Tres

1550 Palabras
—Espero lo mejor de ustedes, porque siempre es asi—decía Laurie al equipo—no tienen que ganar para que yo me sienta orgulloso, porque de antemamo ya lo estoy. Zack sonreía como un idiota ante las palabras del castaño, como que si este se lo diciera directamente a el. Sintió la mirada de Bruno en el, más solo se digno a evitarlo tal como lo había hecho ayer. No quería problemas y menos con Laurie, su Laurie. —Cambiando de tema, esto es medio a último minuto pero voy a hacer unos cambios—decía Laurie por fin posando sus penetrantes ojos en el moreo. Zack tragó saliva, sintiéndose desnudo ante los ojos mieles del castaño. —En realidad es uno, Spencer entras a la cancha y Morell a la banca, ese es el cambio—anunció Laurie. El moreno abrió sus ojos sorprendidos, junto con el resto del equipo. Laurie solo desvió su mirada de Zack, como si estuviera arrepentido pero a la vez firme. —¿Por qué?—bramó Zack, medio furioso. Laurie lo miró—Porque yo digo Morell, si quieres quejarte hazlo cuando apoyes tu culo en la banca, ahora no tengo ganas de escucharte. El pitido sonó en la habitación, anunciándole a todos que la hora de jugar ya había llegado. Spencer, de nombre Jack se acerco a Zack susurrándole un "lo siento" antes de salir de la habitación con el resto del equipo. El moreno salió a lo último, junto con los suplentes, con los de la banca y Laurie. Todavía no podía creer lo que Laurie había dicho, no daba crédito. El juego comenzó y no de la buena manera. En menos de diez minutos el equipo Centenario, su contrario ya le había metido dos goles a Lions. Zack juraría en que en cualquier momenton le daría un pico de presión si Laurie no lo metía a la cancha. Pero Laurie solo se digno a mirarlo, mandándole otra vez a sentar cada que Zack se ponía de pie. Mas de una cámara siempre grababa a Zack y este lo odiaba, quería demostrarle a la gente que el no era un tipo tan pacífico después de todo. En el entre tiempo no hubo nada interesante, Laurie se negó a hacer cambios. A los 70 minutos, Bruno corría con la pelota, como si su vida dependediera de ella. No duró mucho, un jugador del equipo contrario intervino metiendo su pie en medio de las de Bruno, logrando que este caiga con un grito de dolor, debido a que no solo le había metido el pie si no que también le dio un pisotón, logrando que el pie derecho de Bruno se tuerza y caiga rápidamente al piso. Zack sintió una pizca de esperanza, mirando a Laurie. De repende Laurie se giró mirándolo y gritando su nombre. El moreno no tardó en levantarse, corriendo hacía el. —Tienes 20 minutos para cambiar mi pensamiento hacía ti Zack, sabes que no soy de esas personas que confían mas de dos veces en la misma persona. Y desgraciadamente Morell, confió en ti—murmuró Laurie hacía el, mientras observaba como Bruno se acercaba rengueando junto con otros compañeros ayudándolos. Zack sonrió de lado a lado, feliz—Te sorprenderé. El moreno entro feliz a la cancha, recibiendo una oleada de aplausos. Cerró sus ojos hasta escuchar el silbato, estaba listo, mas que listo. *** 3 a 2 fue la jugada. Lions había ganado, alzando la copa. Con dos goles de Morell y uno de Spencer. Zack jamas va a olvidar la sonrisa de Lauire cuando el silbato sonó, anunciándo que el tiempo había terminado, el partido había terminado y Lions había ganado la copa. Laurie, al ser un hombre de palabras llevo a todo el equipo al mejor bar nocturno. No tardaron en caer ante la cerveza, ni si quiera Zack, pero no tanto como sus compañeros. Zack observaba a Laurie coquetear con un chico frente a sus narices y se dio cuenta lo débil que era frente al castaño. Trato de apartar su mirada, pero de alguna forma siempre terminaba mirando otra vez a la sonrisa de conquista de Laurie. Como le gustaría que esa sonrisa fuera para el. Escuchó reir a sus compañeros y dio un salto cuando alguien pellizco su rodilla. Se giró hacía esa persona quejándose. —Vamos Morell, me la debes—decía Bruno sentado a su lado con una hermosa chica peliroja en sus piernas—toma un poco más. Ganamos la copa amigo, es un momento inolvidable. Esta puede ser tu mejor noche. Zack lo miró—Tengo que conducir después. Bruno rió, obviamente borracho—Un vaso más no te hará perder l a conciencia. El moreno lo miró mientras Bruno le acercaba el vaso. Zack le dio la razón llevando el borde del vaso a su boca. Un vaso más no le hará daño. Pero luego de ese vaso más, vino otro, luego otro, después uno más y por último uno más. Ya para las cuatro de la mañana, Zack fue el único del equipo que quedo. Se encontraba tan borracho, tando que no se dio cuenta cuando sus compañeros le tendieron una broma. Le habían sacado las llave de su auto sin que Zack se diera cuenta y antes de que ellos se vayan le dijeron "Diviértete jugando al tesoro escondido Morell, nos agradecerás al final". Su cabeza se golpeó contra la mesa cuando Zack trato de levantarse, no encontró sus llaves bajo la mesa. La música estaba demasiado fuerte y le molestaba. Estaba seguro que varios chicas estaban disfrutando de la vista de su trasero, ya no podía contar el número de chicas que había rechazado esa noche con los dedos de sus manos. Todas esas mujeres que se le insinuaron eran hermosas, perfectas, sacadas de las películas. Pero el las había rechazado olímpicamente. Ninguna era Laurie. Maldijo recordándolo, seguro que su Director se llevo a su casa al imbécil del chico con el que había estado coqueteando toda la noche. Maldijo buscando por última vez en su abrigo cuando se dio cuenta de que había otro abrigo al lado del suyo en aquellos sillones. Frunció el ceño tratanto de recordar de quién podría hacer. El nivel de alcohol en su cuerpo era grave, demasiado. Tomo aquel saco metiendo sus manos en los bolsillos, sonrió al sentir la textura de sus llaves contra sus dedos. A penas puedo dejar el abrigo en su lugar cuando alguien le susurró al oído. —Me gustaría saber porque esta revisando mis bolsillos Sr. Morell—susurró Laurie, en el oído de Zack. El moreno se estremeció contra el cuerpo de Laurie, pero no tardo mucho, una furia inevitable entro a su cuerpo así que solo se giró hacía este, sorprendiéndo a este. —¡Tu! ¿Quién te crees qué eres?—grito Zack borracho. Laurie no se encontraba tan borracho, tenía aún los cinco sentidos en su cuerpo. Pudo notar lo borracho que estaba el moreno, a penas manteniendo el equolibrio sobre sus pies. —¿Qué?—preguntó Laurie, escondiendo una sonrisa. Zack se exasperó—Sabes muy bien a lo que me refiero Parrish, ¿ya te divertiste con aquel puto? Eres un hijo de... Laurie rápidamente lo interrumpió—Zack creo que estas demasiado borracho. El moreno negó—Estoy perfecto, absolutamente perfecto. —Creo que será mejor que te lleve a casa—comenzó Laurie, tomando su abrigo. Zack chilló por sobre la música—No quiero que me lleves a mi casa, quiero que me lleves a tu casa Laurie. Quiero que me hagas el amor. Laurie abrió sus ojos sorprendido al darse cuenta de que varios ojos estaban sobre ellos. Gruñó tomando el abrigo de Zack en una mano y con la otra cogió al moreno del brazo, arrastrándolo al estacionamiento. Cuando salieron del bar y entraron al estacionamiento, Zack paró de caminar. —Laurie... te amo—comenzó el moreno. El aludido paro en seco, girándose hacía el—Ya me estás preocupando Morell, será mejor que te lleve ya casa y mañana vienes por tu auto. —¡No! Mierda Laurie, te amo, te amo, te amo, como no tienes idea—decía Zack tartamudeando tratando de acercarse a Laurie—estoy enamorado de ti desde la primera vez que te vi. Y se que soy tuyo, hago lo que haga, intente lo que intente. Ya no hay nada que pueda hacer, mas que amarte en secreto. Odio la persona que te conviertes ante las cámaras, eres un completo estúpido. Sales con quién quieras, sin importar nada y eso me mata, porque yo daría todo lo que tengo por estar contigo todas las noches, para que seas mío, para que me correspondas. Mientras el moreno decía estas palabra, acunó la cara de Laurie entre sus manos. El castaño se sorprendió cuando se vio inclinando su cabeza al tacto del moreno, queriendo más. Zack lo miraba, apenas equilibrándose sobre sus pies. Laurie negó—Estas borracho Morell, no sabes lo que dices. Zack chilló—Se exactamente lo que estoy diciendo Laurie. Quiero que me lleves a tu casa, que me hagas el amor y que me dejes demostrarte que soy mucho mejor en la cama que todos esos putos juntos con quienes te haz acostado. Al terminar de hablar, Zack beso a Laurie, gimiendo de gusto en su boca cuando el castaño envolvió su cintura con sus brazos, evidentemente respondiéndole.
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