Capítulo 2
No sé qué es lo que espera la vida de mí, trato de ser una buena persona y me pone en disyuntivas que no puedo resolver con las doctrinas y aprendizajes que mis padres me inculcaron mientras crecía, Aron no está respondiendo al tratamiento que probamos, ahora vamos a tratarlo con algo más invasivo, y también más caro. Lucio regreso a Italia con Amanda, ahora ella está allí con Eiden y Lucio no va a regresar más a Inglaterra, así que no me queda tiempo para tomar una decisión, y tampoco tengo otras opciones, lo llamo por teléfono
– Ciao. – responde en su idioma natal
– Soy yo – digo retraída, además de ser mi personalidad normal y porque no me siento cómoda con lo que voy a hacer
– Ya lo sé. – me responde - ¿Tienes una respuesta para mí?
– Voy a hacerlo, pero hay algunas cosas que quiero que dejemos en claro, cosas en las que no voy a ceder, y también espero que cumplas con lo que dijiste y pagues todo el tratamiento de mi hermano
– Yo siempre cumplo mis promesas – responde – Mañana en la mañana va a haber un avión esperando por ti en el aeropuerto así que si tienes pendientes resuélvelos en lo que te queda de noche. – es muy rotundo al respecto
– ¿No crees que deberías de darme más tiempo? – sugiero
– Ya perdimos suficiente tiempo, no me queda mucho, solo estaba esperando porque supuse que no tendrías muchas opciones a medida que pasara el tiempo – tengo que aceptar que me molestó un poco su actitud prepotente, pero para que discutirlo si la verdad es que tiene la razón – Te veo mañana – iba a despedirme, pero no me dio tiempo, colgó el teléfono y me dejo solo con el pitido en mi oído.
Mi primer pendiente y el más importante es ir a casa de mis padres, y encontrar una forma aceptable de decirles lo que sucede. Me quedo de pie fuera de su puerta por un momento ates de entrar
– ¡Esta si es una sorpresa! – dice mi madre cuando me ve pasar, admiro su sari rojo muestra de nuestra cultura, amo ese tipo de vestimenta y casi no tengo oportunidad de utilizarla, intento integrarme en la cultura de un país diferente y que las personas no me miren como si fuera una atracción – ¿Qué te trae por aquí? – la pregunta que aún no sé cómo responder, tengo que dar una explicación creíble
– Vengo a despedirme – lo digo con una sonrisa pegada a mis labios
– ¿A despedirte? – asiento y me paro tras la silla que siempre utilice en la mesa cuando vivía aquí, ella está poniendo la mesa y desde que entre comenzó a preparar también mi lugar
– Sí, conseguí un trabajo nuevo, pero es en otro país – la primera parte no me dejo ver ninguna reacción en mi madre, cuando mencione otro país dejó de hacer lo que estaba haciendo y se me quedo viendo
– Si es una broma, es de muy mal gusto Ailin – me dice, en eso veo salir a mi padre de la habitación de Aron.
– No es una broma, madre – suelta los cubiertos que aún no había organizado de cualquier forma sobre la mesa y pone su mano en la cintura, muestra clara de que está molesta
– ¿Qué sucede? – pregunta mi padre sin comprender
– Tu hija, que ahora dice que se va a trabajar a otro país – le dice y no espera una de él – En este momento te necesitamos aquí
– Hay algo que necesitamos más. – le recuerdo, bajo la voz para que mi hermano no lo escuche – Necesitamos el dinero y el plan de salud que me va a dar este nuevo empleo, es la única manera que voy a tener de conseguirlo.
– ¿Qué trabajo es ese que te va a dar tanto dinero? – las preguntas de mi padre aunque más incómoda, son más razonables
– Voy a ser la asistente personal de un millonario, y por supuesto no es normal ese plan ni el dinero, es amigo de Amanda y me quiere ayudar.
– ¿Y vas a poder pagar las cuentas del hospital? – quiere saber
– Todo, sin importar cuanto sea o cuantos tratamientos haya que usar para que se salve, no puedo rechazarlo .– explico
– ¿Y si sucede lo que nadie quiere? – pregunta mi madre, sé de lo que habla, por más que luchemos siempre queda la posibilidad de que no ganemos esta guerra – No queremos Ailin, pero sabes que puede suceder
– Pues yo no quiero pensar en eso madre – le digo – Voy a luchar hasta que no tenga más fuerzas, hasta el último momento porque él va a luchar conmigo y vamos a ganar, no me pidas que me quede a ver como se destruye poco a poco sin yo poder hacer nada – mi madre arrastra una silla y se deja caer en ella
– Yo no quiero que te rindas – me dice – Solo evito que te arrepientas si pasa – hace una pausa – Ya sabes
– No me voy a arrepentir porque voy a estar luchando con él, madre – Comienza a llorar, mi padre acaricia su espalda
– Tienes todo mi apoyo. – dice él – Es lo que hay que hacer y nuestro dios te lo va a recompensar hija – asiento
– Ya lo sé – le respondo – Ahora voy a despedirme de Aron – entro en su habitación, me saluda como siempre con una de sus sonrisas, su pelo antes n***o como un azabache hora es inexistente, pienso en lo que dijo mi madre, ya sé que no quiero que suceda, pero sé que puede suceder, sé que lo puedo perder mientras esté lejos, pero no tengo más opciones, es esto o dejarlo morir sin luchar _ hey – me siento al lado de él en la cama - ¿Cómo te sientes hoy? – le pregunto
– Como la mierda – golpeo ligeramente su pierna
– Si mama te escucha te van a reñir – niega
– Puede que antes, pero ahora no me riñe por nada, he dicho cosas peores en su presencia – me rio
– Me parece que te estás aprovechando – sé que no es así, sé que sufre mucho en silencio para no entristecer a los demas
– Perdí mi pelo y las cosas que más amaba de mi vida – esas palabras me hicieron un nudo en la garganta – Algo tenía que ganar
– Ya deja de decir tonterías – lo reprimo - ¿Escuchaste lo que hablábamos antes - hace una mueca con sus ojos
– La parte en la que mama cree que puedo morir o la parte en que te vas? – lo escucho todo
– Ya veo que lo escuchaste – le digo – Y necesito que me prometas que vas a luchar, no vas a dejar que suceda lo que madre teme – le pido
– Voy a luchar con todas mis fuerzas Ailin, no me voy a dejar vencer por esta enfermedad porque tengo motivos para vivir – esa respuesta me tranquiliza – Para cuando regreses voy a volver a ser el chico que era entes – yo confío en él, es un luchador desde pequeño
– Entonces me voy más tranquila – le digo – Y te voy a llamar por face time todos los días, quiero verte siempre – lo abrazo
– Ya comprendí – me dice – No te pongas tan intensa – tengo que reírme de su lenguaje
– Eres todo un inglés – le digo – Eso no lo aprendiste de nuestros padres – me acuesto a su lado y me quedo allí conversando con él hasta que se duerme, luego me despido de mis padres y regreso a casa, voy directo a mi habitación y escribo una carta de renuncia para la escuela, luego salgo y busco a Yanina, está bebiendo sentada en la isla de la cocina
– ¿Un mal día? – le pregunto
– Peor de lo que me habría gustado – me responde
– Necesito hablar contigo – le digo, se me queda viendo, mira el papel que tengo en la mano
– ¿Qué sucede? – se ve preocupada - ¿Está bien tu hermano?- claro que ese es el primer pensamiento de cualquiera que sepa la situación
– Regular, ya sabes que esto no es simple – asiente – Pero lo que tengo que decirte es algo más
– Pues habla, no necesitas andarte con rodeos – me responde, es cierto que tenemos mucha confianza entre nosotras y me molesta la primera petición que tengo que hacerle
– Lo que te voy a decir, necesito que no se lo digas a Amanda – ella asiente – Me voy a Italia en la mañana – le explico la situación sin mentiras ni tapujos, necesito que alguien comprenda en la situación en la que me encuentro
– ¿Por qué no quieres decirle a Amanda? – me pregunta
– Puede que si se entera quiera resolver el problema y reñirle a Lucio, y eso no es lo que quiero – Se queda pensativa
– Tienes razón – dice después de un momento – Es lo más probable, de acuerdo. Te comprendo y tienes todo mi apoyo – me alegra escuchar eso – Dime que necesitas
Con el apoyo de una de mis amigas y la convicción de que estoy haciendo lo correcto, aunque no de la mejor manera. Emprendo un viaje que no sé cómo puede terminar, pero al menos sé que puede salvar a la persona que más amo en esta tierra.