Jena

Primer mensaje

Uno no suele pensar sobre esto, ya que las relaciones surgen de distintas formas. Pero ella pensaba que, por lo general, cuando no conoces a alguien, lo ideal es primero conocerse por mensaje, y después idear un encuentro si es que las cosas parecen funcionar. Y para ellos, que solo se habían visto tres veces, Jena pensaba que eso sería lo adecuado, en especial porque no había manera de que fuera a darle su numero de teléfono. Sin embargo, Liam parecía bastante acostumbrado a conseguir números sin siquiera pedirlos primero.

Jena no sabía cómo lo había hecho, pero si antes había sentido miedo, ahora estaba a un paso de aterrarse. Leía el mensaje una y otra vez, aunque intentaba ignorarlo, siempre había sido una persona muy nerviosa y ansiosa, tendía a imaginar demasiados escenarios para situaciones normales.

Ahora sus dedos temblaban porque ella quería bloquear el número, pero si lo pensaba a fondo, ¿eso no podría hacerlo enojar? Lo último que necesitaba es que alguien como él guardase una especie de rencor contra ella, y lo mismo podría pasar si no le contestaba. Por otro lado, tal vez si lo dejaba pasar, él solo perdería el interés.

Julissa

Tal vez ni siquiera es él

visto a las 17:23

Y puede que Julissa tuviera razón y ella solo estuviera exagerando, pero, el problema era que Jena estaba completamente segura de que era Liam Sanders quien le había mensajeado, después de todo, ¿quién más le llamaría por un apodo tan horrible como ´ratoncita´?

De cualquier forma, no quería arriesgarse, así que pensó en hacer lo que parecía más sensato: contestar y esperar a que se aburriera de ella, porque Jena era consciente de que no era ni por asomo la mujer más interesante de todas. La verdad es que ella se la vivía estudiando, después de todo, esa era la razón tras mudarse a ese país, ella no estaba buscando una relación.

Bueno, eso era mentira, ella sí estaba buscando una relación, pero definitivamente no con alguien como Liam Sanders. Había evitado a tipos como él toda su vida, eso no cambiaría ahora, por mucho que aquellos ojos negros la intimidaran cada que se posaran sobre ella.

Jena siempre había tenido claro a la clase de hombre que quería a su lado, y ya lo había encontrado. Daniel García era un estudiante de ingeniería bioquímica en la misma universidad a la que asistía ella. Alto, delgado y pálido. Llevaba el cabello castaño muy corto y unos pequeños ojos cafés enmarcados por unas cejas gruesas.

Se habían conocido gracias a Darcy, Daniel era su primo y los jueves se iban juntos después de clases. No llevaba mucho de conocerlo, pero Jena tenía claro que lo quería en su vida, no solo por su atractivo, sino por su inteligencia. A Jena no le gustaba conformarse con poco, siempre veía para arriba, esa era la razón de haber entrado a esa universidad, una decisión que estaba segura había sido la indicada en su momento.

Por supuesto, ella no buscaría menos en un hombre, su vida estaba repleta de buenas decisiones, y sabia que Daniel García estaba en el mismo nivel de pensamientos, es por eso que se llevaban tan bien. Jena no cambiaría eso por alguien como Liam Sanders, jamás.

Con eso en mente, eliminó el mensaje sin siquiera abrirlo, fingiría demencia hasta que todo se hubiera arreglado por si solo, ella tenía cosas más importantes de las cuales preocuparse.