antony.
Le mire mientras intentaba aguantar las ganas de gritar y llorar.
—Déjala, esta en shock—escuche a Zach.
Puede que estuviera perdida en mundo, en el mundo de mis pensamientos, ordenándolos mientras intentaba ordenar todos mis pensamientos, toda la información que acababa de recibir. Su palabras anteriores perdieron sentido, porque el objetivo de jodernos, de hacer daño a nuestra familia estaba más que conseguido, me había destrozado por lo que si la familia de mi madre me protegía de lejos debía saber que me había jodido muy bien este chico.
—Lárgate—le grito Antony a su hermano molesto porque no parara de meterse en los asuntos pero que mierdas importaba, todos lo iban a saber.
—Cállate—.
Antony miro a su hermano demasiado sorprendido.
—¿No ves que la pobre esta en shock? La estas mirando, la estas presionando para que hable cuando ella esta luchando, ella esta luchando con todo su cuerpo para no llorar—comento Zach diciendo las cosas que yo no podía decir pero quería decir, no podía hablar no me sentía con las fuerzas suficientes para articular palabras.
—Es una cosa de ella y yo—le reclamo Antony.
Mire a Zach, para que me ayudara pero es que no podía con todo lo que estaba pasando.
—No eres su novio, no porque ella no ha querido porque no has tenido los huevos de pedírselo—le reclamo Zach, no dije nada, tenía demasiada razón, Zach era lo más parecido que tenía a un mejor amigo, los dos éramos los hermanos pequeños, los dos éramos los que aguantaban todo para apoyar al hermano mayor por lo que le entendíamos demasiado bien—Si tú has metido a su hermana, ella me mete a mi como su maldito y perfecto abogado—.
Le mire impresionada porque no voy a negar que mientras que asumo las cosas que acabo de recibir, ya que no es una cosa completamente sencilla.
—Cállate—grito Antony desesperado.
Le mire sorprendida, siempre supe que para ser criminal tenías que tener una parte oscura y sería en ti, pero Antony jamás demostraba su parte más mala conmigo, el siempre se mantenía en un estado de calma evitando darme cualquier indicio de su forma de ser como criminal, siempre que estábamos juntos y atendía una llamada, se ponía serio e incluso su tono de voz cambiaba pero nunca le di importancia aunque ahora viendo su cara de ira y su tono, sabía que era una parte muy importante y fuerte en él
—No—le dijo Zach a su hermano sentándose a mi lado—Tienes mi apoyo, si quieres le matamos—me dijo.
Le mire.
Pase mi mano por mi cara esforzándome para poder mantenerme bien, para poder tener toda mi cordura en mi y no mandar todo a la mierda, por no mandar las cosas a la mierda, por no coger y matar a todo el mundo, dejando que las cosas de la vida me dejaran de doler, me dolía incluso respirar, todo me dolía, por lo que no sabía que hacer, no sabía como seguir viviendo, como lo hacía unos minutos atrás.
—Perdóname—me suplico Antony desesperado.
Le miré.
Hay muchas cosas que puedo perdonar, no me hubiera importado poco que la razón por la que Antony se acercara a mi fuera una estúpida venganza, no me importaba, me parecía que las razones para unirnos era quizás lo menos importante para empezar una relación, para forjar cosas en la vida, le hubiera perdonado eso y seguramente muchas cosas más, pero lo segundo que me dijo, era una cosa que no podía perdonar, no al menos de una forma sencilla. No me importa, para nada me es importante como las personas llegan a mi vida, pero la razón por la que se queden o con las mentiras que de quedaran, eso no me gustaba, no podía querer a una persona que solo me hacía daño.
Mi corazón se rompió en mi pedazos.
Si hay momentos en la vida en los que toda la vida cambia, en el que dejamos de ser la persona valida que antes éramos y nos convertimos en una persona triste y llena de dolor, una persona que esta atada a la vida porque respira, este era ese momento para mi. La idea de morirme paso por mi mente, la idea de dejar de existir fue lo único que en mi mente pudo aparecer tras recibir la noticia, no podía entender como el destino, la vida eran tan crueles, te comenzaban dando todo, una vida estable, amigos, todo para después quitártelo de la forma más dolorosa del mundo, de la forma más cruel.
Odio vivir.
No sabía como dos personas tan importantes en mi vida, dos personas que decían quererme, me podían haber hecho tal traición.
Tire el plato de espaguetis al suelo y mire a Antony con demasiada rabia y asco, no iba a ser solo el quien me diera explicaciones, no solo había participado en esto, se quien dio la idea, se quien hizo que todo esto pasara pero lo que pasara, hubiera pasado lo que hubiera pasado no solo había un culpable en el juego, sino dos.
—Elizabeth, amor—me intento llamar.
Me daba una rabia enorme que ahora se pusiera a usar apodos cariñosos, ahora que me había hecho daño, ahora que las cosas entre nosotros estaban mal era cuando usaba las cosas afectuosas para manipularme cuando ayer que estábamos bien, intentaba evitar darme muestras de afecto, evitaba darme besos y abrazos con personas delante, siempre evitaba todo eso, y ahora me estaba dando el amor que antes le pedía simplemente porque ahora me quería mantener a su lado.
—Cállate—le grite—Eres un asqueroso y un mal nacido, no quiero tus explicaciones—seguí gritando y no me importaba que creyeran que estaba loca, lo estaba y podía joderles—Eres una basura, pero no me vas a dar explicaciones aquí, a ver si tienes la valentía de decirme lo mismo delante de ella—.
Fui a mi casa, arrastrando a Antony conmigo, el viaje en coche de su casa ala mía fue silencioso y la cosa más incomoda del mundo, no me importo, no deje que hablara, no deje que me tocara, ni que me mirara, no se lo merecía, no merecía nada de mi y si se creía que iba tener las cosas muy fáciles, estaba jodido.
Entre cuando mi abuela y mi padre estaban en el sofá con mi hermana, perfecto, todos iban a saber la persona de mierda que era mi hermana, la persona que estaban criando, la persona que iba de ser la gran hermana pero era una basura.
Me acerque a ella y le pegué el tortazo más fuerte que pude.
—Elizabeth—grito mi padre levantándose del sofá.
No era violenta, en mi vida había golpeado a alguien, debo admitir que no me ha gustado hacerlo, em duele a mi más la mano de lo que a mi hermana la cara, la tengo roja y me palpita pero necesitaba hacerlo, no pegue a Antony por bastante miedo a que reaccionara mal y me matara, pero a mi hermana si lo iba ha hacer por los dos, no estaba bien pero no sabía que hacer, no sabía como gestionar eso.
—Cállate antes de que te ganes tú también una bronca—le grite a mi padre y mire a mi hermana—Eres una maldita basura, eres la peor persona que conozco, solo te importa lo que tu quieras sin pensar en como lo haces o a quien haces daño—le deje claro a mi hermana.
Todos me miraron sorprendidos.
No soy agresiva no ataco a la gente pero en estos momentos, la rabia es demasiado superior a mi, es algo que me rodea, ya no es que invada mi cuerpo, es una enorme bola que me rodea y se hace cada vez más grande, si esta estalla seré una bomba que arrasa todo a su alrededor.
—Creo que te estas pasando—me dijo mi padre intentando mantener la calma—No creo que montar esta escena por la tontería que sea, solucione algo—.
Le mire.
—¿Pasándome?—le dije intentando no gritar—Esa persona de mierda que dice llamarse mi hermana, no le importa nadie, ni vosotros ni yo, solo sabe pensar en ella sin importarle lo que la gente sienta, ella tiene un objetivo y aplasta a todo el mundo para conseguirlo, destruye a todos sin importarle que nos muramos en el camino—.
Todos me miraron.
—Creo que deberías calmarte—comento Antony.
Le mire.
—Cállate que eres un cerdo—.
No soy una persona que se altere y mucho menos que insulte pero estaba demasiado harta, estaba enfadada, dolida, estaba jodidamente furiosa por la traición que me habían hecho pero es que lo peor es que se lo han tenido callado por mes y medio, son la basura más grande que puedo encontrar en mi vida, sus actos no son de personas sino de seres sin amor hacia los demás.
—Elizabeth—me regaño mi padre.
Le mire.
—Calla—le grite—Eres una mierda de padre—le dije y me miro dolido—Eres como tu hija, solo piensas en ti, en conseguir lo que quieres sin importarte lo que nos pase—respiré hondo antes de seguir hablando—No nos quieres, no te importamos, estoy bastante segura de que te dedicas a estar todos los días en un bar, porque es para lo único que sirves, para joder las cosas, para cuando tenemos una buena vida, estable, hacer una tontería y joder nuestro futuro, quitándonos la oportunidad de ser felices—.
Me pase, lo se por la cara de dolor de mi padre pero, no me importaba. Se que eso es de personas egoístas, sin corazón y con poca empatía pero estaba harta de ser la niña buena que estaba siempre para todos, que nunca se quejaba, que apoyaba a todos aunque ella sufriera, aunque estuviera destrozada, estaba harta de sufrir por el bien de los demás, me iba a dejar de callar, ahora iba a hablar, y todos iban a escuchar.
—Vamos a ir por partes—pidió mi abuela—¿Quién es el chico?—.
Mire a mi abuela molesta porque quiera tomar el control de las cosas
—El novio de Elizabeth—dijo mi hermana, con una leve sonrisa mientras intentaba hacerse la buena y la pobre victima del asunto.
La mire.
—Tendrás valor—le grite—Es una basura como tú pero al menos con la valentía suficiente de decir las cosas—.
Todos me miraron.
—Antony—se presento el idiota.
Le mire molesta.
—¿Te he mandado hablar?—le pregunte.
Me miro sorprendido.
—Me importa una mierda el poder que tengas o que creas tener, aquí no eres nadie, solo un idiota—le deje claro—Te metiste en mi vida para joder a la familia de mi madre, pero cuando te pillaron el rabo, tuviste que contarlo todo para salir protegido y bien, eres solo otro interesado de mierda—.
Comenzar a soltar todo lo que me presionaba era una enorme liberación, incluso la cabeza me dejaba de doler.
—Elizabeth cariño—me llamo mi abuela en tono dulce para intentar calmar la situación.
Mi abuela me agarro de la mano, las acarició pero estaba tan molesta que me solté.
—No me toques—le deje claro—Todo esto es culpa vuestra, me dais la maldita presión, la maldita responsabilidad de ser la buena, la nieta e hija perfecta sin tener derecho a nada, ni gritar, ni quejarme ni nada—les reclame y ellos me miraron—No puedo ser libre, no puedo ser lo que quiera ser porque siempre están los comentarios de "Mira que buena es Elizabeth" "Alexandra, se más como tu hermana". Estoy harta—les deje claro y les mire—Vosotros me habeís obligado a estar así, vosotros habeís provocado esta situación con vuestras mierdas, todo esto es culpa vuestra pero la que lo paga como siempre soy yo—.
Las lagrimas y el dolor se apoderaron de mi.
—Calma—me ordeno.
La mire.
¿Como podía pedirme que me calmara? ¿Es que acaso nadie veía mi dolor y mi sufrimiento? Puede que por mi actitud pareciera una loca, una persona sin sentido que actuaba de la forma más loca y violenta del mundo pero no sabia como podía actuar, no sabía como sentirme bien, no sabía como controlar toda la rabia, todo el dolor que sentía, que me provocaba esta situaciones, esta agonía que mi cuerpo estaba sintiendo.
—¿Que me calme?—le pregunte—Tu nieta esta embarazada pero no de cualquier idiota sino del chico que me gusta—solté.
Porque esa era la razón de mi enfado, mientras que yo estaba empezando algo con Antony por detrás, ellos dos como ladrones como la basura de personas que son, tenían sexo a escondidas, mientras mi hermana se dedicaba a ignorarme, ha hacerme sentir mal por las palabras que le dije, mientras Antony me regalaba los oídos, me hacía sentirme la persona más especial del mundo cuando a las noches, los días que no quedaba conmigo iba con mi hermana.
—¿Que?—pregunto mi abuela demasiado sorprendida.
Mi hermana me miro demasiado enfadada.
—¿Eres idiota?—me pregunto molesta—¿Como se lo has dicho?—le pregunto a Antony.
Antony respiro.
—Merece saber que hemos hecho—comento Antony—Quiero y si quería tener una relación sería con ella, debía saberlo—.
Me dijere y le mire.
—¿Te crees que voy a tener algo contigo cuando has dejado embarazada a mi hermana es posible?—le pregunte, el chico no dijo nada, me miro en silencio, analizando las cosas, analizando como estaban las cosas, como estaba yo, pero si se creía que yo estaba dispuesta a perdonarle, a escuchar algo de lo que dijera, estaba loco, estaba enfadada, asqueada por todo lo que estaba pasando, por lo que había hecho.
—Uno—le reclame a mi hermana—Solo tenías que hacer una maldita cosa, seguir nuestra única norma pero te la suda todo—.
—Por dios—se quejo ella—Te he salvado de estar con una persona que no quieres—.
Le mire molesta por sus palabras.
—Tú solo sabes salvar a los demás, un alma de la bondad eres tú—.
No me importaba lo mal que mis palabras sonaran, lo mal que se sintiera, estaba harta de que diciendo que me cuidaba hiciera lo que le daba la gana, ella no quería cuidarme, ella no quería protegerme lo único que ella quería era seguir su estúpido plan de dominar el mundo, era una mala persona. En mi vida, era yo quien debía experimentar las caídas y los golpes, la que debía vivir, pero ella no me dejaba experimentar las cosas bonitas de la vida, el dolor y el amor por su egoísmo.
—Voy a hacerme cargo del bebe, pase lo que pase—dejo claro Antony.
Él me conto que una de las cosas más importantes de su vida, era la familia y que siempre ha querido ser padre por lo que esto solo adelanta los acontecimientos.
—Silencio—grito mi abuela y todos la miramos—No voy a permitir que este pecado fastidie mi reputación, os vais a casar—les dejo claro mi abuela a mi hermana y Antony—Criareis al bebe de la forma más amorosa del mundo, y aprovecharemos las veces que te vieron con Elizabeth para decir que eran citas con Alexandra—dijo y la mire dolida—Lo haremos cuando antes para que no se note el embarazo y os iréis a otra zona para que nadie sepa que el bebe vino antes de la boda—.
Mi hermana sonrió orgullosa.
Antony no dijo nada.
—Y tú—me dijo mi abuela y la mire—Vas a ser la mejor tía del mundo—.
La mire por su orden.
Iba a cuidar al bebe que mi hermana tenía en su vientre con todas mis fuerzas, nada malo le iba pasar a ese pequeño ser indefenso pero esas dos personas, toda mi familia, todas las personas que me estaban haciendo daño, iban a pasar muy mal. Ellos no se habían dado cuenta pero yo sabía todos sus puntos débiles, mi abuela iba a ser humillada por las cosas que su nieta hizo, mi padre terminaría en la cárcel, aunque eso fuera lo ultimo que hiciera y los padres del bebe iban a perder todo su poder pasara lo que pasara, pero al que tengo claro que protegeré con mi vida, es a ese pequeño e indefenso bebe.