Alaia del Olmo Todos caminamos hacia nuestros respectivos asientos, no podía evitar sentirme mal, porque era difícil estar frente a mi hermana y a mi ex prometido, ella vestida de blanco con un enorme y precioso vestido muy similar al que yo usaba ese día, Enrique por otro lado vestía un traje n***o era que el traje que yo había comprado. Ni siquiera pudo ir por un traje diferente. Eran tan descarados, que hasta me dolía. Estaba en primera fila junto a Leonardo quien sostenía mi mano y me brindaba una sonrisa cálida, supongo que en forma de apoyo, cosas que sinceramente agradecía, tenerlo aquí como mi único apoyo. Realmente me dolía la traición de parte de ambos y que ni siquiera hayan tenido la valentía para poder decírmelo a mi, todo hubiese sido tan diferente si hubiesen sido ca

