Escuché el sonido del teléfono lo que me hizo despertar. Sebastián aún está en el mismo lugar solo que tiene sus manos debajo de mi ropa. ¿Por qué no me sorprende? El teléfono seguía sonando así que me estiré para tomarlo, ya está oscuro. ¿Cuánto tiempo hemos dormido? Finalmente logré alcanzarlo y vi el nombre de Will en la pantalla. –Hola –susurré intentando levantarme. –Hola Sam, ¿Puedes subir un momento? –preguntó. –Will lo lamento, pero no estoy en mi apartamento. –Oh, sí por supuesto, entiendo –Murmuró. –¿Necesitas algo urgente? –dudé. –No, bueno… Lo qué sucede es que los chicos están aquí y teníamos una idea para cantar de nuevo, haremos la canción… –Will –lo detuve –. Escucha… Yo no puedo… No me mal entiendas, me divertí con ustedes, pero… bueno podemos hablarlo mañana, l

