Unos toques en la puerta la pusieron en alerta, cuando una voz de mujer hablo se calmó traía su comida, y con ella la llave de la habitación, no estaría tanto tiempo encerrada después de todo. Después de comerse toda la comida del plato que le llevaron había quedado tan satisfecha que no le provocó salir, en cambio, se cambió de ropa y se acostó, pero no tenía sueño observó el reloj de su mesa de noche ya eran pasadas de las doce. —¿A qué hora llegará este idiota? Se dijo. De un lado para otro, de arriba abajo, ya no conciliada que posición usar para intentar dormir. Miro el reloj, las dos de mañana la frustración termino por vencerla. Se levantó y bajo, reviso toda la casa y no estaba, eso quería decir que había salido ¿Pero para dónde? Daniels no estaba con él. Ahora si estaba realmen

