Reencontrando el amor 2 (Amor Real)

Capítulo 1 Ailin Enterarte de que la persona que más amas en este mundo está pasando por una lucha de la que no sabe si va a salir, no es para nada agradable. Por eso estoy tan devastada y contrariada al saber que no puedo hacer nada más que estar aquí para él, apoyarlo y darle todas las fuerzas que puedan faltarle. – ¿Estás segura de que podemos utilizar este dinero para el tratamiento de tu hermano? – le entregue hace un rato a mi madre el dinero que me dio Amanda, mis padres no se sienten cómodos con ello y preguntan una y otra vez si no hice nada inadecuado para conseguirlo. – Ya te dije mama, ese dinero me lo dio una amiga para Aron, es para su salud. – Ya sé que te estamos preguntando muchas veces Ailin, – dice mi padre – pero comprende que no es poco el dinero que nos entregaste, son veinte mil dólares. – Para la situación en la que estamos no es mucho, pronto voy a tener que idear la manera de conseguir más, el tratamiento más adecuado para Aron cuesta casi diez veces ese dinero. – Ustedes me criaron, padre. – le digo – Deberían saber de lo que sería capaz y de lo que no. – Eso es lo que me asusta, te crie bien; sin embargo, sé que serías capaz de hacer cualquier cosa por tu hermano. – Ailin – siento que me llama Aron, cuando llegue él estaba durmiendo así que no tiene idea de que estoy aquí, debe de haber escuchado mi voz - ¿Eres tú? – me pongo en pie y voy hacia su habitación, eso también me libra de seguir teniendo esta absurda conversación con mis padres, entro y lo veo recostado, a pesar de nuestro color trigueño típico de las personas de la india, está muy pálido. – Soy yo enano. – me siento junto a su cama – Traigo buenas noticias – Sonríe, esa es una risa que no puedo perder bajo ningún concepto, y no voy a permitir que suceda, así tenga que hacer cosas con las que no me sienta cómoda, luego lidiaré con mi conciencia, pero Aron lo vale – Conseguí el dinero para comenzar con el tratamiento que nos recomendó el doctor. – ¿Los quince mil dólares? – esa es solo la cuota inicial, cada sesión cuesta dos mil dólares, pero de eso me encargaré después. Ya tengo para comenzar y las primeras sesiones. – Así es, mañana vamos a ver al doctor – hace un esfuerzo y se sienta, hace un mes no creí que esto pasaría nunca, él se veía sano, practicaba deportes y siempre me molestaba por mi sedentaria vida, mi madre lo llevo al doctor porque se estaba agotando con demaciada facilidad y cuando le hicieron el estudio nos dieron esta terrible noticia, y desde entonces no ha hecho nada más que empeorar, el médico nos dijo que había esperanza, que estábamos a tiempo y que había muchos tratamientos nuevos, y yo me aferraré a eso, pase lo que pase. – Eso quiere decir que me voy a poner bien Ailin. – grita – Gracias – Se lanza sobre mí, me abraza y comienzo a llorar sin poder evitarlo. – Eso nunca lo dudes, esta situación es momentánea, pronto todo volverá a la normalidad – le digo. No quiero llorar ante él así que me separo – Ahora debo irme antes de que sea más tarde, estamos terminando de preparar la boda de Amanda – No tengo cabeza para eso, pero ella se merece que haga todo el esfuerzo para estar allí activamente, le doy un beso en la coronilla a mi hermano, salgo de su habitación y me despido de mis padres pidiéndoles la bendición Llego a casa, está todo apagado, eso es extraño porque Yanina es de esas personas a las que le gusta la luz, todo tiene que estar encendido todo el tiempo. Voy a la cocina y me preparo una ensalada para comerla frente al televisor, la puerta me interrumpe cuando estoy terminando de picar los vegetales, abro y me quedo paralizada como cada vez que lo veo, el ex prometido de Amanda, su precioso amigo Lucio Santori. – Hola – lo saludo como una tonta y llevo un dedo a la comisura de mis labios para cerciorarme de que no tengo saliva goteando por allí – Hola – me saluda con la mano y me regala una sonrisa digna de un anuncio de dentífrico – Espero no molestar – niego y me aparto para que pase, después del accidente de Eiden somos más cercanos, no solo él y yo, si no entre todos – Pasa por favor – le pido, él entra y se sienta – ¿Estás sola? – asiento – Me parece bien, lo que tengo que decirte prefiero hacerlo en privado – Me parece extraño, me siento frente a el – ¿Qué sucede? – suspira – Primero que todo quiero que no pienses que me estoy aprovechando de la situación – Su acento es tan sensual, y el mío, en cambio, es tan soso, es perfecto – sé lo dé tu hermano – tema serio, intento concentrarme – Amanda me lo contó – no me molesto con mi amiga, si le dijo debe haber tenido un buen motivo – No se supone que te enteres de esto porque me pidió abiertamente que no te dijera, pero yo le di el dinero – Así que de esto se trata – ¿Necesitas que te lo devuelva? – si es el caso voy a estar peor que al principio porque ya cree expectativas en mi familia – Para nada – dice y mi corazón se tranquiliza – Ese dinero ni siquiera es un préstamo, es un aporte de mi parte para la salud de tu hermano. – Me aclara, ahora no comprendo nada – Sin embargo, sé que difícilmente va a ser suficiente – y en eso tiene razón – Vas a necesitar mucho más que eso para sus tratamientos y de eso quiero hablar contigo. – ¿De qué quieres hablar? – si me va a proponer un empleo con plan de seguro, lo voy a aceptar sea cual sea. – No sé si Amanda te habrá dicho, pero yo soy el heredero de una inmensa empresa que fabrica y distribuye vinos y espumosos por todo el mundo, pero mi abuelo dejo una cláusula que me impide acceder a nada de eso a menos que me case. – explica – ¿Y eso que tiene que ver conmigo? – le pregunto sintiéndome tonta por no comprender que tiene que ver su millonaria familia con mis problemas . – Cásate conmigo. – lo miro seria, claro que esto tiene que ser una broma, él me mira muy serio mientras me río. – ¿Hablas en serio? – le pregunto y asiente en respuesta. – Claro que lo hago, no soy un hombre al que le gusten las bromas, mucho menos cuando se trata de negocios. – me dice y me quedo impávida escuchándolo – Lo que quiero es que te conviertas en mi esposa durante dos años, eso es lo que estipula el testamento de mi abuelo que debo estar casado para no perder mis derechos. – explica – Claro que no pretendo que lo hagas gratis, pagaría todo el tratamiento de tu hermano, no solo este, todos los que necesite hasta estar bien del todo, te daría además una suma cuantiosa para ti y una pensión cuando nos separemos. – sonríe – No tienes nada que perder – No sé qué decir – le respondo - ¿Por qué pensaste en mí? – eso me intriga – ¿Además de porque necesitas el dinero?. – asiento, eso es lo obvio, pero apuesto que hay algo más – Pues eres de una cultura bastante estricta, nadie creería que me sigues la corriente en un plan tan descabellado, eso hará que mi familia dude menos de mi matrimonio, – toma mi mano – estoy dispuesto a preparar una boda típica de tu religión – está visiblemente desesperado – Pero si no quieres no pasa nada – me suelta, no sé qué decirle, si haría lo que sea por Aron, pero no sé si llegar a tanto está en mis planes – Tienes que dejarme que lo piense. – él asiente – Lo comprendo – me dice – sin embargo, debes comprender que no tengo tanto tiempo, antes de regresar a Italia debo saber tu respuesta y me iré justo después de la boda de Amanda – asiento, él se pone en pie – Espero que tu respuesta sea positiva, va a ser lo mejor para ambos, estoy seguro de ello – me pongo en pie y tengo que mirar hacia arriba para encontrar sus ojos porque yo soy muy pequeña y el muy grande – No te preocupes, pronto te daré esa respuesta que tanto necesitas Lo veo irse y me quedo sentada en la sala, ya ni siquiera tengo hambre, ese hombre me está dando la solución que necesito para todos mis problemas; sin embargo, y como menciono el mismo. Para mi religión el matrimonio es sagrado, solo se pueden hacer esas ceremonias con a persona de la que uno está realmente enamorado, pero como decía una amiga de mi madre cuando aún vivía en la india, hay veces que hay que flexibilizar las normas, a lo mejor no lo hago con la persona que más amo, pero puedo hacerlo por la persona más importante y para mí ese es mi hermano.