El beso era extraño, como posesivo, y brusco tanto que sentí miedo, y rabia a la vez. — ¿Qué te pasa? déjame—le dije empujándolo. Me miro a los ojos, y comenzó a llorar, intente a acercarme, pero cuando iba a colocarle la mano en el hombro, se paró y se fue de prisa. Comencé a llorar, no sé porque me sentía deprimida, en mi vida siempre había tenido todo, y a la vez nada, tenía una familia, pero cuando la necesite no estaba, hoy tengo un esposo, pero bajo un acuerdo, que rompí al amarlo, y al entregarme a él. Necesitaba irme lejos de todo esto, ya no soportaba más dolor. Cerré los ojos y me dormí enseguida, me sentí agotada. Abrí los ojos hoy era mi cumpleaños número 20, mire a mi lado y Tiago no estaba a mi lado. Baje a la cocina y Susana no estaba como siempre en su lugar, tome un

