Capítulo 25 Soy un hombre adulto, lo suficientemente maduro como para saber cuándo estoy jugando con fuego y algo me dice que en este momento lo estoy haciendo. Pero bueno, hay cosas con las que no podemos luchar, y mi impulso por molestarla es una de ellas, vamos en silencio al auto, de la misma forma conduzco hasta la casa, parqueo fuera, ella va a entrar, pero la arrastro de la mano. – ¿Qué haces? – deje las bolsas con sus cosas en el auto, así que no existe nada que me entorpezca el camino – Me pediste más de mi vino especial – se mantiene en silencio, atravesamos los campos de siembra, a esta hora aún están trabajando y más de una persona se voltea a vernos, estoy más que seguro de que la miran a ella y no a mí. Abro la bodega con mi llave, la hago pasar y cierro, esta oscura por c

