bc

Una secretaria en apuros

book_age16+
213
SEGUIR
1.7K
LEER
oscuro
matrimonio bajo contrato
familia
HE
de amigos a amantes
arranged marriage
drama
ciudad
Oficina/lugar de trabajo
like
intro-logo
Descripción

Agnes Karsson era la secretaria del CEO de Swedish Style, una de las empresas de moda más prestigiosas de Suecia.Hasta que un desafortunado día fue despedida, lo que llegó a oídos de toda la ciudad de Estocolmo.La vergüenza por su despido llega a oídos de Marcus Lindberg el CEO más codiciado del país.El quería una nueva secretaria.Ella un nuevo empleo.El quería cumplir su capricho.Ella no sería el capricho de nadie.¿Se mezclara el trabajo y el amor?

chap-preview
Vista previa gratis
Capitulo 1
Agnes Karsson ¡Un completo idiota! Eso era Liam Blake. ¿Cómo se le ocurre despedirme luego de cuatro años trabajando para él? Siempre dijo que no debíamos mezclar la vida personal con nuestro empleo, y ha sido lo primero que ha hecho en la oportunidad que se le presentó, después de tanto esfuerzo, tanto trabajo para pertenecer aquí y ganarme el puesto de secretaria, porque me lo gané. Tantas horas sin dormir, días de viajes en los que deje de visitar a mi hermano ¡Para nada! Porque me despidieron en lo que encontraron unas piernas más bonitas. Idiota... Camino fuera de la empresa con mis cosas en una caja, no me imaginé que esto pasaría pero tengo que afrontarlo con la cabeza en alto. Después de todo, tengo muchas oportunidades de trabajo en mi correo, gracias a mi excelente trabajo estos cuatros años muchas empresas me han buscado para trabajar con ellas, no solo por mi trabajo como secretaria, sino como diseñadora de modas. Desde niña amo la moda y todo lo que tenga que ver con ella, luché con mucho esmero después de la muerte de mis padres para conseguir la beca que me llevaría a dónde estoy hoy. Solo que eso no impidió que me quedara sin empleo. Resoplo tomando el primer autobús en dirección a mi casa, en el camino no puedo evitar sentirme triste por como terminó todo, amaba esa empresa, Swedish Style fue mi sueño desde que tenía quince y ahora no tengo nada que hacer. Una vez llego a mi parada camino unas cuadras más para ir a mi casa, las cosas dentro de la caja me recuerdan mi desgracia de hoy mientras voy mirando alrededor para no caerme. Y en eso mis ojos captan un letrero, que tal vez haya visto muchas veces pero no es hasta ahora que le presto atención. "Viste elegancia y sueños con Lindberg Inc" Lindberg, los rivales de Swedish Style, una empresa con aún más renombre que ninguna en Suecia. Miro la caja en mis manos y luego el cartel otra vez, indecisa, ¿Será que...? ¿Podré conseguir trabajo ahí? En esa empresa el salario que sea es más alto que el que me pagaban en Swedish, y lo sé porque mi mejor amiga trabaja allí en el área de recursos humanos. La decisión está clara en mi mente luego de unos minutos de estar parada en medio de la acera, a una cuadra de mi casa. Mañana iré a buscar trabajo en Lindberg Inc, si no resulta, por lo menos lo intenté. (...) Despierto de un salto al escuchar la alarma, sin duda mi ánimo es mejor que el de ayer pero la resaca que tengo no tiene comparación con ninguna, hace mucho no bebía, por el simple hecho de que mi empleo no me permitía ni salir los fines de semana. Tomo mi teléfono a regañadientes y entonces me doy cuenta que no era la alarma la cual estaba sonando, sino una llamada, le marco a mi mejor amiga dado que ella nunca me llama a menos que sea una emergencia. Suele desaparecer a menudo. —¿¡POR QUÉ NO ME CONTASTE!? Me pongo los dedos en la frente como si eso pudiera aminorar el dolor de cabeza que tengo y suspiro. —¿Qué se supone que debo contarte ahora?—mi voz suena apagada y solo quiero volver a dormir, pero son las siete y si quiero conseguir un nuevo empleo que me impida pensar, debo levantarme ya. —Que te despidieron. Frunzo el ceño incrédula, ¿Cómo lo sabe? Tengo una semana sin hablar con ella y de repente lo sabe. —¿Quién te lo ha dicho?—me levanto buscando la ropa que llevaré. —Toda la empresa está hablando de ello, acabo de llegar a la oficina y me lo han contado. ¿Qué? ¿Ahora soy famosa? Me entero... —Seguro mi jefe no quiere que me contraten en ningún otro lado—arrugo las cejas y me meto al baño, esperando para terminar de hablar con Gissel y ducharme. —¿Entonces es verdad? —Gissel, hablamos luego, tengo que salir a encontrar trabajo—le cuelgo sin siquiera esperar respuesta porque sé cómo es mi amiga, sacará toda la información que quiere y no me dejará salir. Tomo la ducha rápidamente y al salir me pongo un vestido azul marino pegado al cuerpo con cuello cerrado y mangas largas, me pongo unas medias pantis negras y unos tacones del mismo color del vestido. Me maquillo y peino lo más rápido que puedo porque no quiero ir tarde, la hora en la que vas a las entrevistas habla mucho de ti, aunque no estén buscando contratar, nada cuesta intentarlo. Aún más cuando me dicen que toda la empresa está hablando de ello, aunque sea por curiosidad me dejaran hablar. Salgo de la casa sin desayunar ni darme tiempo a considerar mi resaca y quedarme durmiendo. Tomo un taxi dado que nada arruinará mi atuendo de hoy, mucho menos el tiempo de llegada. Faltan quince minutos para las ocho, mi amiga siempre llega temprano cuando tiene trabajo atrasado, por lo cual calculo que ya deben estar por entrar los demás. Al llegar a la empresa me pongo mis lentes y camino con seguridad hasta la entrada donde el guardia parece reconocerme más no dice nada. Mejor calladitos, porque no quiero ponerme de mal humor tan temprano, estoy dispuesta a conseguir un trabajo, ya sea aquí, o en una tienda de ropa. Porque necesito reunir un poco más para cumplir mi sueño, y para eso tengo que trabajar aún más. Llevo cuatro años ahorrando, aún falta pero no tanto como antes. Sonrío por ese pensamiento y me dirijo a recepción. —Disculpa—la chica en recepción no voltea, sigue mirando su teléfono con expresión de fastidio.—Señorita. Observo como levanta la mirada y vuelve a bajarla. Arqueo mis cejas sin poder creerlo y camino hacia el ascensor sin prestar atención, si no quiere atenderme entonces me tocará ir al departamento de recursos humanos donde encontraré a mi amiga. Gissel se encarga de contratar personas pero no puede hacerlo sin permiso del jefe. —¡SEÑORITA NO PUEDE SUBIR SIN AUTORIZACIÓN!—escucho una voz una vez entro en el ascensor, es la misma chica de recepción. La ignoro cerrando las puerta y respiro profundo, no puedo dejarme afectar por personas sin cerebro. Al llegar al tercer piso que según ví en recepción es donde está el departamento de recursos humanos, busco la oficina de Gissel, sonrío al ver su nombre en la puerta y entro sin tocar. —Sorpresa—muevo mis manos a los lados y mi amiga levanta la cabeza como un resorte. —QUE HACES AQUI. —Vengo a solicitar empleo—sonrio y ella borra su sonrisa. —Tienes que ir a la oficina del jefe, y el nunca recibe a nadie.—antes de que termine de hablar suena el teléfono y mi amiga me hace señas de que espere un momento—¿Si? Si Señor, ¿Cómo?—dirige su mirada hacia mi—Con gusto la guío hasta su oficina. Miro distraída por la ventana y Gissel suelta un chillido de emoción. —¡Cuentame que hiciste! La observo confusa sin saber de qué habla. —¿Hablas conmigo? —El jefe acaba de llamarme para que te busque—chilla de nuevo. Esto es aún peor... ¿Cómo se enteró que estaba aquí? Salimos de la oficina con esa pregunta dándome vueltas en la cabeza, ¿Cómo es posible que el CEO supiera de mi existencia? Si bien muchas veces sali en una que otra pagina de chismes gracias a él idiota de mi jefe, pero no es posible que alguien tan importante este al pendiente de esos cotilleos. Mis nervios se disparan mientras las puertas del ascensor de cierran, mi amiga tampoco se atreve a decirme nada, ambas tenemos los pelos de punta, una vez salimos mis ojos se mueven por los grandes ventanales del último piso en el que solo se encuentran cuatro oficinas con los nombres plasmados en las puertas. Nos detenemos frente a una que deja entrever el nombre de Marcus Lindberg, dueño y CEO de Lindberg Inc, el imperio que no solo alberga la ropa, sino cadenas de hoteles y mucho más. Mi amiga me da una mirada seria y me pone una mano en el hombro a modo de apoyo. —¿Por qué te vas?—veo como casi sale corriendo dejándome en frente de la oficicina. Genial. Respiro profundo y me animo a tocar la puerta, unos pasos y voces se oyen en el interior hasta que está se abre dándome a ver a la chica de recepción, su cabello rubio ceniza se mueve a un lado y su expresión de fastidio al verme es instantánea, muy diferente a la que tenía antes. —¿Qué quieres?—sisea en voz baja. —El Señor Marcus me llamó. —Señor Lindberg para ti—el enojo en su tono no me sorprende pero tampoco lo entiendo. —¿Tienes algún problema?—cuestiono, ya está agotando la poca paciencia que tengo. —Largate de aquí. Estoy a punto de partirle su madre cuando una mano dos veces más grande que la mía toma la puerta abriéndola por completo, la mirada gélida del hombre detrás de la chica me deja quieta en mi sitio. El color azul de sus ojos me recuerdan al mar, pero sin duda tienen una tormenta dentro en este momento. —¿Que sucede aquí Sabrina?—interroga muy serio, me mantengo al margen y tranquila dado que no puedo dar una impresión de debilidad, si quiero trabajar aquí deberán ver qué puedo manejar las situaciones sin que mis emociones se salgan de control. —La señorita se perdió.—me da una mirada de advertencia. —En absoluto, me llamó aquí, y vino enseguida, mi nombre es Agnes Karsson, antigua secretaria del gerente de Swedish Style.—extiendo mi mano y me doy cuenta del escaneo sin disimulo que me hace Marcus. Y yo no me quedo atrás, me pongo a reparar en su apariencia la cual es impecable, su cabello n***o perfectamente peinado, su cuerpo escultural envuelto en un ajustado traje, y su mano que toma la mía con suavidad estrechandola. —Crei que no vendría, Sabrina, retirate—le da una mirada seria, la chica abre la boca ofendida, por su actitud me doy cuenta que ella no es solo la recepcionista, se nota que hay mayor confianza entre ambos. Una vez la chica me pasa por el lado chocando mi hombro con el suyo, me adentro a la oficina bajo la invitación de Lindberg. Me siento con elegancia sin perder la clase, no porque busque un trabajo me rebajare a verme desesperada. —Crei que no vendría—repite y yo lo observo. —¿Por qué no lo haría?—pregunto ignorando el hecho de que muchas veces me ofrecieron venir a trabajar acá. —No se haga la que no sabe, siempre fue leal a los Swedish. Me encojo de hombros. —Vamos al grano, ¿Para que me llamaba?—pregunto y el sonríe con picardía. —Quisiera contratarla como mi secretaria—suelta de golpe haciendo que mis ojos se abran con asombro. ¿Secretaria? ¿Acaso el no tiene una secretaria? —Hasta dónde sé, la señorita Andersson no ha sido despedida—respondo dado que ella también es mi amiga, no tan cercana como Gissel pero si lo es. —Entonces la despido—me quedo en shock por sus palabras sin entender muy bien que es lo que quiere. —¿Por qué haría eso? —Porque quiero que trabajes para mí—dice con arrogancia y entonces lo entiendo. Solo quiere que sea su secretaria para poder restregarselo en la cara a Liam, cosa que se merece pero yo no voy a ser el juguete de nadie, además no le quitaré el trabajo a Selene. —Siento rechazar su oferta pero no puedo trabajar como secretaria, si necesita algún otro puesto en la empresa lo aceptaré con gusto. —Necesito una secretaria, y si no aceptas, también la señorita Andersson será despedida. Frunzo el ceño enojada. —Eso es muy bajo. —Esta en tus manos. —Vete al diablo—suelto levantándome sin importarme a quien le estoy hablando. No seré el capricho cumplido de nadie.

editor-pick
Dreame - Selecciones del Editor

bc

Mafioso despiadado Esposo tierno

read
25.2K
bc

Venganza por amor: Infiltrado

read
64.6K
bc

Una niñera para los hijos del mafioso

read
52.1K
bc

Prisionera Entre tus brazos

read
101.7K
bc

La embarazada sacrificada

read
3.1K
bc

Eres mío, idiota.

read
3.6K
bc

Profesor Roberts

read
1.5M

Escanee para descargar la aplicación

download_iosApp Store
google icon
Google Play
Facebook