ELIZABETH.
Después de mi ataque de pánico, salí de la habitación llevando mi bolso y una pequeña maleta de mano. Entro en el ascensor casi sin aliento, seguida por un chico con auriculares.
Justo cuando estiro la mano para presionar el botón de mi piso, él lo hace por mí, marcando el mismo número. No estoy segura de hacia dónde va, pero su presencia es extrañamente tranquilizadora.
Mi teléfono comienza a sonar dentro del bolso, pero lo ignoro; podría ser Nicole o alguno de los chicos.
Al llegar a la recepción, el chico sale primero, y justo cuando estoy a punto de seguirlo, una figura se interpone abruptamente.
Es Noah, su expresión es una mezcla de furia y sorpresa. Mis músculos se tensan al instante, consciente de que aún no ha superado lo que pasó con Liam. Sus oscuros ojos me t
