Se había instalado en una de las habitaciones que la mamá le indicó por instrucciones del jefe, es decir, Ashton. Ya estaba sentada en el filo de la cama probando lo que sería su nueva colcha, donde pasaría las siguientes noches. La verdad es que sentía el ambiente cómodo y no debería sorprenderle, todo allí era lujo. Además, la enorme y cómoda cama tenía mesitas empotradas a los costados, y al frente una enorme pantalla plana donde podía ver sus programas favoritos. Sumado a eso, la habitación contaba con chimenea y calefacción. No podía quejarse, tampoco lo haría si las cosas no fueran de ese modo. El hecho de simplemente tener dónde poner la cabeza y descansar era una enorme ayuda. Se puso a guardar algunas cosas de la maleta en el armario, no todo porque de repente el teléfono empezó

