Prólogo.
Prólogo:
Evanllelin Sourbirous
Una chica de 18 años increíblemente inteligente, a la edad de 16 años inicio su propio emprendimiento y con el pasar de dos años se convirtió en una de las empresarias más poderosas de Francia.
Aunque siendo descendiente de latinos sudamericanos, por consecuente su sueño siempre ha sido viajar a toda Sudamérica.
Por experiencia propia siempre ha escuchado la frase que salía de la boca de su madre “Sí, no trabajas, no comes”. Ese impulso, esa motivación fue lo que le dio ese poder que tiene ahora.
El poder que la ha convertido empresaria exitosa, modelo perfecta detrás de las cámaras y flashes de revistas importantes pero lo que mucho no saben es que desde comenzó esta travesía se ha convertido en una mujer fría pero justa, inquebrantable pero considerada. Toda una mujer de negocios de carácter colérico, sin embargo cuando alguien le toca el corazón es distinta.
Lo que es difícil de hacer.
***
-Quisiera saber qué es amar, en realidad no que te amen a medias- Suspiro ante incuestionable oración.
Mirando a través de la inmensa ventana de mi oficina, toda una ciudad que llamo hogar.
【Suena el timbre Del teléfono de mi oficina】
Lo que instintivamente me hace atender.
-Alo.- Espero atentamente a que alguien diga algo.
-Srta. Evanllelin su padre está esperándola en el recibidor.- Expresa Sue mi asistente personal, ella es tranquila, color pálida, cabello corto, lentes, delgada pero bonita.
-Dígale que pase.- Le ordeno claramente.
-Entendido.- Responde y cuelga.
A veces siento que soy como una general, dicto las ordenes y mis pupilos la acatan, eso me hace sentir orgullosa pero también me preocupo de no sobre-ordenarles mucho.
A eso le llamo diplomacia hacer que las personas hagan lo que yo quiero, ellas estando a gusto con lo que hacen.
--->Ja, por eso dicen que soy grandiosa. Me alabo a mí misma.