POV. NICOLÓ.
El dolor se ha convertido en una constante. No punzante ni insoportable como al principio, pero sí persistente, un eco terco en cada articulación que se resiste al movimiento. Me han dicho que eso es buena señal. Que significa que el cuerpo está despertando. «Por supuesto que está despertando». Que los nervios responden y los músculos recuerdan lo que es estar vivos.
Hoy la sesión con el fisioterapeuta ha sido brutal. Siento los hombros entumecidos, la espalda caliente, los brazos tensos por el esfuerzo de mantener el equilibrio mientras trataba de ponerme de pie, de sostenerme, aunque fuera un segundo más que ayer. No es algo que le he contado a Raven porque quiero avanzar más. David, mi asistente médico, dice que lo estoy haciendo bien. Que avanzo de prisa. Yo no sé si
