Emely. Mi cuerpo se mueve con precisión, siguiendo el ritmo y los intrincados movimientos de la nueva coreografía. He avanzado mucho en mis clases; David ha sido un maestro excepcional, puliendo mi habilidad hasta el punto de sentirme, con modestia, una profesional. El video musical que grabaremos pronto para YouTube y otras plataformas será la prueba de mi progreso. Sin embargo, desde mi llegada a la academia, he notado que David está inusualmente callado y absorto en sus pensamientos. Sé perfectamente que la razón tiene nombre y apellido: Henry y Ángel. David parece genuinamente atraído por ellos, y me ilusiona la idea de que su encuentro casual pueda transformarse en algo más duradero. —Adiós, Emely. Nos vemos mañana —se despiden mis compañeros de clase. —Adiós, chicos. ¡Hasta pront

